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Las subidas de tipos del BCE costarán hasta 400 millones anuales a las empresas y familias de Alicante

Los empresarios advierten de que el encarecimiento de los préstamos se suma al resto de subidas de coste y puede poner en apuros a las compañías

La sede del Banco Central Europeo en la ciudad alemana de Fráncfort. Europa Press

Las dos subidas de tipos que ha aprobado el BCE, que en apenas dos meses han llevado el precio oficial del dinero del 0% al 1,25%, supondrán un nuevo mazazo para las cuentas de muchos hogares y empresas alicantinas, que se suma al provocado por la inflación. Aunque el objetivo último es, precisamente, estabilizar los precios y evitar males mayores, la decisión de supervisor no deja de ser un coste añadido para todo aquel que necesite financiación y que, una vez que se traslade por completo a los mercados –ya sea a través de las revisiones de los préstamos a interés variable o con la subida de los precios en los nuevos créditos a interés fijo-, puede suponer hasta 400 millones más en intereses anuales para el conjunto de compañías y familias de la provincia.

Y eso a pesar de que el encarecimiento de los préstamos llega cuando el volumen de deuda privada global de los alicantinos se encuentra muy alejado de los máximos que marcó justo antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, en junio de 2008. Entonces, el saldo vivo de los créditos pendientes de pago en Alicante alcanzaba los 56.972 millones de euros, un 73% más que los 32.963 millones que contabilizaba el Banco de España el pasado mes de marzo, los últimos datos disponibles.

Una subida de 1,25% en los intereses sobre ese montante total supondría hasta 412 millones de euros más en intereses cada año, aunque hay que tener en cuenta que una parte minoritaria corresponde a préstamos a interés fijo, que no se verían afectados, y otra, con revisiones a más largo plazo, tardará en llegar.

En cualquier caso, la factura no es pequeña y, más allá de la consecuencia más inmediata -la subida de las cuotas hipotecarias que ya se está registrando-, supone un nuevo obstáculo para las empresas, en un momento en que ya afrontan otras dificultades. "La subida de tipos va a elevar los costes financieros y reducirá todavía más los márgenes y la disponibilidad de recursos para el resto de partidas", apunta el director de Economía y Análisis de la patronal autonómica CEV, Ricardo Miralles.

Más recursos para pagar la deuda pública

Desde el Gabinete de Estudios de la Cámara de Alicante coinciden en que el aumento de los tipos de interés tendrá como consecuencia una menor demanda de crédito, lo que se traducirá en una caída del consumo y la inversión, que presionará a la baja los precios. Pero también recuerda que estas subidas supondrán un aumento del coste de la deuda pública, lo que significa que el Gobierno tendrá menos dinero para otras partidas.

A su juicio, la subida de tipos por sí sola no será suficiente para amenazar la sostenibilidad de las empresas. El problema es que se suma a la "embestida" que supuso la pandemia, el aumento "insostenible" de costes por las subidas de la luz y las materias primas y, ahora, las perspectivas de disminución de la demanda. "Por tanto, hay un conjunto de empresas sobre el que se ha cernido una tormenta perfecta, y que va a tener severos problemas de continuidad", afirma el experto.

Mención aparte merecen las denominadas empresas "zombis", es decir, aquellas que durante los últimos años sólo han logrado sobrevivir gracias a la persistencia de unos tipos de interés extraordinariamente bajos y que ahora se verán en apuros, como recuerda el director de Coyuntura de Funcas, Raymond Torres. Eso sí, Torres señala que suponen un porcentaje muy pequeño del tejido productivo, ya que la tendencia general desde la anterior crisis ha sido a reducir todo lo posible las deudas.

Menos inversión

Otra de las consecuencias que se atisba es un freno en las inversiones, es decir, en el desarrollo de nuevos proyectos, lo que afectará a la creación de nuevos puestos de trabajo. "Dependerá mucho de la rentabilidad que se prevea. Si hablamos de un proyecto en el que se espera un 10% de beneficio, seguirá adelante, pero las empresas se lo pensarán más en aquellos que tengan cifras más ajustadas", explica el director de Estudios del 'think tank' alicantino Ineca, Francisco Llopis.

En cualquier caso, el director de Coyuntura de Funcas considera que, en estos momentos, las empresas tienen, en términos generales, más margen para absorber el encarecimiento de la financiación que las familias, ya que sus precios de venta están subiendo a mayor ritmo del que lo hacen los salarios, como demuestran los datos de inflación subyacente. Por tanto, serán las finanzas las que más sufran en estos momentos.

Al respecto, Raymond Torres señala que la clave, además del ritmo de las nuevas subidas que ya ha anunciado el BCE, será el empleo. "Si mantienen los puestos de trabajo, los hogares se apretarán el cinturón y seguirán. El problema es si pierden los ingresos", explica el economista. Por eso, será este otoño cuando realmente se ponga a prueba la reforma laboral y si los nuevos mecanismos que sustituyen a los ERTE y otras medidas serán tan efectivas como lo fueron durante la pandemia.

Menos demanda de vivienda para primera residencia

Desde la Asociación Provincial de Promotores (Provia) consideran que la subida de tipos tendrá un impacto limitado en las ventas de vivienda de segunda residencia –la mayoría de las que se construyen ahora-, ya que la mayoría de operaciones se pagan al contado o con muy poca financiación, según apunta su secretario general, Jesualdo Ros. A su juicio, el problema estará con los compradores de vivienda para residencia habitual, que sí suelen hipotecarse. De esta forma, se espera que haya una ralentización en este tipo de proyectos.

Por su parte, los hoteleros temen que el encarecimiento de las cuotas mensuales que muchas familias en toda Europa deberán afrontar supondrá "menos dinero disponible para viajar, lo que puede afectar a la demanda turística", según el presidente de Hosbec, Toni Mayor, quien asegura que en las últimas semanas ya se ha percibido una cierta pérdida de ritmo por los problemas derivados de la inflación.

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