En 1958 Josep Renau aterrizaba en Berlín Oriental, casi sin saber alemán pero con el entusiasmo del militante dispuesto a conocer y vivir en el socialismo real por el que había luchado todo su vida. El artista valenciano venía de México, donde había pasado la mayor parte de su exilio tras tener que abandonar España en 1939. Llegaba a la RDA dispuesto a poner al servicio del Estado todo lo que había aprendido durante años sobre arte y propaganda.

Alemania salva el mural más alto -y marxista- de Renau

En sus primeros años en Alemania Oriental Renau trabajó haciendo películas animadas y carteles para la televisión, pero pronto empezó a centrarse en una expresión artística que había aprendido de la mano del maestro mexicano David Alfaro Siqueiros y cuyo fin era la transmisión de mensajes políticos para una nueva sociedad socialista: el muralismo.

Alemania salva el mural más alto -y marxista- de Renau

En 1967, Renau recibió por parte del Consejo Asesor de Bellas Artes y Arquitectura de Halle-Neustad -una ciudad «planificada» por el Partido Socialista Unificado de Alemania para trabajadores de la industria química- el encargo de desarrollar el «concepto artístico» de una nueva residencia para estudiantes.

Alemania salva el mural más alto -y marxista- de Renau

El plan inicial proponía levantar dos murales verticales de 35 metros de alto y 7 de ancho cada uno en los frontones de las escaleras de la residencia, pero Renau propuso ampliar el proyecto a todo el edificio como un gran mural panorámico de cinco áreas sobre el desarrollo social de la humanidad hacia el socialismo y finalmente hacia el comunismo. Según los primeros borradores, los cinco murales tendrían casi 1,5 km de largo. Ni Renau ni ningún otro artista se había enfrentado en la RDA a un trabajo de esas dimensiones.

Alemania salva el mural más alto -y marxista- de Renau

En 1968 Renau empezó a trabajar en el diseño del proyecto con otros cuatro artistas alemanes pero las discusiones dentro del grupo provocaron su separación y el valenciano se quedó solo. Siguió adelante pero únicamente pudo desarrollar tres de los cinco murales previstos: los dos verticales que habían dado origen al proyecto y un tercero horizontal que ocupaba toda la fachada inferior de la cantina del edificio.

Un millón de euros

Después de años sin recibir ningún cuidado ni mantenimiento, este tercer mosaico, titulado «Marcha de los jóvenes hacia el futuro», fue desmantelado a mediados de la década de 1990. Quedan en pie los murales de las escaleras, las dos obras de 35 metros de altura en las que Renau puso en práctica todo lo que había aprendido en México junto a Alfaro Siqueiros pero dotándolo de un estilo personal que abrazaba el cubismo, el futurismo e incluso el surrealismo.

Uno de estos dos grandes mosaicos, titulado «Las fuerzas de la naturaleza y la tecnología controlada por el hombre», fue restaurada por el Ayuntamiento de Halle en 2005. El otro, «Unidad de la clase obrera y fundación de la RDA», hubiera seguido el mismo camino que el gran mural horizontal desmantelado en los 90 -es decir, deterioro imparable e inevitable desaparición- si no hubiera aparecido la Fundación Wüstenrot, una organización dedicada a la preservación del arte de la antigua RDA, dispuesta a invertir con la administración local un millón de euros para salvar la obra.

Este mural consta de 10.904 piezas de cerámica -el material que mejor resistía la alta contaminación de una ciudad industrial como Halle-Neustead- producidas en serie pero diseñadas individualmente con pintura de esmalte de mayólica.

Renau representó en él una mazorca de maíz, un microscopio y los tubos de órgano como referencias simbólicas a la naturaleza y la agricultura, la ciencia y la tecnología, y las bellas artes. Debajo, un apretón de manos simbolizaba el final de la división de la clase obrera. Y en la parte superior, el retrato de Karl Marx muestra la figura política e ideológica principal.

El contenido, los símbolos y las escenas debían de ser perceptibles por personas en movimiento, algo que Renau había aprendido de Siqueiros y su concepción de los murales para la ciudad universitaria de México DF. Por eso, a la hora de diseñar estos murales, el valenciano estudió el flujo de movimiento de los transeúntes, las posibles líneas de visión y el efecto de la visión lejana y cercana en las imágenes. Así, a través de la elaborada e ingeniosa utilización del color y la composición, Renau logró crear un diseño visualmente impresionante que inicialmente parece en gran parte abstracto desde la distancia, pero que revela más y más contenido a medida que el espectador se acerca.

10.904 placas numeradas

Los tres murales del centro educativo de Halle-Neustad se ejecutaron en 1974, seis años antes de la muerte de Renau en una sala del Regierungskrankenhaus, el hospital de la nomenklatura destinado a asistir a los círculos gubernamentales del Berlín comunista. Los primeros signos del deterioro de «Unidad de la clase obrera y fundación de la RDA» se empezaron a dar a comienzos de este siglo, cuando se detectó que algunas placas de cerámica se habían soltado, que otras se estaban desprendiendo y que habían aparecido grietas y filtraciones.

En 2021 la fundación Wüstenrot empezó a planificar los trabajos de restauración y conservación y sus técnicos examinaron 100 de las 232 filas de placas de cerámica. En mayo de 2022, cuando comenzaron los trabajos de restauración, se encontraron más daños importantes en el área de arriba, donde se encuentra al cabeza de Marx.

Para realizar la restauración se han numerado las 10.904 placas de cerámica, se ha cartografiado su estado y se han consolidado temporalmente las áreas en peligro. Según los restauradores, unas 6.000 baldosas han perdido adherencia y hay que retirar mil para recolocarlas después tras ser sometidas un tratamiento adecuado. En la parte superior de la fachada, alrededor de 500 azulejos están dañados o totalmente destruidos, por lo que hay que rehacerlos.

Los trabajos deberían estar terminados a finales de año. «Se trata de más que un mural, se trata de la cuestión de cómo lidiar con el patrimonio cultural de la RDA -justifica el profesor Philipp Kurz de la Fundación Wüstenrot- Las obras son parte de nuestra identidad alemana, no solo de la RDA».

La exposición del IVAM Los exilios de Renau mostró sus maquetas y bocetos para la ciudad de nueva planta Halle-Neustadt (1964), diseñada para albergar un complejo habitacional y educativo para familias trabajadoras de la industria química. Bebiendo de los preceptos de la Bauhaus y del movimiento moderno arquitectónico, en la RDA se proyectó reconstruir las ciudades devastadas tras la guerra implementando modelos que reinventaran y mejoraran las condiciones de vida de la población. Pero el experimento, tal como mostraba en la exposición un documental de la época, no salió del todo bien.

De los cinco murales proyectados, dos fueron rechazados y Renau realizó solamente tres: El dominio de la naturaleza por el hombre,

La marcha de la juventud hacia el futuro y Unidad de la clase trabajadora y fundación de la RDA.