Daniel Hernández Chambers: "El premio Edebé es un hito en mi carrera literaria"

El escritor afincado en Alicante logra el galardón de literatura juvenil, dotado con 30.000 euros, con "Reyes de la montaña", una historia distópica que pone a prueba a diez adolescentes

Daniel Hernández Chambers gana la XXXII edición del Premio Edebé de Literatura Juvenil

Daniel Hernández Chambers gana la XXXII edición del Premio Edebé de Literatura Juvenil / ENRIC FONCUBERTA/EFE

África Prado

África Prado

"El Premio Edebé es un hito en mi carrera literaria, un paso adelante. La sensación es la de estar caminando sin tocar el suelo", afirma Daniel Hernández Chambers, escritor afincado en Alicante desde hace décadas, autor de más de medio centenar de libros, en su mayoría juveniles, por los que ha obtenido numerosos reconocimientos. 

Ahora acaba de alzarse entre 137 obras con el Premio Edebé de Literatura Juvenil en su 32ª edición gracias a la obra Reyes de la montaña y, además de obtener 30.000 euros y la publicación de la novela, su nombre forma parte de una lista que ya engrosan autores como Carlos Ruiz Zafón (ganador en 1993), Elia Barceló (1998, 2007 y 2019) o Luis Leante (2016, 2020, 2023). 

«Me había presentado otras veces al premio en la categoría infantil y en cuatro ocasiones había sido finalista, pero esta era la primera vez que lo hacía en la modalidad juvenil. Creo que ha tenido mucho que ver la fortuna, porque hay muchos y muy buenos novelistas, además de contar con una buena obra», apunta el autor. La editorial, que lanzará su novela el 20 de marzo, avanza que el lector encontrará «una novela distópica con buen ritmo, intriga, diálogos bien trabados y una excelente construcción de personajes».

Portada de la novela premiada con diseño de Aurora Iratia

Portada de la novela premiada con diseño de Aurora Iratia / UNSPLASH

La obra es una novela coral, protagonizada por diez adolescentes problemáticos procedentes de un centro de menores que, tras unos días de acampada incomunicados en las montañas con su monitor, regresan al refugio para descubrir que un virus mortal ha cambiado por completo su mundo. Cuando el monitor desaparece después de ir en busca de ayuda, los chicos se ven forzados a aplicar las habilidades aprendidas y fortalecer los lazos creados durante su convivencia.

Aunque algo recuerda en este planteamiento a La sociedad de la nieve, Hernández Chambers escribió la primera versión en 2018 y aclara que la "semilla" que germinó en este libro nada tiene que ver con la aventura recién contada por Bayona sino con un artículo que leyó «de un grupo de scouts de Aragón acampados en los Pirineos en el verano de 1936 a quienes el estallido de la Guerra Civil española les impide regresar a casa». A partir de ahí, creó una historia a su manera cambiando el fondo -la contienda- por una pandemia, «mucho antes de que llegara la nuestra del covid [en 2020] y la que yo cuento es más letal que la que vivimos y destruye la civilización en cuestión de días», aclara.

«Los protagonistas son internos en un centro de menores, de vida complicada y compleja, que arrastran delitos de trapicheos y pequeños hurtos y el monitor se los lleva a la montaña para que creen lazos de afecto. Al volver al refugio y darse cuenta de lo que ha pasado, el monitor marcha en busca de ayuda y no regresa. Ahí es cuando deben tomar decisiones por sí mismos y crear sus propias normas de convivencia -ellos, que se han saltado las establecidas- y toda la trama de la novela tiene que ver con esa experiencia», explica Daniel Hernández Chambers.

Más diálogos

Respecto a qué diferencia esta obra de sus novelas de ficción anteriores, el escritor indica que «esta es más dialogada y más coral: son muchos personajes hablando continuamente», además de que intenta siempre «que la última que escribo sea mejor que las anteriores, aunque es el lector el que al final lo valora». También apunta que en los últimos años ha escrito «mucho menos que en años anteriores -por circunstancias ajenas que me hacen no disponer de tanto tiempo- y es cuando más éxito he tenido».

Hernández Chambers, que ha trabajado de camarero, botones y transcriptor de braille, entre otras ocupaciones, ha sido jefe de estación y maquinista del tranvía en Alicante y ahora desempeña su labor en las oficinas «y no puedo escribir a ese ritmo tan vertiginoso».

Daniel Hernández Chambers Josan Hatero, ganador del premio en la modalidad infantil

Daniel Hernández Chambers Josan Hatero, ganador del premio en la modalidad infantil / ENRIC FONCUBERTA/EFE

Reconocimientos

Cierta calma no le ha perjudicado. Estos últimos años ha sido galardonado con el Premio Vila d’Ibi, en 2018, por La chica que coleccionaba sellos y el chico que esperaba un tren; el Algar, en 2019, por Un sombrero anda suelto; y Departamento de asuntos mágicos ha recibido el Premio Azagal en 2022 y el Premio Hache en 2023, este último con un jurado compuesto por más de dos mil adolescentes. El pasado mes de noviembre, finalizó la novela Los dos lados del espejo con la ayuda de más de 800.000 estudiantes hispanohablantes a través de la plataforma Fiction Express.

«Me encanta la literatura infantil y juvenil y la mayor parte de mi obra es esa, pero no me pongo a pensar en la edad del lector cuando escribo. Cuento historias y no veo diferencias», considera el escritor, que opina que el público joven «es más sincero y más receptivo a distintos géneros, no como los adultos, que ya han formado su personalidad como lectores».