Su afán por cruzar al otro lado, por saltar barreras y moldear los límites ha encontrado la horma de su zapato. Niño de Elche canta al deseo y Rocío Molina lo baila. El resultado es Carnación, propuesta ecléctica y transgresora que partió de la Premio Nacional de Danza y que indaga en el deseo con la voz del artista ilicitano. Su estreno mundial será este miércoles, en la Bienal de Danza de Venecia.
El deseo como eje central, en la creación artística y en su forma más carnal. Y también el flamenco. O la particular forma de concebirlo y ejecutarlo de Niño de Elche, que une sus fuerzas y su voz a la también transgresora Rocío Molina que baila lo que él canta.
De ahí surge Carnación, un espectáculo que parte de la Premio Nacional de Danza (2010) y que quiso compartir con el ilicitano Francisco Contreras. Un tándem que llega este miércoles a la Bienal de Danza de Venecia -que ha otorgado su León de Plata a la bailaora-, que acogerá el estreno mundial de esta heterodoxa propuesta, como todas las suyas, que realiza "una indagación sobre el cuerpo y la capacidad de construir las imágenes de un pasado que no llegamos a comprender", aseguran en la presentación de esta performance.
Carnación, que hace referencia al proceso pictórico de coloración de la carne, supone un lugar de encuentro entre la violencia, los cuidados y la ternura, la represión y el placer, y también de la música sacra y la electrónica.
La pieza, que cuenta con la dirección escénica de Rocío Molina y Juan Kurz Díaz de Gario Esnaola, y la dirección musical de Niño de Elche, utiliza el vehículo de transmisión de la voz y el baile para abandonar etiquetas superficiales y llegar a comprender la capacidad de liberación de la danza "en un mundo constreñido por el materialismo y la competitividad".
El violinista Maureen Choi, la soprano Olalla Alemán, el pianista Pepe Benítez y el coro de la agrupación Venezian, participan también en esta coproducción entre la Bienal de Danza de Venecia, la Bienal de Flamenco de Sevilla, Grec 2023 y el Teatro Español. Carlos Marquerie se encarga de la iluminación, Leandro Cano del diseño de vestuario y Julia Valencia del diseño escénico.
A Sevilla y Madrid
El próximo mes de septiembre, Carnación cerrará la Bienal de Flamenco de Sevilla en el Teatro de la Maestranza. Y en diciembre se presentará en Madrid, en las Naves del Español en Matadero.
Niño de Elche estará además también en solitario en la Bienal de Sevilla, ya que el 23 de septiembre presentará en el Teatro Lope de Vega su espectáculo Memorial, basado en el disco Memorial del cante en mis bodas de plata con el flamenco con el que celebra sus 25 años de relación con este arte.
Memoria y olvido son dos de las constantes en la trayectoria de Niño de Elche. Lo hizo con el libro In memoriam: posesiones de un exflamenco en 2020, en el que realiza un recorrido por sus años de infancia y juventud, y lo volvió a hacer en 2021 con Canto cósmico, documental que aborda su figura desde una perspectiva caleidoscópica, pasando por su entorno familiar a su universo poético y musical.
La pasada semana, el artista fue el protagonista de la gala de clausura del festival de cante Lo Ferro, el concurso más importante de voces flamencas después de La Unión.
Rocío Molina, que atesora tres Premios Max y galardones como el UK National Dance Award (2016 y 2019), se suma así a la lista de grandes figuras con las que Francisco Contreras ha colaborado sobre los escenarios. Desde Los Voluble a Los Planetas, con quienes creó el proyecto colaborativo Fuerza Nueva, pasando por Israel Galván o C Tangana y La Húngara, en el tema Tú me dejaste querer en 2020.
En 2020, Niño de Elche ingresó en la lista de artistas con obras en los fondos del Museo Reina Sofía con su Auto Sacramental Invisible. Una representación sonora a partir de Val del Omar, pieza sonora que se encuentra expuesta en una sala.
