«Speculum», imaginando la realidad

Desde el enigmático título hasta el sorprendente final Speculum de Francisco Ruiz Marco es una inmersión literaria en cómo el dinero desata las más hondas pasiones de los seres humanos, desde las del camarero español que se gana un treinta por ciento por cada entrada que revende para presenciar los partidos del Bayern de Múnich hasta las del banquero alemán ávido de obtener un beneficio cercano a los mil millones de euros mediante un ataque en la bolsa de valores («ventas a corto», lo llaman los expertos) a una multinacional del sector farmacéutico. ¿Les suena esto? Hace pocas semanas la primera empresa española de ese mismo sector denunció ser víctima, a manos de un financiero estadounidense, de una maniobra especulativa muy similar a la que dispara la trama de Speculum. La novela, publicada en marzo de 2023, le da la vuelta al tópico: en este caso, la ficción supera (y se adelanta) a la realidad.

En el núcleo de esa fábula compiten las pasiones del presidente de un banco (Hans), las de una abogada (Pilar) y las de un parado (Lewis), las de una periodista (Talia) y las del CEO de una multinacional (Tiedemann) y las de un psiquiatra (Josef) y las de un bróker (Jimmy) y las de un fiscal (Philip), y las de….

(¡Ojo, con los nombres propios!, son muchos más y casi todos foráneos. En ocasiones cuesta retenerlos).

Sí. Una novela coral en un escenario global con personajes que navegan por las turbulentas aguas del capitalismo financiero siguiendo el rumbo siempre marcado por el Poderoso caballero de los versos célebres de Quevedo. Menos célebre, pero galardonada con el Premio Pulitzer de Ficción es la novela Fortuna (Hernán Díaz), cuyo tema son, ¡ay, las riquezas que todo lo envician!, y que vio la luz, en español, también en marzo de 2023. Dinero y escritura, con fecha y lugar de nacimiento coincidente (3.000 AC, en Sumer), como objeto intemporal de la narración literaria.

Escrita con la prosa sólida y precisa ya mostrada en sus obras anteriores (como en Falso recuerdo o en Cuento viejo), Francisco Ruiz compone en ésta escenas con sutil carga simbólica, como cuando evoca la primera burbuja especulativa de la historia (la llamada tulipomanía, Países Bajos, principios del XVII) a través de Hans, el banquero, mientras contempla en la sala de un museo el lienzo de Van Gogh, Campo de tulipanes. Tampoco renuncia, desde las primeras páginas, a frecuentes guiños a múltiples creadores (Dylan Thomas o Petros Márkaris o Mies van der Rohe), con los que fijar un rasgo del personaje o dotar a la escena de un sentido poliédrico, más allá de las palabras.

Pero siempre con un estilo sobrio, al servicio del argumento. La imaginación al servicio de la realidad imaginada.

Y con ese estilo perfila un discreto narrador de cuya mano observaremos, por ejemplo, los entresijos de la negociación previa a la compraventa de una corporación multinacional por un precio cercano a los 3.000 millones de euros, disfrutaremos de una glamurosa fiesta para ejecutivos en una discoteca de París, asistiremos al drama de un juicio penal en Berlín, o escucharemos diálogos inquietantes (demasiado largos, algunos) y cavilaciones que involucran desde las crisis globales, financieras o pandémicas, hasta las pulsiones más íntimas: la ambición, el instinto asesino, el sexo.

Ese narrador nos guiará también por el intrincado laberinto de las voces (en primera persona) y de los sentimientos de personajes que nos resultan familiares: a los unos, a menudo los vemos poblando los medios de comunicación; a los otros, al cruzar la calle o en el autobús camino de la oficina. Y a todos ellos, en nuestros sueños o quizás en nuestras peores pesadillas.

El mosaico de imágenes y palabras dibuja una mirada crítica a la sociedad y a sus actores, alejada de la corrección política y en busca de lo oculto tras lo aparente. Una invitación a mirar, como sugiere su título, al otro lado del espejo.

Termino pagando una deuda: confieso la entrañable amistad que me une con el autor. Por eso tal vez a los lectores objetivos, ni el título les parezca tan enigmático, ni la prosa tan sólida. Aun si así fuera, Speculum no les dejará indiferentes.