Las caravanas desbordan el Cabo de Santa Pola

Ecologistas urgen a los ayuntamientos a regular el acceso descontrolado de turistas que pernoctan en entornos naturales - Elche puso 112 sanciones por acampar el pasado verano

Entorno del Cabo de Santa Pola repleto de coches y autocaravanas, hace unos días.  |

Entorno del Cabo de Santa Pola repleto de coches y autocaravanas, hace unos días. | / MATÍAS SEGARRA

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

Un inicio de verano no sería un inicio de verano en Santa Pola y Arenales del Sol si no fuera complicado llegar a la playa sin tráfico rodado y sin que el entorno natural del Cabo esté repleto de coches y caravanas. Es una realidad perpetuada con el paso de los años que parece que nunca tenga visos de cambiar.

A lo largo de más de cuatro kilómetros de esta carretera secundaria en la franja litoral ya se puede apreciar cómo se ha disparado la afluencia y cómo muchos conductores buscan cualquier hueco para dejar el coche cerca de la arena, aunque con ello tengan que aparcarlo mal y debajo de un pino que les de sombra.

Así las cosas, las caravanas acampadas vuelven a protagonizar la estampa esta temporada estival a pesar de que las normativas locales tanto de Elche como Santa Pola no permiten la pernocta. El grueso de conductores lo saben y aún así se saltan esa regla hasta el punto de convertir las calas en su casa de verano con vistas al mar. Echan el freno, ponen la zapata, despliegan los toldos, sacan las hamacas, mesas y sillas y disfrutan del dominio público marítimo terrestre por el día, y a en algunos casos también por la noche.

Colectivos ecologistas, sin embargo, alertan de que esta situación esta dañando el entorno natural que cada año se erosiona más debido a esta sobre explotación que se hace de él con la acampada de vehículos. Apuntan, también, que en muchos casos no se cumplen las condiciones sanitarias con la estancia de caravanas «porque aunque tengan baño se producen vertidos incontrolados con aseos químicos y se produce un pisoteo y compactación del terreno que daña especies protegidas de flora», señala Adolfo Quiles, miembro de Margalló d’Elx. Por otra parte, el colectivo responsabiliza de esta situación a la propia administración «porque hace dejación de funciones». Ecologistas critican que no haya un control riguroso porque entienden que hay un vacío legal sobre el estacionamiento de este tipo de vehículos.

De igual forma, indican que la solución al problema está en el tejado de los ayuntamientos porque entienden que pueden disponer de instrumentos para parar la entrada de ciertos vehículos. Exponen que lo primordial sería impedir el paso de vehículos a zonas protegidas y no habilitadas como parking. Apuntan, también, que hay una total falta de señalética que indique de una forma clara que está prohibido pernoctar.

Desde el Consistorio de la villa marinera han relatado en varias ocasiones que hay usuarios que se saltan el vallado establecido y que incluso lo han llegado a romper para pasar. Jorge Díez, edil de Medio Ambiente, admite que la situación es compleja porque tras reuniones con Costas concluyen que en zonas de servidumbre de protección de Conselleria «la ley no te impide meter vehículos. Por eso estamos buscando la fórmula de delimitar bien las zonas. A pesar de que hay una ordenanza que impide la acampada, a nivel jurídico demostrarlo es complicado y buscamos regular el aparcamiento a ese lado de la carretera en general porque no se puede distinguir entre caravanas y turismos normales», apunta el edil.

Dos turistas junto a su caravana.  | MATÍAS SEGARRA

Dos turistas junto a su caravana. | MATÍAS SEGARRA / j.r.esquinaS

Otros colectivos como Amigos de los Humedales del Sur de Alicante reprochan que las políticas de regulación de autocaravanas en el país son laxas comparadas con otras partes de Europa se fijan unas tasas diarias y si se quiere limitar el acceso de autocaravanas se llegan incluso a colocar galibos para evitar que aparquen, indica Sergio Arroyo, presidente de AHSA.

De igual forma, este colectivo se barrunta que tampoco se está actuando de forma tajante por la vía sancionadora y reprocha que la administración pueda llegar a dar flexibilidad a estos usuarios que acampan por el simple hecho de ser, en su mayoría, turistas extranjeros europeos. A este respecto se dan casos de turistas que acampan, reciben aviso de la Policía Local o Guardia Civil y vuelven a hacer caso omiso y acampan en el mismo punto o unos metros más allá.

Ramón Abad, edil de Seguridad Ciudadana de Elche, asegura, sin embargo, que la unidad turística de la Policía Local (Grumat) tiene el cometido de denunciar las caravanas que están en zona protegida. Apunta que sólo el pasado verano se levantaron 112 sanciones por acampar en lugares no aptos, y la mayoría de incumplimientos procedían de propietarios de campers y autocaravanas.

Todavía no disponen de datos del inicio de esta temporada porque indican desde el ejecutivo local que el operativo todavía no está desplegado de forma efectiva.

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