La reforma laboral reduce a la mitad los alicantinos que encadenan más de diez contratos al año

El aumento del empleo indefinido disminuye la rotación en los puestos de trabajo y permite ocupar a más personas aunque la cifra total de contrataciones descienda

Una oficina de empleo en Alicante.

Una oficina de empleo en Alicante. / David Revenga

La reforma laboral no sólo ha permitido elevar el volumen de contratación indefinida hasta convertirla en la modalidad más utilizada. También está resultando clave para atacar la precariedad más extrema, aquella que sufren los trabajadores que en un solo año se ven obligados a firmar más de diez contratos distintos, ya sea por la corta duración de los empleos que encuentran o por la negativa de sus empleadores a ponerlos fijos, aunque en realidad desempeñen la misma tarea. Una situación que condena a quienes la padecen a una inestabilidad continua, que les impide desarrollar una carrera profesional y, con frecuencia, a un bajo nivel de ingresos.

En el último año el cambio en este aspecto ha sido radical y la cifra de alicantinos en estas condiciones se ha reducido prácticamente a la mitad, según la última edición del informe que elabora anualmente el Observatorio de las Ocupaciones del Sepe sobre el mercado de trabajo de la provincia y que, en términos generales, refleja un descenso de la rotación de los contratos a raíz de la aplicación de la nueva normativa.

De esta forma, aunque el volumen total de contratos registrados se redujo un 2,29%, por la caída de los temporales, el número de personas que encontraron empleo en la provincia durante el año pasado aumentó en un 8,87%. Algo lógico si se tiene en cuenta que una persona que encuentra un trabajo indefinido, ya no necesita firmar un nuevo acuerdo laboral.

Una camarera en una terraza de Elche.

Una camarera en una terraza de Elche. / ANTONIO AMOROS

Así, aumentó la cifra de trabajadores que sólo firmó un contrato a lo largo de todo el año (que pasaron de 167.562 en 2021 a 188.658 el año pasado) o como mucho dos (que sumaron 68.699 frente a los 61.642 profesionales del ejercicio anterior). Pero el salto más significativo se produjo entre aquellos que sufren en mayor medida la precariedad.

De esta forma, los alicantinos que en un solo ejercicio pasan por más de 10 empleos disminuyeron de 4.264 en 2021 a 2.164 a en el último año. En concreto, de estos últimos 1.241 firmaron entre 11 y 15 contratos y otros 923 incluso superaron esa cifra.

Para el secretario de Empleo de CC OO en l'Alacantí-les Marines, José María Ruiz Olmos, se trata de una noticia "muy esperanzadora", sobre todo porque, aunque puede haber casos en los que esté justificado –el sindicalista pone el ejemplo de obreros muy especializados, como determinados tipos de escayolistas, que pasan de obra en obra para realizar tareas muy específicas-, en la mayoría se trata de "encadenamientos de contratos en fraude de ley, que los empresarios utilizan para mantener al trabajador en la cuerda floja". Una forma de control para evitar que puedan reclamar sus derechos o rebelarse frente a unas malas condiciones laborales, según afirma Ruiz Olmos.

También la hasta ahora responsable de Empleo y nueva secretaria general de UGT en l'Alacantí-La Marina, Yolanda Díaz, destaca los beneficios de este descenso de la precariedad, incluso para los empresarios. "Hasta en los trabajos más básicos de sectores como la hostelería se necesita formación y un periodo de adaptación, y eso son costes para las empresas. La estabilidad de las plantillas beneficia al trabajador, pero también a los empleadores", insiste Díaz.

Una trabajadora del sector de la limpieza.

Una trabajadora del sector de la limpieza. / RAFA ARJONES

Por su parte, desde la patronal CEV reducen el impacto de la reforma laboral y aseguran que el problema de la "altísima rotación sigue presente, a pesar del fuerte aumento de la contratación indefinida". Eso sí, lo que en realidad preocupa a los empresarios es lo que denomina "rotación sobrevenida, es decir, el número de empleados que deja la empresa por su propia voluntad".

Una tendencia al alza en todo el mundo tras la pandemia, que la organización presidida por Salvador Navarro considera "un reto crucial" del mercado laboral actual, que, según señalan, "genera problemas de adaptación de la plantilla, disfunciones, incremento de costes de sustitución, y pérdida de conocimiento y reputación".

El problema del empleo se traslada a la parcialidad

A pesar de los efectos positivos que la reforma laboral ha tenido sobre la estabilidad del empleo, los propios sindicatos no ocultan que quedan aspectos por mejorar y uno de los puntos al que se dirigen todas las miradas es el avance de la contratación a tiempo parcial. Otra forma de precariedad, al menos por lo que respecta al volumen de ingresos que consiguen los profesionales que se encuentran bajo esta modalidad.

De esta forma, según los datos del Sepe, el porcentaje de contratos a jornada completa ha descendido en solo un año del 58,9% al 49,17% del total. Por su parte, la contratación a tiempo parcial representa otro 33,15%, mientras que los contratos fijos discontinuos –los que más han aumentado- suman el restante 17,68%.

Se produce, además, un importante sesgo de género, ya que son las mujeres las que acaparan el mayor porcentaje de empleo a tiempo parcial. Así, las mujeres firmaron el año pasado hasta el 60% de los contratos indefinidos a tiempo parcial, y hasta el 61,45% de los temporales con esta misma jornada. Sólo en los fijos discontinuos fueron más los hombres.