«Benidorm es una ciudad segura y estamos abiertos». Esta es una de las frases que más se repite por los comerciantes de la capital turística que aseguran encontrarse en una situación muy al límite debido a la crisis sanitaria. Y es que el final de octubre no trae buenas noticias para el sector ya que cerca de 200 comercios de la ciudad han bajado o van a bajar la persiana este mes por la falta de compradores, tanto al no llegar turistas como porque el poder adquisitivo de los usuarios también se ha visto reducido.

Esa cifra es la que maneja la Asociación Independiente de Comerciantes de Benidorm (Aico). Su presidente, Raúl Parra, indicó a este diario que «muchos ya han cerrado la persiana y otros lo harán en los próximos días». Así, aseguran que en los próximos meses solo se mantendrán «a flote» el 50% de los negocios de venta. La mayoría de los que han decidido cerrar se sitúan en el Rincón de Loix, alrededor de la conocida «zona inglesa». Pero a ellos se han sumado muchos del centro urbano o zonas como la avenida Mediterráneo o las calles más comerciales como Martínez Alejos, Gambo o el paseo de la Carretera. Calles muy transitadas en las que ahora se ha reducido la afluencia considerablemente.

«La situación para el comercio es muy mala y va a peor», indicó Parra, y más «si empiezan a cerrar comunidades y confinar provincias». Tanto que sus previsiones para el invierno están viniéndose abajo. «Si aumentan los rebrotes lo que se frena es el consumo hacia el comercio. Se empieza a complicar todo diez veces más de lo previsto». Así el sector asegura que tiene «miedo» a que «se vuelva a frenar la movilidad y los pocos turistas que aún pueden no terminen de venir». Sus números reflejan que los fines de semana están siendo aún buenos con el poco movimiento que hay y tenían el ojo puesto en el puente de diciembre o las fechas en las que se hubieran celebrado las Fiestas Patronales, pero ahora se mueven de nuevo en la incertidumbre: «Los comercios están al límite y puede agravarse todo aún más».

Muchos negocios han decidido bajar la persiana unos meses; otros quizá no la vuelvan a abrir. La moda, el calzado, las tiendas de regalo o las joyerías entre ellos pero también, según fuentes del sector, empieza a afectar a negocios de alimentación que tienen que cerrar sus puertas. El sector mira a marzo para que la situación empiece a mejorar y, por tanto, la de ellos también. Pero los ánimos parece que decaen con cada medida anunciada y restricción de movimiento u horarios.

Los empresarios han tenido que hacer cuentas y decidir si cerraban unos meses sus negocios, una situación en la que no se habían visto antes de la crisis sanitaria en una ciudad turística como Benidorm con largos veranos de grandes facturaciones e inviernos en los que el Imserso y los turistas ayudaban a mantener las tiendas. Ahora, la facturación ha caído hasta un 60% de media.

«Han cerrado los hoteles y se traslada la imagen de que la ciudad también está cerrada y no es así, estamos abiertos y es segura», afirmó a este diario Víctor Martín, vicepresidente de Aico. Como otros empresarios, él también ha tenido que cerrar algunos de sus negocios dedicados al calzado que se abrieron hace más de 30 años. Por ejemplo, en el centro de Benidorm, de tres tiendas, ha dejado solo abierta una. De 20 empleados ha bajado a 6 y de vender «entre 15 o 20» pares de zapatos al día a apenas «2 o 3 pares». Martín asegura que «es una degradación personal tanto física como psicológica» y que «hay gente con la que has trabajado muchos años y ahora tienen que dejar de hacerlo». Para él, si la situación no mejora «vamos a ir al cierre» la mayoría y no solo temporal; quedan meses muy difíciles en esta zona».

RECLAMACIÓN


El sector pide más ayudas para afrontar el invierno


Los comerciantes de Benidorm acudieron hace una semana a Madrid al Ministerio de Turismo con otros sectores como la hostelería o el ocio nocturno a pedir medidas para poder afrontar el invierno y no cerrar los negocios y mandar al paso a 18.000 personas. El vicepresidente de Aico, Víctor Martín, explicó que «hacen falta más herramientas por parte de la administración» para salvar al comercio: «parece que somos los niños feos del turismo pero quien hace que la ciudad está abierta es el comercio y la hostelería». Con todo indicó que «deberían haber declarado al sector turístico como catastrófico y reducir el IVA o dar ayudas a fondo perdido», entre otras medidas.