Denominaciones de Origen de la provincia. «Son productos de una gran calidad que deben empezar a considerarse artículos gourmet»

«Siempre he dicho que la provincia de Alicante es uno de los lugares donde mejor se come del mundo: sus productos autóctonos son excelentes». Una frase que, si bien podría pertenecer a cualquier alicantino que sea buen abanderado de su tierra, en realidad fue pronunciada por el prestigioso cocinero catalán Ferran Adrià. Y no es para menos, porque Alicante puede presumir de ser una provincia que cuenta con siete Denominaciones de Origen diferentes, una de ellas es, además, la más antigua de todo el continente europeo.

Las Bebidas Espirituosas: el cantueso, el herbero, el anís y el café licor; la Uva Embolsada del Vinalopó, las Cerezas de la Montaña de Alicante, los Nísperos de Callosa d’en Sarrià; la Granada Mollar de Elche y los Vinos de Alicante. Productos que hacen de la provincia un territorio conocido (y reconocido) mucho más allá de sus fronteras y que, este año, les ha hecho merecedores del premio «Importante» del mes de febrero.

Un galardón que fue recibido «con mucho orgullo y mucha fuerza» al tratarse de siete productos de diferente origen premiados de manera conjunta y que ha servido para poner encima de la mesa el valor productor de Alicante. «Hay mucho impulso público al turismo y a la gastronomía, y eso está bien, pero no hay que dejar de lado los alimentos que aquí se producen, porque la gastronomía no podría ser la misma sin las denominaciones de la provincia». Por ello, consideran que «es muy importante que también se nos de protagonismo, como se hace con las estrellas Michelin y otros reconocimientos, que la gente sea consciente de lo difícil que es conseguir una Denominación de Origen y de que la provincia de Alicante tiene siete».

Además, se trata de una serie de productos directamente dependientes del medio natural, a los que está afectando de manera especial el cambio climático. Circunstancias como las altas temperaturas registradas el pasado mes de enero o las escasas lluvias de la pasada temporada reducen la producción y dificultan la viabilidad de algunos cultivos, por lo que los sectores se han visto obligados a reinventarse.

«El cambio climático nos afecta mucho, por ejemplo, la cereza lleva una racha de hasta cinco o seis campañas muy malas, en las que algún año no ha podido llegar ni a producirse, igual que los nísperos, que también sufren la falta de riego. En el caso del vino, en 2023 tuvimos la menor producción de la historia, y eso que las variedades de aquí son muy resistentes y consumen poca agua. Si esto sigue así, los cultivos van a experimentar un continuo retroceso y se va a perder superficie de plantación.»

Para evitar que la nueva tesitura pongan en jaque la capacidad productiva de varias de estas denominaciones, los premiados inciden en la necesidad de encaminar la producción a ofrecer «productos cada vez más gourmet, dirigidos a un público especializado que busque una calidad excepcional y actuar en consonancia con ese público y ese cambio de tendencia». La clave, reconocen, será convertir la provincia de Alicante «de despensa en boutique, donde nuestros productos más emblemáticos sean considerados como algo tremendamente especial y de grandísima calidad, aunque para ello hace falta adaptación tanto por parte de las empresas productoras, que ya están en ello, como del consumidor de las distintas Denominaciones de Origen».

El presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV), Salvador Navarro, entregó el premio al presidente de la D.O. Vinos de Alicante, José Juan Reus, en representación de todos los productos galardonados.