Durante seis años consecutivos -entre 1965 y 1970- Alicante fue la capital mundial del motociclismo. En esa época se organizaba el Trofeo Internacional de Motociclismo Fiestas de Invierno en Vistahermosa en un improvisado circuito que se instalaba en la Carretera de La Cantera, Albufereta y Vistahermosa, al que la totalidad de la prensa especializada europea calificó de manera unánime como la "mejor carrera del mundo". Hasta la fecha, aún es el espectáculo deportivo que más espectadores ha reunido para presenciarlo en directo en la provincia ya que hubo edición en que se sobrepasaron los 80.000 espectadores. Para valorar en su justa medida esta cifra basta compararla con la de que a los inicios de los 70 acudían al recién construido Circuito del Jarama no más de 30.000 espectadores para presenciar el Gran Premio de España.

La afición al motociclismo en Alicante data desde los mismos orígenes de la moto como vehículo de transporte. A ello contribuye sin duda la benignidad del clima, ya que se puede montar en moto prácticamente todos los días del año. La proliferación de este tipo de vehículos, unida al afán del hombre por competir en todas las facetas de la vida, motivaron que Alicante fuese pionera en este tipo de eventos tipos deportivos. Fueron muchos los trazados sobre los que se celebraron competiciones, ya en plena posguerra se corrió en este mismo circuito de Vistahermosa. Era tal la afición que, según recuerda Eduardo García Mira, "recién concluída la Guerra como no había motos se llegaron a organizar carreras con las DKW de la Policía Municipal". Posteriormente el escenario elegido fue el Puerto Pesquero, circuito este del que salieron los mejores pilotos alicantinos de la historia como José Medrano, Ramiro Blanco, Pedro Cegarra o Joaquín Rovira, entre otros.

Con el despegue económico de mitad de los 60, las carreras del Puerto se quedaban pequeñas para la creciente afición y las actividades del Motoclub Alicante se multiplicaban.

Afortunadamente, se dio con la persona adecuada y Paco Gomis (propietario de la joyería Gomis) accedió a la presidencia de la entidad y se convirtió en el principal mecenas y en el artífice de que, con la inestimable ayuda de Eduardo García Mira, la afición viese colmado sus deseos y Alicante tuviese su carrera internacional. Tal prueba no fue una carrera más: Fue la mejor carrera del mundo durante todo un lustro y por la cual todo el deporte alicantino estará en deuda eternamente con Paco Gomis, que tanto quiso a este deporte, y sobre todo a su ciudad.