«¿Os imagináis a Benidorm sin hostelería ni comercio?, pues este es el futuro inmediato que no espera». Los empresarios de la capital turística lanzaron este jueves un nuevo grito a la desesperada contra las medidas aplicadas por el Gobierno central: «Basta ya, nos estáis arruinando». Y lo hicieron en la tercera protesta que vive el municipio desde que comenzó la pandemia y desde que la crisis sanitaria haya dejado al borde del precipicio a muchos negocios de la ciudad e, incluso, abocados al cierre a muchos otros. Cerca de un millar de personas se concentraron en la plaza del Ayuntamiento para reclamar más ayudas directas pero, sobre todo, para decirle al Ejecutivo central que no siga apretando a su sector. 

La concentración estaba convocada a las 11.00 horas aunque el movimiento comenzó mucho antes. La protesta, convocada por las asociaciones hosteleras locales Abreca y Cobreca y la Asociación Independiente de Comerciantes (Aico), llevaba asociada una petición de cierre de locales para hacer más visibles sus reivindicaciones; una medida que tuvo un seguimiento dispar ya que, mientras en zonas como las de restauración del casco antiguo se siguió por casi todos los locales, en otros barrios de la ciudad el cierre fue testimonial. 

Lo que sí se llenó fue la plaza del Ayuntamiento donde los organizadores pusieron sobre las mesa las cifras de negocios y empleo. En Benidorm, residen 6.000 de ellas empresas, empleando a más de 18.000 personas. Pero la crisis económica ha acabado con muchas de ellas abocando al cierre temporal o definitivo a bares, restaurantes o comercios. 

Raúl Parra, presidente de la asociación de comerciantes, criticó que las principales ayudas se dirijan a las grandes empresas «mientras se exprime a los pequeños con impuestos y Ertes imposibles de asumir». El presidente de la asociación de bares, restaurantes y cafeterías (Abreca), Javier del Castillo, añadió que, si las medidas no se aplican ya, se puede proceder a cierres definitivos. Del Castillo indicó que si las actuaciones no llegan antes del 31 de diciembre se producirá «más de un tercio de cierre de negocios, un millón de desempleados más y unas pérdidas en la hostelería de más de 67.000 millones» por el descenso de la facturación en todo el país. Por ello piden más ayudas. El presidente de Cobreca, Pablo González, reclamó en nombre de todos ayudas directas a fondo perdido a empresas y autónomos, aplicar fondos europeos para el mantenimiento de autónomos y pymes, y definir una estrategia estatal de gastronomía y comercio. Además, reclamaron renegociar y ampliar los plazos de carencia en operaciones financieras, mantener los Ertes, un IVA reducido al turismo o legislar ayudas para gastos fijos de alquileres de los locales, entre otras.