Entrevista | Mari Carmen Díez Maestra, psicopedagoga, escritora y asesora a docentes

«A los niños hay que dejarles jugar y hablar. Antes de los 7 años no debería usarse la tecnología»

«Oficios para vivir» es el título del nuevo libro de la especialista en Educación Infantil, psicopedagoga y escritora en el que reúne 50 poemas sobre variados oficios, como los del niño, el maestro, la escuela, los padres o los abuelos; los de leer y escribir; o los oficios del viaje, la tierra, el mar, la vida o el amor

Mari Carmen Díez con su poemario "Oficios para vivir" en Luceros

Mari Carmen Díez con su poemario "Oficios para vivir" en Luceros / Jose Navarro

J. Hernández

J. Hernández

Con «Oficios para vivir», editado por Olé Libros, la maestra Mari Carmen Díez da claves para desenvolverse entre conceptos que le son significativos. "He reunido una serie de poemas en los que doy mis claves particulares para entender y desenvolverse entre conceptos cotidianos que son significativos. Es como si quisiera compartir mis porqués y mis cómos, mi manera de sentir cada asunto, mis matices, mis pretextos, mis resonancias. Un intento de hacerme comprender, de explicar mis emociones, de contar mis sueños y mis sobresaltos", explica la autora.

¿Por qué poemas?

Escribo sobre pedagogía y educación, soy maestra de toda la vida, muy apasionada con mi trabajo; y escribo también de poesía. Hasta ahora los libros que he publicado eran de poemas para niños y este es el primero para adultos. En una ocasión escribí las tres primeras poesías del libro, que se llaman «El oficio del niño», «El oficio del maestro» y «El oficio de la escuela». Después de esos primeros hice más: cuando se casaban unos amigos «El oficio de los novios» o cuando la cocinera de mi cole escribió un libro y me pidió tres poesías, escribí «El oficio de la tierra», «El oficio del mar» y «El oficio del aire» para distribuir las recetas. Me di cuenta de que lo de buscarle un oficio a algo era una manera de decir lo que pensaba de ese tema. 

Oficios hay miles...

Sí. En este librito hay 50 pero se pueden hacer de cualquier cosa; y lo que me hace mucha gracia, y a la gente le gusta, es hacerle el oficio a una persona. Tengo que conocer a la persona si no, no me sale. Cuando mi fisio me hace un tratamiento he encontrado que sus manos tenían mucho cobijo para cuando te duele algo. Me salió su oficio y le dio mucha alegría y a otra gente que se lo he hecho también porque es algo característico de alguien. 

"Para mí vivir es el oficio más difícil pero a la vez es fácil en el sentido de que es inevitable. Es un oficio muy bueno. No tienes más remedio que hacerlo si no te quieres morir"

¿Cuál es el oficio más difícil?

Para mí vivir es el oficio más difícil pero a la vez es fácil en el sentido de que es inevitable. El oficio de la vida, que lo he puesto el penúltimo. Es un oficio muy bueno. No tienes más remedio que hacerlo si no te quieres morir. Si te lo tomas con ganas es una cosa muy agradable aunque tenga momentos malísimos, que también. Pero en conjunto hay tantas cosas, detalles y momentos que hasta los corrientes son buenos. 

Oficio difícil

Usted ha sido maestra toda la vida, un oficio difícil...

No es fácil. Pero como decía con el de la vida, no imposible. Lo he vivido de una manera tan agradable, tan apasionada...Los primeros diez años de mi recorrido estuve en niveles varios, entre ellos alfabetización de adultos para personas que no habían podido ir a la escuela. Aquello era tan recompensante...Cuando entendían cómo se juntaban las sílabas y podían leer sentían una gran alegría. Había una mujer mayor que me decía: tú has hecho que ya no esté ciega. E iba, como los chiquillos, leyéndolo todo, desde las alcantarillas del suelo a los nombres de las tiendas. Pero cuando llegué a un sitio con niños pequeños me dije: esto es lo que quiero. 

¿Por qué?

Llegaban los niños empezando a hablar, a tener dominio de sí mismos, y pasaban en un año o dos a ser personas que están hablando contigo y te dicen su opinión sobre algo. Pasar de la sensación de que son bebés a que te estén escuchando atentamente cuando cuentas un cuento, y que te diga alguno que le ha dado susto. Está opinando, atreviéndose a decir lo que siente en voz alta. A mí me pareció un momento privilegiado y ya me quedé hasta los 66 años, tras 46 trabajando de maestra aprendiendo muchísimo de ellos. A mí me gusta ese tramo de 3 a 6 años porque es cuando se pone la semilla de lo que vendrá después.

Otra imagen de Mari Carmen Díez mostrando su poemario

Otra imagen de Mari Carmen Díez mostrando su poemario / Jose Navarro

Complicaciones

¿Se está complicando ahora mucho el oficio de maestro?

Sí, se está enfocando más, no por culpa de los profesores, sino por lo que trae este momento social, al lado tecnológico cuando los niños están en otro momento evolutivo. Un niño pequeño, según va creciendo, va desde el tocar o el morder, a lo que es hablar, pensar, razonar... En ese tramo de tiempo descubre a los demás. No podemos darle paso con las puertas abiertas de par en par a una parte que les es totalmente ajena, como en la cuestión tecnológica, sino dosificarlo al máximo. Cuanto más tarde se empiece a usar la tecnología mejor. Como se hace ahora, de una manera excesiva, el niño se queda sin herramientas que le hacen falta como es jugar, hablar e intercambiar con los otros. Le ponen delante una tableta para que haga el ejercicio de juntar una rayita azul con el mar. Déjalo que esté con los otros, que juegue, y lo de la rayita ya lo hará cuando tenga 7 u 8 años, de ahí para adelante. Antes no debería de usarse de esa manera que se está usando la tecnología. Aparte de que a los maestros se les está atornillando con la burocracia, con obligaciones que antes no estaban y que diría que no hacen falta.

"Hoy en día se cree menos a los maestros que antes, como si fueran cualquier cosa"

¿Y la credibilidad?

Hoy en día se cree menos a los maestros que antes, como si fueran cualquier cosa. Un maestro tiene que tener una sensibilidad y una formación, aparte de la vocación, pero también fuerza física, aguante, porque pasa un montón de horas con niños pequeños que no paran de moverse y ha de transmitir no solo contenidos sino también comportamientos y valores. Ha perdido credibilidad porque antiguamente se le reconocía su valor, su valía, su saber y ahora no; ahora es como si todo el mundo pudiera opinar de todo. Se focaliza donde no se tiene que focalizar y no se profundiza. Un maestro te hace pensar en el saber, en los libros, en los criterios morales para funcionar en la vida, pero si todo eso lo dejas a un lado...

"Si a los padres les cuesta dejarles el sitio de la educación a los maestros pero tampoco la ejercen ellos queda hueco el sitio, y los chiquillos se confunden, se desorientan"

¿Qué provoca esta situación?

Hay una cosa en esta sociedad que tiene mucho que ver con el narcisismo, la superficialidad, da lo mismo todo. La sociedad líquida, hoy pienso plin, mañana plan. La gente está por la capa superior, sin profundizar ni hacer introspección ni respetar, este tipo de cosas de toda la vida necesarias para convivir. Hay mucho individualismo, la sociedad está muy por los valores del dinero, de lucir, de la moda, y no por lo interior. También hay maestros escaparate que responden a esta forma, que ponen el aula como una revista de Ikea. Todo eso está bien si se acompaña de un trabajo verdadero, que el maestro haga un vínculo bueno con cada niño, no con el pelotón, y que responda a sus necesidades y formas. Pero esa manera de estar en la sociedad, el cuestionar todo... a los padres les viene mal que se le pongan normas a los hijos, a ellos mismos les cuesta ponerlas. Aunque ponerlas es fácil, lo difícil es mantenerlas firmes. Cuando un maestro pone una norma, a algunos padres es como si se las estuviesen poniendo a ellos mismos. Si en tu casa te cuesta poner las normas, agradece que alguien las ponga porque la vida se las va a poner. ¿Quién educa hoy? Si a los padres les cuesta dejarles el sitio de la educación a los maestros pero tampoco la ejercen ellos queda hueco el sitio, y los chiquillos se confunden, se desorientan. Veo preocupante esto que pasa.