Odiseas de viajes para los equipos modestos

Tres componentes del AtticGo Elche de balonmano estuvieron a punto de quedarse en tierra para viajar a Bilbao y el Clínica Blasco Visitelche Joventut d’Elx de fútbol sala no pudo desplazarse a Galicia por «overbooking» en las líneas aéreas de bajo coste

Componentes del Clínica Blasco Visitelche Joventut d'Elx, que se quedaron sin poder viajar a Galicia

Componentes del Clínica Blasco Visitelche Joventut d'Elx, que se quedaron sin poder viajar a Galicia / J.E.

J. A. Galvañ

J. A. Galvañ

Están en la élite de sus respectivos deportes. Son equipos de Primera División, pero no cuentan con el potencial económico del fútbol, manejan presupuestos bajos, Y no pueden viajar en vuelos chárter, ni en aviones de línea regular. Por ello, se ven obligados a hacer auténticos encajes de bolillos para abaratar lo máximo posible los desplazamientos y poder trasladarse en avión, sin tener que hacer viajes interminables, que algunas veces superan las 24 horas en autocar. Sobre todo, cuando tienen que jugar en el norte de España o en Galicia

Para ello, nos les queda más remedio que recurrir a las líneas aéreas de bajo coste y, una vez en los aeropuerto de destino, tener que coger coches de alquiler, para terminar de llegar a las localidades en las que tienen que jugar sus partidos.

Pero eso, a veces, depara sorpresas y convierten en auténticas odiseas los viajes de los equipos y clubes modestos. El pasado fin de semana lo sufrieron en primera persona los conjuntos femeninos del Club Balonmano AtticGo Elche y el Clínica Blasco Visitelche Joventut d’Elx, que son los únicos representantes de la Comunidad Valenciana en la Liga Guerreras-Iberdrola de balonmano y en la Primera División del fútbol sala femenino español, respectivamente.

El AtticGo Elche se presentó en el aeropuerto Miguel Hernández Alicante-Elche dos horas antes de la salida del vuelo que les debía llevar a Bilbao, para realizar la facturación correspondiente. La expedición, entre jugadoras y técnicos, estaba compuesta por 19 personas. Cuando 16 ya habían facturado, Vueling les comunicó que no podían subir más al avión «por overbooking». A las tres que faltaban se les ofreció un billete para el domingo, cuando el partido se tenía que jugar el sábado, a las siete y media de la tarde, en Barakaldo

Jugadoras y cuerpo técnico del Club Balonmano AtticGo Elche

Jugadoras y cuerpo técnico del Club Balonmano AtticGo Elche / C.BM.E.

El Club Balonmano Elche puso el grito en el cielo, denunció la situación en el mostrador y las jugadoras y los entrenadores colgaron en sus redes sociales la lamentable situación que estaban padeciendo. Vueling se percató del revuelo que se estaba montando y les comunicó que estaban intentando solucionar el tema. Al final, después de mucho sufrimiento, permitieron subir a los tres componentes que faltaban de la expedición ilicitana.

Venden billetes de más

¿Por qué las compañías de bajo coste venden billetes de más? Es la pregunta que todo el mundo se hace. Al parecer, la ley les permite sacar a la venta entre 18 y 20 asientos de más sobre la capacidad del avión, para cuadrar gastos, por si hubiera bajas de última hora, y, luego sálvese quien pueda. Al que le toque el «overbooking» le toca. Esa fue la explicación. 

   Al final, todas las componentes del Club Balonmano AtticGo Elche pudieron viajar a Bilbao y desde allí, en coches particulares, se desplazaron hasta Barakaldo, donde el sábado por la tarde pudieron jugar y cosechar un empate con el Zubileta Evolution Zuazo (20-20).

Sin embargo, el Clínica Blasco Visitelche Joventut d’Elx corrió peor suerte. Las ilicitanas tenían que disputar el sábado, a las seis y media de la tarde, en la pista del Ourense Envialia, la quinta jornada de la Liga de Primera División de fútbol sala femenino. En su caso no disponía de capacidad económica ni para pernoctar la noche antes. Compraron 14 billetes de avión para viajar a Santiago de Compostela y, desde allí, en coches de alquiler a Ourense. 

Cuando se presentaron en el mostrador de Ryanair del aeropuerto Miguel Hernández Alicante-Elche recibieron la mala noticia de que solo había disponibles dos o tres asientos, por «overbooking». En el caso del Joventut d’Elx la reclamación no surtió efecto y no pudieron desplazarse a tierras gallegas a jugar su partido.

El Ourense, como equipo modesto que también es, entendió la situación y accedió a disputar el encuentro en otra fecha. Sin embargo, ahora será el Comité de Competición el que decida si le da el choque por perdido a las ilicitanas, que no solo se quedarían sin jugar y perdiendo el partido. Podría ser sancionado, incluso, con la retirada de algún punto, por no presentarse, y lo que es casi peor, perdiendo el dinero, que tanto sacrificio les había costado conseguir, para pagar 14 billetes de avión y no tener que viajar hasta Ourense, durante 24 horas, entre ida y vuelta, en autocar.

Esta es la lamentable situación que viven muchos equipos modestos de España que cada fin de semana se las ven y se las desean para poder viajar buscando el menor coste posible, porque no disponen de dinero para poder hacerlo de otra forma. Y eso que están en la élite de sus diferentes modalidades deportivas.