Echan a 18 mujeres de una discoteca de Alicante por ser mayores de 55 años

El promotor de una fiesta con música de los años 80 consideró que su edad no era adecuada para que estuvieran allí

El propietario del local pide disculpas a las afectadas, que dan por zanjado el asunto

Las afectadas denuncian su caso en el programa TardeAR, de Telecinco.

Las afectadas denuncian su caso en el programa TardeAR, de Telecinco. / MEDIASET

Alberto Losa

Alberto Losa

Expulsadas de una discoteca por ser demasiado mayores. Aunque parezca increíble, esta fue la excusa en la que se parapetaron los promotores de una fiesta en un local de Alicante para echar a 18 mujeres, de edades comprendidas entre los 55 y los 84 años. Las afectadas aseguran haberse sentido "discriminadas" por este suceso, que se produjo el pasado sábado.

Las mujeres habían comido en un céntrico restaurante de la ciudad y decidieron salir de fiesta a una celebración de música "remember", ambientada en la década de los 80, a la que ya habían asistido en otras ocasiones. Apuntan que accedieron sin problema y que en ningún momento les hablaron de derecho de admisión a la entrada, y que fue una vez acomodadas en el local cuando el promotor decidió expulsarlas.

"Hacen una sesión los sábados que es un 'remember' ochentero, e incluso van por la calle Castaños invitando a que vayas. Nosotras éramos 18 señoras de entre 55 y 84 años, y después de comer dijimos de ir ahí. Es un sitio al que habíamos ido otras veces. Nuestra idea era tomar algo y bailar. Ya habíamos ido antes y habían sido muy amables", relata Carmen, una de las afectadas. "Allá nos fuimos las 18 —prosigue Carmen— y entramos. Los chicos de la entrada fueron muy amables. Había una zona tipo vip, un reservado, y nos lo abrió un chico y nos acomodamos allí. Alguna empezó a salir a la pista, y de pronto apareció un señor como un huracán, diciendo que no quería a gente como nosotras en la sala. Alguna le dijo que no habíamos ido a bailar pasodobles —explica la afectada— y la mitad no entendíamos bien lo que pasaba. Empezamos a salir del local y el señor nos dijo que no quería a gente mayor como nosotras".

"Ya habíamos ido antes y habían sido amables. De pronto apareció un señor como un huracán, diciendo que no quería a gente como nosotras en la sala"

Carmen

— Afectada

La mujer apunta que fue una situación "bastante desagradable" y que a alguna de sus amigas "le sentó fatal y estaba muy disgustada". Reflexionando sobre la situación, asegura que "no teníamos que haber consentido que nos echaran. Si nos habían dejado pasar era porque no incumplíamos ningún derecho de admisión". Tras el incidente, relata Carmen, se quedaron varias de ellas y pidieron la hoja de reclamaciones, dejando claro que había sido en la sección Bugati, donde estaba la fiesta, no la discoteca Upikum.

En este sentido, asegura la afectada que los propietarios del local les llamaron para disculparse, no así el promotor de la fiesta, quien según la versión de las afectadas fue quien les echó: "Nos ofrecieron ir otra vez a una zona vip y nos pidió disculpas por lo sucedido. No tenía que haber pasado. Somos señoras mayores, algunas hemos viajado por el mundo y no nos han tirado de ningún sitio". De hecho, prosigue Carmen, "luego estuvimos en una discoteca del Barrio y se portaron maravillosamente con nosotras".

Desde la discoteca aseguran lamentar lo sucedido y remarcan que la fiesta Bugati la gestionaba un promotor externo, así como que desde el primer momento se pusieron en contacto con las afectadas para disculparse. Además, apunta el portavoz del local, que prefiere que no se publique su nombre, que la seguridad de la puerta de acceso, quienes dejaron pasar a las mujeres, sí es personal de la discoteca, y que fueron ellos los primeros que discutieron con el promotor por la situación acontecida.

Las afectadas dan el tema por "zanjado", pero aseguran que se sintieron discriminadas: "Parece mentira que a estas alturas nos digan lo que tenemos que hacer".

Edadismo

El gerontólogo José Antonio Rabadán señala que el suceso es un caso de discriminación por edad, el conocido como "edadismo": "Es un tema que veo desde dos vertientes. La primera es el maltrato, el discriminar a una persona por razón de edad. Es ilegal y debería ser multado porque ni siquiera en el derecho de admisión puede estar contemplado que se impida el acceso por edad, así como tampoco se puede impedir por raza u orientación sexual, por ejemplo. Me parece muy triste".

"Por otro lado —prosigue el gerontólogo—, me llama la atención que ahora se empieza a discriminar por edad alta. Quiere decir que todo lo que estamos estudiando desde hace décadas se está produciendo en 2023. Esta generación es distinta a la silenciosa, a la de la posguerra. Es una generación que sale a tomar copas, a bailar, a reunirse. Es una noticia, porque es lo que va a venir en el futuro".

Rabadán subraya que "el edadismo es una forma de maltrato y que no se puede discriminar a nadie por razón de edad", aunque remarca que esta generación de mayores tiene un detalle que le "divierte", y es que puede "salir de marcha y de tardeo".

Artículo 512 del Código Penal

"Quienes en el ejercicio de sus actividades profesionales o empresariales denegaren a una persona una prestación a la que tenga derecho por razón de su ideología, religión o creencias, su situación familiar, su pertenencia a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, edad, orientación o identidad sexual o de género, razones de género, de aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su discapacidad, incurrirán en la pena de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio, industria o comercio e inhabilitación especial para profesión u oficio educativos, en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre por un periodo de uno a cuatro años".