Dijeron que serían inminentes, pero nadie esperaba que lo fueran tanto. La empresa Estación de Autobuses de Benidorm, SL, propiedad del polémico empresario alicantino Enrique Ortiz, ha iniciado las primeras obras de reparación de los desperfectos de la terminal benidormense, después de que el pasado lunes el pleno municipal validara la firma del convenio para rescindir de mutuo acuerdo el contrato de explotación y, de esta manera, poner fin al limbo legal en el que se encuentra este espacio desde hace ya una década.
Tras años de total abandono, en los que este espacio ha visto cómo los comercios acababan cerrando y se ha llenado de suciedad, paredes arrancadas e infraestructuras que no funcionan, como los ascensores, escaleras y rampas mecánicas, varios operarios están procediendo desde primera hora de este jueves a tabicar las paredes de los locales comerciales que se encontraban rotas, con el fin de mejorar no solo la imagen exterior de los mismos sino también para evitar el acceso de personas a su interior.
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El proyecto de reforma que debe ejecutar Ortiz fue valorado en su día por los técnicos municipales en 287.141 euros.
Paralelamente a estos trabajos, agentes de la Policía Nacional también realizan una ronda por toda la terminal, de la cual han desalojado a varias personas que okupaban algunos de estos locales, para constatar que los que se van tabicando se encuentran totalmente vacíos y no hay nadie escondido entre los escombros y múltiples desperdicios que hay en el interior.
Diez años en un limbo legal
Como ha venido contando de largo este diario, la situación de la estación de autobuses de Benidorm es una más de las cosas inexplicables que se acaban dando en esta ciudad, a pesar de tratarse de un importante punto de atracción turística por ser la puerta de entrada para cientos de turistas que llegan a la ciudad en bus.
Con la adjudicación a Enrique Ortiz anulada por un mandato judicial desde el año 2012, han tenido que pasar diez años para empezar a dar solución a todas las irregularidades que acumula, entre ellas un exceso de edificabilidad de cerca de 10.000 metros cuadrados en la zona comercial y el hotel, que ahora también se legalizarán con la nueva licitación.
24,5 millones de indemnización
El pasado 16 de marzo, el alcalde de Benidorm, Toni Pérez, y un representante de la mercantil de Ortiz firmaron por fin el convenio de rescisión de la concesión, por el cual el Ayuntamiento tiene ahora seis meses de plazo -más otros tres de prórroga- para sacar de nuevo a licitación la gestión de la terminal. La nueva empresa que resulte adjudicataria deberá abonar a Estación de Autobuses de Benidorm SL un total de 24,5 millones como compensación por el dinero que invirtió construyendo la terminal y que, debido a la rescisión prematura del contrato, todavía no habría amortizado.
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En el caso de que el concurso quedara desierto, será la empresa del constructor la que siga gestionando el edificio aunque ya con toda la obra legalizada, mientras que el Consistorio no tendrá que desembolsar ni un céntimo de euro como compensación.
En este convenio, el empresario también se comprometía a reformar y acondicionar por completo la terminal, con un proyecto aprobado por los técnicos municipales valorado en 287.141 euros, que debía ejecutar en un plazo de dos meses desde queque saliera a concurso la licitación.
El pasado lunes, no obstante, el pleno municipal aprobó por unanimidad una modificación del convenio para que estas obras se llevasen a cabo de manera inmediata, sin esperar al resto de plazos administrativos, para acabar cuanto antes con el deplorable estado en el que está el edificio.
Fuentes municipales no han podido concretar durante cuánto tiempo se prolongarán los trabajos, aunque la intención que ya expresaron desde el gobierno días atrás es la de llegar a la Semana Santa, cuando se espera un importante movimiento de viajeros, con la estación bastante adecentada.