Han tenido que pasar 10 años desde que una sentencia anulara la adjudicación para que el Ayuntamiento de Benidorm rompa, por fin, la relación contractual que mantenía con Enrique Ortiz para la explotación de la estación de autobuses de la ciudad.

El alcalde Toni Pérez y un representante de la empresa Estación de Autobuses de Benidorm SL han firmado este miércoles la rescisión del contrato adjudicado en el año 2003 y que dejaba la gestión de la terminal en manos del polémico constructor alicantino.

Se trata de una decisión adoptada de mutuo acuerdo, que permitirá que el Consistorio pueda licitar de nuevo la estación sin tener que indemnizar al empresario por la obra ejecutada hasta que venga una nueva empresa, pero que Ayuntamiento y Ortiz llevan postergando desde hace más de un año, cuando el pleno municipal aprobó en enero de 2021 el convenio entre las partes.

Con la rescisión del contrato se pone ahora el contador a cero y empiezan a contar nuevos plazos, durante los cuales se seguirá prestando el servicio como hasta ahora..

El primero, el que otorga al Ayuntamiento un máximo de seis meses para sacar de nuevo a licitación la explotación de la terminal, con la esperanza de que a este concurso acuda un elevado número de empresas. Al menos, para los intereses de Benidorm.

El convenio establece dos puntos por los que una mayor concurrencia beneficiaría al interés general del municipio. Por un lado, porque en el caso de que el concurso quedara desierto, sería el propio Enrique Ortiz quien mantendría la gestión de todo el edificio, que ahora tiene en un estado de total abandono, y además con toda la superficie ya legalizada.

Autobuses y viajeros en la zona de carga de pasajeros de la terminal. David Revenga

Por otro, porque también está previsto que sea la nueva empresa quien tenga que asumir el coste de la indemnización que debe cobrar la empresa de Ortiz por el dinero que invirtió en la construcción del edificio y que todavía no se habría amortizado, al finiquitar precipitadamente la explotación.

En concreto, 24,5 millones de euros, un importante montante económico que, en cualquier caso, no tendrán que asumir las arcas municipales ya que, como se apuntaba anteriormente, si no hay licitador, el empresario alicantino seguirá como adjudicatario.

El segundo plazo que se abre a partir de ahora es el que tiene el empresario para solventar el deplorable estado en el que se encuentra el edificio. Como ha venido publicando de largo este diario, suciedad acumulada en cada rincón; escaleras y rampas metálicas que no funcionan; chapas oxidadas; paredes desconchadas y cristaleras que no se limpian desde hace años u okupas que pasan la noche a resguardo en su interior, son desde hace meses la tónica habitual de este espacio, que ha llevado a dos de las tres únicas empresas que aún sobrevivían en la zona comercial -Mercadona y Lefties- a cerrar sus establecimientos ante la total falta de gestión.

El pacto sellado entre el Consistorio y Ortiz obligaba al gestor a reparar todos los daños de la terminal y dejarla en perfecto estado en un plazo de dos meses desde que saliera a concurso la licitación, un proyecto con un coste valorado en su día por los técnicos municipales en 287.141 euros.

Fuentes municipales han indicado, no obstante, que el gobierno local tiene previsto exigir al constructor que adelante este proyecto y repare de inmediato los desperfectos, achacables únicamente a la falta de mantenimiento, limpieza y gestión por parte de su empresa.

Una de las mayores irregularidades urbanísticas del municipio

Pese a tener un inicio lejano en el tiempo, la historia de la estación de autobuses de Benidorm constituye una de las mayores irregularidades urbanísticas ejecutadas en el municipio por el polémico Enrique Ortiz con el beneplácito de los entonces gestores municipales.

El edificio se encuentra en la actualidad en un estado deplorable. David Revenga

El Ayuntamiento adjudicó en el año 2003 el proyecto de construcción de esta estación, que preveía también una pequeña zona de tiendas, además de varias habitaciones para el descanso de los conductores de bus. Meses después, Ortiz pidió ampliar la zona comercial y el gobierno local le autorizó a través de un acuerdo plenario a modificar algunos aspectos del proyecto.

Sin embargo, de los 500 metros cuadrados inicialmente previstos, el constructor acabó levantando 10.000 m2 y un hotel con casi un centenar de habitaciones, lo que llevó a otras empresas que habían optado al concurso a acudir a la Justicia para denunciar los hechos.

En los años 2007 y 2012 dos sentencias, una del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana y otra del Tribunal Supremo que ratificaba la anterior, anularon la concesión entendiendo que el proyecto definitivo no tenía nada que ver con el original que se le había adjudicado a Ortiz.

"Servicio a la altura de la ciudad"

El alcalde de Benidorm, Toni Pérez, ha afirmado este miércoles que, con la firma de este convenio, "se pone en marcha toda la operativa administrativa para sacar a licitación el nuevo contrato y resolver la situación actual de la terminal y resto de instalaciones que forman el complejo".

Zona por la que muchos turistas acceder a los andenes, con todos los locales comerciales cerrados y donde el mantenimiento y la limpieza brillan desde hace años por su ausencia. David Revenga

Igualmente, a juicio del primer edil, la rescisión definitiva del contrato favorecerá que "en un plazo máximo de nueve meses Benidorm pueda disponer de unas instalaciones y un servicio a la altura que merece la ciudad, los vecinos y vecinas, y todas las personas que acuden a un destino turístico líder como el nuestro”.