Hannibal Laguna llena de color la Fashion Week de Madrid

El diseñador alicantino presenta "Psicodelic shock", una fusión de siluetas de los 50 y estampados de los 60

Uno de los diseños de Hannibal Laguna.

Uno de los diseños de Hannibal Laguna. / Antonio Gutiérrez

Carmen Martín

Hannibal Laguna llenó ayer de colorido y estampados psicodélicos la pasarela de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid con "Psicodelic shock". Una amalgama de tejidos variados, con flores y atrevidos rayados con los que el diseñador alicantino propone un viaje en el que fusiona las siluetas de los años 50 con los elegantes estampados de los años 60.

"Es lo que más me gusta de las dos décadas", dice el diseñador que cuenta que uno de los estampados está sacado de un vestido de su madre de hace muchos años que recuperó a partir de una fotografía. Y es que el proceso creativo de esta colección parte de la creación de estampados propios, impresos sobre crepe satín, organzas de seda y delicadas gasas que se combinan entre sí, explorando sus vínculos para generar una sucesión de hipnóticas piezas nocturnas y elegantes vestidos de jardín con espíritu pop en colores tan brillantes y enérgicos como sofisticados y sensuales.

Una colección ausente de bordados con la intención de confeccionar los vestidos con la mayor celeridad posible. "Las peticiones aumentan, pero no con mucha previsión por lo que pueda pasar", comenta Laguna, que apuesta por los "vestidos de jardín", piezas para utilizar al aire libre, en vivos colores, intensos naranjas y amarillos vibrantes.

Escotes largos, en los que se cuelan faldas bombonera, vertiginosos en V, líneas marcadas con fajines que acentúan la cintura y manga larga con distintas estructuras conforman una colección en la que no falta un vestido "ecológico", en neopreno elástico.

Andrés Sardá y el sujetador como vestido

En la jornada de ayer también presentó sus nuevas creaciones Andrés Sardá, que se ha inspirado en el Nueva York de los 70, para crear prendas lenceras de aire tejano. Luego se han visto conjuntos contrastados con detalles metálicos y tejidos de peluche, ideados para el día jovial y divertido.

Para la noche, el sujetador, columna vertebral de la propuesta, se convierte en vestido. Una de las piezas más aplaudidas ha sido un triquini convertido en pantalón adornado con ocho mil cristales de Swarovski.

Como no podía ser de otra manera, el encaje, ADN de la firma, ha vuelto a ser protagonista en la noche de esta firma que comenzó haciendo mantillas, un accesorio apegado a la tradición española que llamaba la atención en todo el mundo.

"El encaje negro sobre la piel me encanta", añade la diseñadora de la firma, Nuria Sardá, que también trabaja la blonda, el encaje o el tul, siempre presentes en su trabajo, pero no como un mero adorno, sino como un tejido integrado en el patrón de su lencería.

Andrés Sardá con sus modelos tras el desfile.

Andrés Sardá con sus modelos tras el desfile. / Javier Lizon

"La lencería tiene el poder de hacerte sentir bien, aunque nadie la vea", asegura la modista que considera que "vestirse bien por dentro da subidón".

Consciente de que no es momento de frivolizar con la moda, Nuria Sardá detalla que Ucrania y Rusia son parte del mercado de la firma. "Es un espanto lo que está ocurriendo", añade la diseñadora, que valora que la reina Letizia visite la pasarela madrileña. "Es importante que la Reina apoye la moda española, lo agradezco".

Después, Isabel Sanchis mostró una colección inspirada en la diversidad cultural que tienen "sus clientes y su forma de entender la moda", explica la diseñadora que trabaja codo a codo con su hija Paula Maiques.

Como resultado, ha creado piezas que parten de un prêt-à-porter muy trabajado con estampados geométricos cercanos al "pop art" hasta piezas de costura con volúmenes y trabajos artesanales minuciosamente confeccionados como vestidos realizados con bambú y plumas.

En cuanto a la paleta de colores, además del negro, siempre presente en las colecciones de Isabel Sanchis, se ha introducido una gama de marrones, naranjas, pistachos y rosas.

Suscríbete para seguir leyendo