El gasóleo ya vale casi un 10% más barato que la gasolina 95 en Alicante

La abundancia de reservas en los mercados internacionales tras un invierno más benigno de lo esperado en Europa propicia la caída de precios del combustible que usan los vehículos diésel

Surtidores en una estación de servicio de Alicante.

Surtidores en una estación de servicio de Alicante. / PILAR CORTES

David Navarro

David Navarro

Muchos conductores no daban crédito a sus ojos cuando, a mediados de marzo del año pasado, por primera vez en la historia el precio del gasóleo superaba a la gasolina 95 en los postes de las estaciones de servicio de la provincia. La guerra de Ucrania rompía así uno de los grandes dogmas del negocio automovilístico, que durante décadas aconsejaba la compra de vehículos diésel a los usuarios que realizaran un uso intensivo del coche, si querían ahorrar, y que había convertido este combustible en la norma para el transporte profesional.

Al principio la anomalía se mantuvo solo durante unas pocas semanas, pero, a partir del verano, lo imposible se convirtió en lo habitual, hasta el punto de que en el mes de octubre el gasóleo A resultaba casi 20 céntimos por litro más caro que la gasolina. Y lo peor es que nada hacía presagiar que la situación fuera a cambiar, ante el aumento del consumo que suele registrarse en los meses de invierno, cuando las calefacciones de media Europa dependen de este combustible, y la entrada en vigor del veto a la compra de petróleo ruso, que anticipaba nuevas subidas.

Sin embargo, de nuevo, las previsiones fallaron y la situación empezó a darse la vuelta hasta que el pasado 6 de febrero se produjo el esperado sorpasso y los precios de los distintos carburantes volvieron a sus posiciones tradicionales. De esta forma, en estos momentos el litro de gasóleo A se paga en las estaciones de servicio de la provincia a una media 1,508 euros, según los datos que recopila el Ministerio de Industria, lo que supone casi un 10% menos de los 1,669 euros que cuesta la gasolina 95.  Es una distancia incluso ligeramente superior a la que se registraba antes de la invasión rusa de Ucrania, cuando el diésel suponía un ahorro medio del 8,2%.

Una gasolinera de Alicante.

Una gasolinera de Alicante. / PILAR CORTES

En este sentido, cabe destacar que, sólo desde el inicio del año, este último combustible se ha abaratado unos 16 céntimos por litro, mientras que la gasolina, por el contrario, ha repuntado casi siete céntimos.

¿Qué ha ocurrido para que se haya dado esta evolución, si la guerra continúa y se han endurecido las sanciones contra Rusia? La clave la tienen el acaparamiento de combustible que realizaron muchos países europeos ante el temor al desabastecimiento y la climatología, según explican desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), que reúne a las principales compañías energéticas del país. Y es que las temperaturas de este invierno han sido mucho más benignas de lo esperado, por lo que el consumo ha sido menor, lo que ha llevado a que la mayoría de mercados disponga ahora de reservas más que suficientes, lo que ha desplomado las cotizaciones internacionales.

Al mismo tiempo, el crecimiento económico en Estados Unidos junto con el inicio de la "driving season" –cuando los norteamericanos empiezan a tomar sus vacaciones y cogen sus vehículos para realizar largos viajes- ha contribuido a elevar el precio de la gasolina.

Esta caída del diésel no deja de ser una buena noticia para la provincia de Alicante, si se tiene en cuenta que, pese al cambio de tendencia que se ha registrado en los últimos años, este combustible sigue siendo el más consumido en la zona, triplicando las ventas de gasolina 95, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos. En concreto, el pasado mes de marzo se suministraron en Alicante 47.564 toneladas de gasóleo A frente a las 17.754 de gasolina 95. Y eso a pesar de que el consumo del primero de ellos todavía no ha recuperado los niveles que tenía antes de la pandemia –en febrero de 2019 se consumieron 51.013 toneladas de diésel-, algo que muchos expertos consideran que ya no ocurrirá ante las medidas de ahorro que ya han asumido muchos usuarios, como el aumento del coche compartido, la mejora de la eficacia de los motores o el teletrabajo.