«Los galardonados son un reflejo de aquellos valores que definen lo mejor de nuestra sociedad»

«Cuando el diario INFORMACIÓN puso la fecha de esta gala y me invitó no dudé en hacer lo que cualquier alicantino hace o haría: despejar la agenda. Muchas gracias, por tanto, a INFORMACIÓN por invitarme a participar en esta gala y por permitirme compartir con todos ustedes, con todos vosotros, estas breves palabras de sincero reconocimiento y de admiración hacia los premiados en esta edición y hacia mi provincia. 

Gracias por mantener viva esta iniciativa que cada año nos recuerda a todos la importancia de visibilizar el talento, el esfuerzo y el compromiso solidario de profesionales que nos marcan el camino. Suele decirse en estas ocasiones que los galardonados son un reflejo de aquellos valores que definen lo mejor de nuestra sociedad. Y no por recurrente deja de ser verdad.

Podríamos ser una provincia en la que no hubiera mucho que premiar. Podríamos serlo. Podríamos ser un territorio cuyo dinamismo fuera deudor de un estímulo programado o diseñado de forma artificial, dirigida. Pero no es el caso.

Es obligado hoy decir que los galardonados representan lo mejor que somos como sociedad porque es verdad. Porque esos valores son verdad, y trasladan una realidad, la de las cosas importantes que pasan en Alicante. Porque que pasan. Todos los días. Porque lo auténtico es inevitable. 

Durante estos últimos meses he tenido ocasión de participar en numerosos actos en los que se reconoce el esfuerzo y el compromiso de empresas, profesionales, proyectos, iniciativas que a lo largo y ancho de la Comunitat Valenciana demuestran que seguimos siendo esa tierra ambiciosa y dinámica que genera riqueza, empleo y talento.

Todos sabemos cómo suenan los aplausos y cómo cunden los elogios. Y cómo los que tenemos la oportunidad de dirigir unas palabras les damos las gracias. Y sé qué bien está que así se haga. 

Pero también sé que para muchos es como si los responsables públicos estuviésemos ahí como el que está aplaudiendo la llegada a la meta de los corredores. Como si llegáramos solo cuando llega el momento de la ovación, el de dar un fuerte aplauso.

Esa sensación existe y alimenta esa imagen contradictoria de una administración que anima a la sociedad civil a mantener e incrementar su dinamismo al tiempo que se puede mostrar indolente, lenta o poco eficaz a la hora de que ese dinamismo corra, fluya y dirija su proyección sin obstáculos ni trabas.

Que corra y fluya en un laboratorio de una universidad, investigando con la inteligencia artificial o digital o elaborando un proyecto, ya sea humanitario o medioambiental; que corra a la hora de obtener una licencia para el proyecto que sale de la mesa de un arquitecto o una diseñadora, mejorar las instalaciones de un equipo de fútbol, programar una exposición que pone a Alicante el mapa internacional, o difundir la obra de un compositor. (...)

Y hoy, en mi primera intervención en un ‘Importantes’ vengo a asumir como alicantino el compromiso de visibilizar, atender, compensar, vertebrar y honrar a mi provincia. Creo que la administración pública está para hacer la vida sencilla a los ciudadanos, no para complicársela más. Y hacerlo todos los días, porque la vida, como la actualidad, no se detiene. 

Nada terminó con la última sinfonía compuesta, ni con la última patrulla en Novelda, ni con el último diseño. Esto no es el final de ningún recorrido, no os vamos a dejar solos después de los aplausos. (...)

La profesionalidad, la sana ambición y la generosidad no pueden ser traicionadas por un entorno inestable, confuso o indolente. 

Esta ciudad, esta provincia son un modelo de ese crecimiento y ese desarrollo que aspira a reunir todo el talento innovador posible. Siempre ha sido así. Eso somos.

Y quiero aprovechar para rendir homenaje a alguien que promocionó todo el talento cultural de nuestra provincia durante muchísimos años. Pido un fuerte aplauso a la memoria de Miguel Valor.

No hay bienvenidas protocolarias para cumplir el expediente en Alicante. Aquí decimos que queremos que quieran venir, pero sobre todo queremos que quieran quedarse. Aquí queremos que todos conozcan lo que significa un ecosistema equilibrado y ambicioso de éxitos. Y que lo cuenten a otros y que lo sepa todo el mundo.

Porque todos son bienvenidos, porque aquí no hay más condición que saber que van a contribuir a llevarnos más lejos en prosperidad y libertad.

Y todos son todos: los grandes y los pequeños inversores; los que aquí harán realidad su idea, su proyecto, o los que darán con la solución para otros; los que vienen por primera vez y los que decidieron quedarse; los que vinieron aquí porque alguien les habló de nosotros. 

Aquí, donde se junta talento con inversión, presente con futuro, ideas con soluciones. Aquí donde decimos «Bienvenidos a su casa». Aquí donde lo mejor de la impronta de su diario INFORMACIÓN es su propósito de unir, entendiendo a esta tierra como espacio de conexión, como apertura, no como afirmación de refugio, protección o trinchera.

Haciéndolo cada día a través de sus distintos acentos y perspectivas, trasladando y contando en sus páginas la enorme variedad y riqueza de ese territorio, exhibiendo la enorme fortaleza de nuestra naturaleza singular como alicantinos, nuestras legítimas aspiraciones colectivas.

Para un vecino, como yo, de mi barrio, de la playa de San Juan, allá dónde esté cada día me despierto con el INFORMACIÓN. Es el diario de mi barrio, es la capilaridad, querido Javier, es de abajo a arriba. Esas mismas páginas en las que se han iniciado conversaciones sobre cuestiones que han sido fundamentales en el desarrollo de Alicante. Las páginas que han continuado los debates que han contribuido a que las decisiones finales fueran mejores, fueran más acertadas. Las páginas que, como la propia actualidad o nuestras ansias de seguir progresando, no terminaron con lo que lleven impreso mañana. Las páginas que impulsan el mismo buen periodismo de siempre, el único periodismo: el que nos recuerda cada mañana que ninguna sociedad responsable y madura puede protegerse de la verdad mediante la mentira».