La Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública ha suspendido temporalmente la vacunación contra el covid-19 en la residencia de Foietes, en Benidorm, donde se detectó un brote de coronavirus días después de que residentes y personal recibieran la primera dosis, que fue inyectada el pasado 4 de enero.

Fuentes del centro y del propio departamento de salud comarcal han confirmado la paralización del proceso de inmunización en este centro, donde estaba previsto inyectar este martes la segunda dosis, hasta que no se dé por cerrado el brote. Por tanto, todos los que recibieron la primera dosis tendrán que esperar, al menos, a la primera semana de febrero para poder completar el proceso.

La decisión de aplazar el calendario de vacunación en este centro ha causado malestar entre los pocos trabajadores y residentes que no se contagiaron, que temen que alargando este plazo la vacunación pueda perder eficacia y, lo que es peor, seguir hasta esa fecha expuestos día a día a un posible contagio por no haber recibido el segundo pinchazo.

Desde Sanidad indican que, aunque el plazo óptimo entre las dos dosis se estima entre 21 y 28 días, la farmacéutica Pfizer ha confirmado que "no habría problema" en posponer algo más este periodo sin que la vacuna pierda su efectividad. Igualmente, indicaron que en la Marina Baixa el ritmo de vacunación sigue según lo previsto y que hoy mismo se ha vacunado la segunda dosis en otra residencia de mayores y en un centro de salud de Benidorm, a la vez que aclararon que los residentes y trabajadores de Foietes tendrán "reservadas" sus viales hasta que se les puedan suministrar.

Como ya publicó en su día este diario, el brote de coronavirus en esta residencia se detectó días después de que trabajadores y residentes hubieran recibido la primera inyección. La vacuna contra el covid-19 llegó a este centro el 4 de enero, después de que su personal y residentes lograran esquivar al virus durante la primera.

Según distintas fuentes, el brote de covid-19 en este geriátrico ha acabado afectando a unos 70 residentes, prácticamente todos a excepción de una media docena, así como a 37 trabajadores. Además, al menos ocho mayores que residían en el geriátrico han muerto por complicaciones derivadas del covonavirus.