Treinta cofradías vibran al son de la Semana Santa crevillentina

Esta festividad, declarada de Interés Turístico Internacional, se vive muy intensamente en el municipio con más de 8.000 cofrades y la figura destacada del escultor Mariano Benlliure

La Semana Santa de Crevillent es un símbolo que combina religión, arte y sentir popular de una manera extraordinaria.

La Semana Santa de Crevillent es un símbolo que combina religión, arte y sentir popular de una manera extraordinaria.

E. P. J.

La Semana Santa de Crevillent, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2011, es un símbolo que combina religión, arte y sentir popular de una manera extraordinaria. Gracias al inestimable trabajo de sus vecinos y vecinas se mantiene, un año más, una tradición que se remonta al siglo XVII.

En la actualidad, cuenta con el compromiso de más de 8.000 cofrades que dan a este evento una atmósfera de respeto y pasión hacia la Semana Santa crevillentina mostrando unas procesiones sencillas, pero ungidas en religiosidad.

Treinta cofradías y treinta y dos grupos escultóricos, pueden ser visitados - en su amplia mayoría- en el Museo de Semana Santa, siendo parte del conjunto imaginero de sus procesiones, con el mayor número de esculturas de España de Mariano Benlliure, junto a otros artistas de la talla de Antonio Riudavets, García Talens, Carmelo Vicent, Antonio Parera, entre otros.

Treinta cofradías y treinta y dos grupos escultóricos, pueden ser visitados.

Treinta cofradías y treinta y dos grupos escultóricos, pueden ser visitados.

La antesala de la Semana Santa es la celebración del Septenario a la Virgen de los Dolores, coronada canónicamente en 2010 y obra del gran escultor Mariano Benlliure, se considera el pórtico de la Semana Santa con el Coro Popular de más de 200 voces que entonan los Dolores a Ntra. Sra. con unas marchas compuestas a inicios del siglo XX por el sacerdote Marcelino Sempere, que resuenan en las tres naves del Templo Parroquial de Ntra. Sra. de Belén.

Las procesiones

Las procesiones dan comienzo el Sábado de Pasión donde el paso de La Convocatoria recorre el municipio anunciando la llegada de la Semana Santa. Le sigue el Domingo de Ramos, donde la villa se inunda de palmas y alegría para recibir a Jesús Triunfante, conocido popularmente por la vecindad del municipio como el «pas de la Burreta».

El Martes Santo tiene lugar la Procesión de Penitencia en la que el silencio y la oscuridad se adueñan del casco antiguo con el único sonido de los motetes de un coro de voces graves que custodian el paso lento y austero del Cristo de Difuntos y Ánimas bajo la luz de las antorchas y la presencia de los incensarios.

La Semana Santa crevillentina cuenta con unas procesiones sencillas pero ungidas en religiosidad.

La Semana Santa crevillentina cuenta con unas procesiones sencillas pero ungidas en religiosidad. / unknown

En el Miércoles Santo, las cofradías se reúnen con ilusión para el «arreglo» de los pasos, ultimando así los detalles de los tronos para su marcha hasta la Plaza de la Constitución y su entrada en el templo. En total, dieciséis imágenes recorren la villa en la Procesión de la Pasión de Cristo. Una vez concluida, alrededor de las tres de la madrugada, numerosos fieles siguen al Stmo. Cristo de la Victoria con María Magdalena y a las Tres Marías y San Juan en la Procesión del Traslado. Durante el día siguiente, Jueves Santo, unos cánticos religiosos desembocan el rezo de las catorce estaciones del Vía Crucis.

La madrugada del Viernes Santo, las tradicionales Dianas compuestas por guitarras, cornetas, bandurrias y tambores marcan el camino de Cristo al Calvario. Durante el trayecto, la Virgen Dolorosa es testigo de las tres caídas de su hijo, performance religiosa conocida popularmente como «El Abrazo», uno de los momentos más representativos de la Semana Grande crevillentina.

El municipio huele a masa de cocas, pan tostado y ajos al horno, aromas característicos del típico almuerzo de Viernes Santo. Durante esta reunión gastronómica, las cofradías, bajan del Calvario, llenando las calles de colorido y pasión.

La Semana Santa crevillentina culmina el Domingo de Resurrección.

La Semana Santa crevillentina culmina el Domingo de Resurrección.

Al atardecer, el pueblo se somete al silencio e incienso en la Procesión de La Muerte de Cristo, en la que las imágenes entronizadas del escultor Mariano Benlliure, crean una atmósfera de belleza y serenidad en la Villa.

En la Procesión del Santo Entierro de Cristo del Sábado Santo destaca el respeto y la devoción, siendo interrumpido el silencio solamente por los cantos corales y el sonido de los tambores que marcan los pasos de las y los costaleros.

La Semana Santa crevillentina culmina el Domingo de Resurrección, con el encuentro de las imágenes de San Juan de la Palma y Regina Pacis, acompasado con el fondo de la armonía del Aleluya de Haendel.

Escultura-Monumento a la Semana Santa

Como novedad, este año 2023 destaca la inauguración de la Escultura-Monumento a la Semana Santa, un homenaje que el municipio sentía pendiente y en deuda a una de sus fiestas de Interés Turístico Internacional. Además, se ha llevado a cabo la recogida de firmas con el objetivo de reconocer «Bien de Interés Cultural» (BIC), el Septenario a la Virgen de los Dolores, «els Dolors», manifestación viva popular de un pueblo y rica representación de la cultura valenciana.