Diálogos de Arte, la fuerza de la obra de Josep Renau y Pepe Calvo

The big manager, 1956. Serie The american way of life 1956. Josep Renau.

The big manager, 1956. Serie The american way of life 1956. Josep Renau. / porMaríaMarcoSuch.DoctoraenHistoriadelArte

María Marco Such

La Historia del Arte se construye a base de influencias, circunstancias externas e internas, mucha reflexión y trabajo. No es un proceso lineal, los factores históricos, sociales y personales pesan en todas y cada una de las manifestaciones artísticas que se desarrollan en distintas épocas. Nunca hay saltos abruptos entre un movimiento y otro, al contrario, se trata de un proceso natural de adaptación y contaminación con un resultado más atractivo y rico. En la sala de exposiciones Lonja de Pescado de Alicante hasta el 29 de octubre se encuentra la muestra Diálogos. Conversaciones en el tiempo. Josep Renau/Pepe Calvo, con piezas de los dos autores que se encuentran en el IVAM y colecciones privadas. Un diálogo que solo es posible en un espacio expositivo con obras enfrentadas entre sí compartiendo, en un tiempo determinado, una experiencia única. Conceptualmente nos acercamos a dos artistas distintos a los que les une la misma técnica, el fotomontaje, Josep Renau con una intención política y social muy definida, Pepe Calvo desde una poética personal.

Nacimiento de la Alta Costura, 1990. Serie Gym for Gangsters. Pepe Calvo.

Nacimiento de la Alta Costura, 1990. Serie Gym for Gangsters. Pepe Calvo. / porMaríaMarcoSuch.DoctoraenHistoriadelArte

Josep Renau (Valencia 1907 - Berlín del Este 1982) es uno de los grandes artistas españoles de mediados del siglo XX, diseñador, cartelista y fotomontador. Muy activo políticamente apoyó con su trabajo a la República durante la Guerra Civil española, lo que determinó su exilio en México. Los fotomontajes de Renau tienen como precedente los trabajos de los dadaístas berlineses entre otros Raoul Hausmann, Hannah Höch o John Heartfield. En un periodo entre guerras con una Alemania fracasada e inestable y un nacionalsocialismo cada vez más potente desde la década de los años 30, el fotomontaje era el recurso perfecto para ejercer una crítica política, directa y agresiva. Las imágenes tomadas de periódicos y anuncios eran recortadas, pegadas y superpuestas a modo de collage dando lugar a unas obras muy atractivas visualmente. Renau, como los dadaístas berlineses, usa el fotomontaje como arma política y social apropiándose de las imágenes de los medios de comunicación que posteriormente manipula, acumula y pega. Esta muestra expone una selección de la serie The American Way of Life, realizada entre 1946 y 1976 en México y Berlín. Renau utiliza iconos de la sociedad estadounidense para llevar a cabo un análisis crítico de la deshumanización de las políticas liberales, el racismo y la lucha de clases. El imperialismo norteamericano, la guerra fría o la xenofobia están presentes en esta serie. Quisiera hacer hincapié en la mujer como objeto sexual vinculado al dinero y al poder que muestran Chicago’s Miss Beefsteaks y Just Married, al igual que la obra de Hannah Höch La novia (Pandora) una burla a la institución del matrimonio y la condición de la mujer en el mismo, como hiciera Goya en su pintura La boda. La capacidad de seducción del fotomontaje se apoya en la utilización de imágenes conocidas a las que se les puede conferir cualquier tipo de contenido bien político, en el caso de Josep Renau, o íntimo como ocurre con Pepe Calvo.

Se inicia así un diálogo entre dos artistas con una capacidad extraordinaria para transformar imágenes, para construir fascinantes historias sobre un papel. Pepe Calvo (Alicante, 1947) es un apasionado de la fotografía, el cine, la narrativa y el arte en general. Un hombre culto, con una imaginación desbordante en su producción visual y literaria. Comienza en los años 70 con la fotografía analógica, influido por grandes maestros como Helmut Newton, Richard Avedon, Les Krims y Duane Michaels. De esta primera etapa destaca la serie Mujeres de octubre, un mundo en blanco y negro que tiene como escenario una casa burguesa habitada por enigmáticas mujeres. En este espacio de sensualidad y misterio, el sexo y la provocación trasmiten una narración oscura, insondable. Las profundas miradas de estas damas poderosas se acentúan con los contrastes entre la luz y la sombra. En los años 80 abandona la fotografía analógica por el fotomontaje o como Pepe denomina el fotocollage. La cámara deja paso a las tijeras, al uso de imágenes impresas y al pegamento, de este modo se abre un universo de posibilidades y creaciones sorprendentes. Justamente en esos años descubre la obra de Josep Renau un referente del fotomontaje en España. Las representaciones, resultado de esta técnica, son el medio perfecto para desarrollar sus objetivos creativos. Alejado de la vertiente política de Renau y los dadaístas, sus primeros fotocollages están más cercanos a la estética de Richard Hamilton en ¿Pero qué hace a los hogares de hoy tan diferentes, tan atractivos?. Esta manifestación de la cultura popular presenta elementos que se convierten en constantes en la obra de Pepe Clavo: la fascinación por el sexo y la arquitectura, el culto al cuerpo, el diseño y el cine. Pero la obra de Pepe no se queda en una imagen Pop, va más allá. Sus piezas poseen un matiz surrealista, intuimos que algo se esconde entre los papeles recortados un secreto difícil de alcanzar. El hurto de imágenes le sirve para desarrollar sus propias obsesiones, destapar sus sueños y mostrar rincones de su imaginación. Mitos del cine clásico como Joan Crawford o artistas como Meret Oppenheim son mujeres de gran personalidad a las que rinde homenaje y adquieren, en sus laberintos visuales, un plus de fascinación. Da la sensación que, en muchos fotomontajes, penetramos en la espiral infinita de Vértigo, seducidos por enigmáticos espacios semejantes a los ojos de Kim Novak. Cada serie, como cada obra, poseen un carácter narrativo. Se trata de historias sin un tiempo determinado en las que el pasado y el presente se entrecruzan. El espectador desciende paso a paso a las profundidades de la mente del autor, seducido por atractivas imágenes que acontecen unas sobre otras. Se genera una especie de hipnosis de la que es difícil salir, una tela de araña en la que el espectador queda atrapado. Sería injusto decir que en estas obras sólo se juega con el suspense también es importante resaltar el sentido del humor que desprende temas como el sexo o el propio arte. Hay ironía en los títulos, en los guiños de los personajes, incluso en los propios ambientes, desconcertantes y divertidos. Quienes tenemos el privilegio de conocer a Pepe vemos en su trabajo la esencia de un bon vivant, amante del exceso y del buen gusto, del placer en todos sus sentidos, de una mirada pícara e inquisitiva que exhibe en su mundo imaginario.

Llegamos al final de este recorrido y nos quedamos con una maravillosa mezcla de situaciones inconexas e imágenes fascinantes que aúnan a estos dos grandes artistas que, lejos de los preceptos de la física, conversan animadamente a través del tiempo.