Altea, la perla de la Costa Blanca deslumbra todo el año

El municipio se posiciona como un destino turístico de ensueño en cualquier estación

Descubrir este pueblo es sumergirse en una experiencia que combina lo mejor del mar, la montaña y la cultura

La oferta cultural de Altea la ha consolidado como capital cultural y artística de la Costa Blanca.

La oferta cultural de Altea la ha consolidado como capital cultural y artística de la Costa Blanca.

Miriam Vázquez

Miriam Vázquez

Conocida como la «Cúpula del Mediterráneo», la «Perla de la Costa Blanca» y la «Villa Blanca», Altea se posiciona como un destino turístico de ensueño, ofreciendo a los visitantes una experiencia única durante los 365 días del año. La estrategia de desestacionalización, basada en la cultura, la náutica, la naturaleza, el ciclismo y la gastronomía, ha convertido a este pintoresco pueblo en un rincón encantador para explorar en cualquier estación.

La oferta cultural diversa de Altea la ha consolidado como la capital cultural y artística de la Costa Blanca. El encanto de sus casas blancas, acariciadas por el azul del Mediterráneo, ha inspirado a bohemios y artistas a lo largo del tiempo. Hoy, la ciudad también atrae a estudiantes gracias a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández.

Asimismo, la costa de Altea, con 6 kilómetros de playas y un rico fondo marino, es un paraíso para los amantes de la náutica. Tres puertos deportivos laureados ofrecen diferentes actividades acuáticas. Por otro lado, quienes prefieren la tierra firme encuentran en Altea el destino perfecto, con rutas senderistas por la Sierra de Bernia y el Parque Natural de Serra Gelada.

Los entusiastas del cicloturismo también hallan su paraíso, con diez rutas que inician y terminan en la ciudad, explorando localidades cercanas. La estrategia de desestacionalizar el turismo, con actividades como el cicloturismo, ha permitido mantener un flujo constante de visitantes durante todo el año. 

Además, degustar su gastronomía es otro imprescindible, esta se centra en los pescados frescos y los platos de arroz, auténticas delicias culinarias. Sobre todo, encontrarás platos del mar y de la tierra, utilizando productos de proximidad de la huerta y la bahía de Altea.

Así, descubrir este pueblo es sumergirse en una experiencia que combina lo mejor del mar, la montaña y la cultura, convirtiéndola en una joya turística inolvidable.