Pocas compañías pueden presumir de haber aumentado su facturación más de un 50% en el último año, en medio de las sacudidas provocadas por la pandemia. Sin embargo, RedBond Composites, la filial alicantina del Grupo Alibérico especializada en la producción de paneles de aluminio para impresión digital, ha conseguido dar semejante salto: de los 9,5 millones con que cerró 2020 pasó a 14,8 millones en 2021, y para el presente ejercicio prevé superar los 20 millones.
Una evolución que se basa en la buena acogida que los productos de la compañía tienen en toda Europa -RedBond exporta más del 90% de su producción- y en el empeño de sus responsables por apostar por la innovación que, entre otras cosas, les llevó lanzar el año pasado el RedBond Sanitary, un panel composite de aluminio con una pintura capaz de matar el 99% de las bacterias que se depositan en su superficie y evitar la proliferación de las mismas. Un producto desarrollado junto con la fábrica del grupo en Linares, Alucoat, pensado especialmente para la señalética y las superficies de recintos sanitarios, colegios y otras zonas públicas que requieren de especial higiene.
Una innovación que no es fruto de la casualidad, sino de la apuesta del conglomerado por desarrollar productos para atender las nuevas necesidades provocadas por la pandemia, como apunta su presidente, Clemente González Soler, que como recuerda, presidía el recinto ferial de Madrid -Ifema- cuando, al inicio de la crisis sanitaria, se tuvo que transformar este recinto en un hospital casi de la noche a la mañana.
«A partir de aquella experiencia aprendí mucho del mundo de la sanidad y en Alibérico hemos hecho mucha innovación relacionada con este ámbito», apunta el empresario. Por ejemplo, otra de las firmas del grupo ha desarrollado quirófanos modulares que se montan en dos días, sin obras y sin residuos.
En cualquier caso, lo cierto es que RedBond ya nació con el impulso de la innovación marcado en su ADN. El origen de la compañía está en la antigua Industrias Monteserra, la primera fábrica que adquirió González cuando decidió poner en marcha su propio negocio, tras iniciar su carrera en la planta de la entonces Empresa Nacional de Aluminio (Enasa) en Alicante, y pasar posteriormente por otras multinacionales del sector.
La fábrica, que rebautizó como Eurocolor, se dedicaba al lacado de perfiles para ventanas y, con la crisis de 2008, se quedó prácticamente sin carga de trabajo. Pero González Soler no quería cerrar la empresa por los lazos que mantenía con Alicante, y decidió reinventarla por completo. Tras analizar varias alternativas decidió especializarla para que fuera capaz de fabricar en Europa un producto que hasta entonces prácticamente se importaba en su totalidad de China: las planchas de aluminio y composite para impresión, que se utilizan en cartelería y la decoración de espacios públicos.
Esto supuso que, desde el principio, la fábrica tuvo que apostar por la eficiencia y las últimas tecnologías para poder competir con el producto asiático. La compañía contaba, además, con otra ventaja: la rapidez. Al estar ubicados en Alicante, podían servir un producto a medida en cualquier punto de Europa en dos semanas, frentes a los dos meses de sus competidores.
A esto se sumó la vocación innovadora que le imprime la gerente de la firma, la propia hija del fundador, María González. Así, por ejemplo, la firma fue la primera en certificar sus paneles para las impresoras de HP, lo que también ha impulsado su crecimiento en estos últimos años, según apunta el presidente de RedBond.
Ahora la compañía está pendiente de la ampliación de sus instalaciones en el polígono de Agua Amarga, donde prevé construir una nave de almacenaje y de expedición de contenedores. Una infraestructura clave para su siguiente proyecto: atacar el mercado norteamericano, que espera convertir en uno de sus grandes mercados en el futuro.
El espíritu innovador de RedBond también se muestra en el hecho de que ha sido la primera fábrica de Alibérico en instalar paneles de autoconsumo solar, que ya le permiten generar alrededor del 20% de la energía que consume y controlar costes. Unos costes que también ha visto crecer por el encarecimiento del aluminio, que ha disparado su cotización en el último año, como la mayoría de materia s primas.
