Los regantes de la Marina Baixa se plantan contra la EPSAR por subir un 117% el precio del agua depurada

Fueron pioneros en el uso de agua depurada para regar y, a cambio, cedieron sus derechos sobre las aguas limpias para favorecer el desarrollo de la comarca y del turismo. Sin embargo, tras décadas siendo ejemplo de solidaridad, los regantes de la Marina Baixa han dicho basta ante lo que consideran «una auténtica barbaridad».

La Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad Valenciana (EPSAR) ha acordado para este 2023 un incremento del 117% sobre el precio que pagan los regantes del Canal Bajo del Algar por el agua depurada que reciben de la planta de tratamiento terciario de Benidorm para regar sus campos. Dicho de otra manera, que la tarifa, que hasta ahora estaba fijada en 0,24 euros por metro cúbico, pase a costar 0,49 €/m3, para compensar el incremento del coste energético. «Agua depurada casi más cara que el agua potable», censuran. 

El Gobierno vinculará hasta 2027 la tarifa del agua desalada a la evolución del precio de la energía eléctrica

Así lo han denunciado desde el propio Canal Bajo del Algar, la comunidad de regantes que abarca  una extensa zona de cultivos de secano, principalmente cítricos y hortalizas, con 2.659 hectáreas regables en los municipios de La Nucía, Altea, l’Alfàs del Pi, Benidorm, Finestrat y La Vila Joiosa. «Con este precio, a los agricultores no nos quedará más remedio que cerrar nuestras explotaciones», lamenta Ángel Uribe, el secretario de esta entidad, en una queja que también es compartida por otros agricultores y por el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa. 

Por el momento, según han explicado fuentes del Canal Bajo del Algar, este incremento de tarifas está paralizado por la negativa de los propios regantes a asumir los recibos a este precio que, no solo no quieren que se incremente, sino que además reclaman revisar a la baja. «Nos sentimos en una posición de total discriminación», asegura Uribe, quien explica que los agricultores del sur de Alicante, que perciben aguas depuradas de las depuradoras de Rincón de León y Monte Orgergia, pagan estos caudales a 0,1982 euros/m3, tras las inversiones llevadas a cabo por la Conselleria para regenerar el 100% de las aguas.

«Sin embargo —recuerdan— la Marina Baixa lleva usando agua reutilizada desde los años 90 y el coste actual del Terciario de Benidorm es de 0,24 euros/m3 para 2022». O, dicho de otra manera, pagan el metro cúbico 0,05 euros más caro que los regantes del sur. «No entendemos por qué esta discriminación, por lo que exigimos los mismos precios que se aplican a los agricultores que están a 40 kilómetros de distancia», mantiene el portavoz de esta comunidad de riego.

Por este motivo, desde esta comarca reclaman a la empresa pública encargada del saneamiento «las mismas condiciones económicas planteadas para el sur de Alicante», así como nuevas inversiones para alcanzar el vertido cero desde la EDAR de Benidorm hacia el parque natural de la Serra Gelada. 

Mejoras en el terciario

La reivindicación para acometer obras de mejora en la planta de tratamiento terciario es una reclamación que en la Marina Baixa viene de lejos. De hecho, esta infraestructura es incapaz de tratar todos los caudales procedentes de la EDAR y que, una vez depurados, se acaban vertiendo al mar ante la falta de capacidad de la desaladora para asumirlos.

Según los datos que manejan regantes y Consorcio, en la actualidad, en periodos de gran ocupación turística en Benidorm y de mayor consumo, el terciario apenas llega a tratar el 50% de los caudales, coincidiendo además con una etapa de mayor demanda de agua para el riego, al coincidir con los meses de verano y, por tanto, de más calor.

"Llevamos años esperando la ampliación del Terciario de Benidorm al 100% y, una vez satisfecho el riego, redirigir los sobrantes con nuestras conducciones hasta los tramos finales de los ríos Amadorio y Guadalest para complementar los mal denominados caudales ecológicos en la Marina Baixa, como ya se ha hecho en otras zonas de la Comunidad", como en el tramo final del Túria, manifiestan. 

Por último, recuerdan a Conselleria que si no invierte en nuevas infraestructuras para garantizar la demanda creciente del riego y el abastecimiento de los municipios «volveremos a periodos de escasez e incertidumbre» y piden apoyo para un sector al que la subsistencia se le hace cada vez más difícil: «Las naranjas se quedan en el árbol mientras nos quieren cobrar el doble por el agua».