El ocio nocturno de Benidorm lleva semanas sin poder levantar las persianas tras las restricciones impuestas por Sanidad del cierre de los locales de este tipo por la crisis sanitaria del coronavirus. No poder abrir supone pérdidas y miles de puestos de trabajo que se han perdido o están en Ertes a la espera de una solución. Pero alguno de los empresarios no han querido quedarse quietos y han decidido renovar la actividad de sus locales para entrar dentro de las excepciones y poder volver a la actividad que les permita, al menos, tener un poco de oxígeno para sobrevivir al invierno. Para ello, y según la normativa actual en Benidorm, han sacado nuevas licencias que les permiten trabajar como cafeterías o salón-lounge y empezar a recibir clientes de nuevo.

Pero se han tenido que rascar el bolsillo. En Benidorm, cambiar de actividad supone sacar una licencia nueva para poder dar ese servicio y salir de la lista de establecimientos de ocio nocturno, según apuntaron fuentes del sector. Es decir, no es una ampliación de la licencia con la que ya contaban o un cambio de la misma por la situación generada por el coronavirus sino que, prácticamente, han tenido que empezar de cero y presentar documentación nueva para poder volver a abrir los locales pero con otra actividad.

Así lo explicó a este diario Rubén Navarro, el vicepresidente de Ociobal (Asociación de Locales de Ocio y Discotecas de Benidorm) quien indicó que «hay empresarios que ya han pedido licencias nuevas de actividad para poder abrir los locales». De hecho él mismo aseguró que lo ha hecho con dos de sus negocios.

Cabe recordar que la Conselleria de Sanidad acordó el 17 de agosto el cierre de todo el ocio nocturno de la Comunidad Valenciana, unas restricciones que siguen vigentes en la actualidad para intentar frenar los contagios por coronavirus. Una semana más tarde, Ociobal, junto a otras asociaciones de la ciudad como Aico (Asociación de Comerciantes) y Abreca-Cobreca, decidieron manifestarse en la capital turística por ese cierre masivo que les dejaba en una situación complicada ya que ya venían de no poder abrir durante el confinamiento.

Desde agosto, el sector del ocio comenzó a moverse para intentar abrir sus puertas de nuevo. En la provincia, en algunos municipios como Novelda o Petrer, los ayuntamientos han permitido a este tipo de locales abrir como cafeterías adaptándose a las medidas de los mismos: cerrar a la una de la madrugada, mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros, un aforo del 75% y rebajar el nivel de la ambientación musical a 70 decibelios así como respetar todas las medidas de prevención higiénico sanitarias. En Benidorm, la situación es diferente.

Navarro indicó que «hay que obtener una nueva licencia». ¿Y qué implica eso? Pues presentar toda la documentación que incluye, entre otras cosas, un estudio de ingeniería que también hay que afrontar económicamente además del correspondiente pago de una nueva autorización. El coste se hace según «algunas cuestiones como los metros» y puede llegar a una media de 2.000 euros además de ese estudio que puede estar entre los 500 y 1.000 euros.

Pero también hay que cumplir con todos los requisitos, según indicó el concejal de Aperturas y Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez, quien apuntó que de los más de 400 establecimientos de ocio nocturno que hay en la capital turística, son una veintena los que habrían hecho las gestiones para sacar esa nueva licencia.

Peticiones en agosto

Las primeras licencias nuevas se solicitaron a finales de agosto, nada más conocer las restricciones que no permitían abrir al ocio nocturno, y para así poder aprovechar el final del verano y engancharlo con el principio del otoño y alargar todo lo que sea posible para esperar que la situación cambie y los turistas vuelvan. «En la medida de lo posible y cumpliendo con todos los plazos, el Ayuntamiento ha intentado acelerar esos trámites por la situación que vive la ciudad», añadió el edil del área. Por su parte, Navarro añadió que hay negocios que no han podido solicitar esa nueva licencia: «hay quien quiere y no ha podido porque no puede por las características del local». Pero también hay propietarios que no han podido hacer la inversión que supone esa nueva licencia, según las mismas fuentes. Entre los requisitos para abrir como cafetería o salón-lounge, según el sector, está el contar con «un espacio para cocina y todas las salida de humos», entre otros.

El vicepresidente de Ociobal añadió que «es el único medio que hemos tenido» para intentar «salvar» los muebles tras un verano atípico y complicado para el sector. «Hemos encontrado esa opción pero el verdadero oxígeno hubiera sido que nos hubieran permitido hacerlo directamente de forma temporal», apuntó Navarro, como así han hecho en otras ciudades de la provincia. Pero además, el sector reclama más medidas para afrontar la situación por la que pasan. Por ello, Ociobal fue uno de los convocantes de la manifestación que se celebró hace una semana en Benidorm para pedir la ampliación de los Ertes o ayudas para no tener que cerrar para siempre o ir a la quiebra. Con todo, esperan sobrevivir al invierno y no tener que echar de nuevo la persiana, pero esta vez para siempre.