Empoderamiento femenino en el ámbito rural

La puesta en marcha de distintos proyectos profesionales y negocios por parte de las mujeres rurales contribuye a la creación de empleo, además de ser una forma de lucha contra la despoblación de este entorno

De izquierda a derecha, Karolina Quaade, Anikka Quaade, Igone Bartumeu y Marina Estrada, reunidas en la mesa de debate.

De izquierda a derecha, Karolina Quaade, Anikka Quaade, Igone Bartumeu y Marina Estrada, reunidas en la mesa de debate. / Rafa Arjones

Mar Vives

Mar Vives

El emprendimiento liderado por mujeres ha crecido de forma exponencial como un motor de desarrollo económico. En concreto, los proyectos de emprendimiento de las mujeres en la España rural se convertirán en una palanca para el desarrollo económico en los próximos años, lo que contribuirá a frenar la despoblación. Así lo asegura el Observatorio del Emprendimiento de España, que ha elaborado un estudio en colaboración con la Empresa Nacional de Innovación y Coca-Cola, y como también lo han manifestado las cuatro mujeres que han participado en la jornada «Mujer emprendedora en el ámbito rural».

En este encuentro han intervenido Igone Bartumeu, gerente de comunicación, relaciones institucionales, y sostenibilidad en el área este de Coca-Cola Europacific Partners; Marina Estrada, del equipo GEM en la Comunidad Valenciana; y Karolina y Anikka Quaade, de la finca La Maye, Premio Mujer Rural 2022 de ASAJA. Estas profesionales han puesto sobre la mesa el panorama actual que rodea a la mujer emprendedora, tanto urbana como rural, cuya principal motivación a la hora de emprender es el «autoempleo ante la escasez de empleo actual», tal y como afirma Estrada, a la que añade otras causas, como la de mantener una tradición familiar, «que en el caso de las emprendedoras urbanas se da en el 24% de los casos y en la rural en un 36%».

Otra de las motivaciones es crear una diferencia en el mundo, de forma que «las emprendedoras urbanas están en un 36% y las rurales en un 30%». La experta añade que el emprendimiento femenino conlleva creación de empleo, «algo que genera riqueza en el territorio»; la internacionalización de la empresa; así como la comercialización de nuevos productos e innovaciones, donde se incluye la utilización de nuevas tecnologías de la información.

Y es en este último aspecto en el que destacan, y se han convertido en un referente en su sector, las jóvenes de la finca La Maye. Karolina y Anikka Quaade han desarrollado un proyecto que tiene por objeto mostrar al público, a través de su canal de YouTube (@FincaLaMaye), cómo es su vida diaria en el campo, la huerta y cómo se realiza la producción de aceite, pero también la venta online de este producto. «Cuando empiezas no tienes grandes objetivos porque no quieres decepcionarte y poco a poco se fueron sumando personas, dejaban comentarios, les inspirábamos en sus proyectos...», confiesa Karolina. «Es bonito porque llevamos la vida que queremos y además lo monetizamos», añade.

Lo que comenzó tras la pandemia como un hobby se ha convertido a día de hoy en su trabajo, con 140.000 seguidores en su canal de YouTube. Aún sorprendidas por el éxito obtenido, la venta del aceite fue el primer incentivo de este proyecto, sin embargo, tal y como argumentan, «no todo iba a ser enseñar todo lo relacionado con la venta del aceite, al final teníamos que ir mostrando otras cosas y se convirtió en transmitir nuestros valores y estilo de vida».

La intención de las jóvenes era usar el canal de YouTube como una herramienta de marketing para vender su aceite y promocionar su producto y «resultó luego ser una fuente de ingresos». Por ello, le dedican el tiempo y el esfuerzo suficiente para que crezca cada vez más. «Nos dimos cuenta que la gente no se va a quedar viendo un vídeo si solo estás vendiendo un producto, tienes que transmitir credibilidad siendo sincero, mostrándote como eres, que la gente se vea reflejado en ti y confíe en ti», señala Anikka.

Perfil sociodemográfico

Según el estudio GEM, Marina Estrada afirma que las principales características sociodemográficas de las mujeres rurales que emprenden son la edad, el nivel de formación y el nivel de renta. Desde le punto de vista de la edad se desprende que existe un escalón en los 45 años, puesto que «aquellas mujeres rurales que han emprendido, es decir aquellas que tienen una empresas nueva consolidada, la edad está por encima de los 45 años; sin embargo, las emprendedoras potenciales, aquellas que tienen la intención de emprender en los próximos 3 años, la edad se sitúa por debajo de los 45 años», asegura Estrada. 

En cuanto al nivel de estudios, la experta afirma que «las emprendedoras rurales han alcanzado estudios secundarios pero en las potenciales sí que existe un mayor porcentaje con estudios universitarios y de postgrado». Finalmente, en el nivel de renta, «el grupo es homogéneo» independiente del estadio de emprendimiento en le que se encuentren las emprendedoras. 

Las ponentes participantes en el encuentro junto a Toni Cabot, director del Club INFORMACIÓN.

Las ponentes participantes en el encuentro junto a Toni Cabot, director del Club INFORMACIÓN. / Rafa Arjones

Cabe destacar también ciertas diferencias entre las empresas creadas por las emprendedoras rurales y las urbanas. Así, Estrada asegura que «las emprendedoras rurales se caracterizan por estar dentro del sector consumo, repartiéndose en pequeñas cantidades en industria, extractivo y servicios, sin embargo en las urbanas existe una mayor proporción de empresas pertenecientes al sector servicios». 

De igual forma, hay particularidades según el tamaño de las empresas, de forma que «las empresas de las emprendedoras urbanas son ligeramente más grandes que las rurales», señala la experta. Otro aspecto que Estrada destaca es el equipo de las personas que emprenden, que en el caso de las rurales, lo hacen o bien con otra mujer de la familia o con la pareja, pero «siempre con alguien del entorno familiar, y además quieren que la gestión continúe en manos de la familia».

Otro dato relevante es que el 20% de las emprendedoras rurales se esfuerza por tener certificaciones en calidad o medioambiental, «lo que denota que se esfuerzan por ofrecer un producto de alta calidad a los consumidores», afirma Estrada. De hecho, un dato que muestra el estudio es la orientación social y medioambiental que puede tener la empresa, concluyendo que las emprendedoras rurales superan en este aspecto a las urbanas en un 70% de los casos, mientras que las urbanas se sitúan en un 60%.

La mujer emprendedora en el ámbito rural

Programa «GIRA Mujeres», la iniciativa que pone en valor las ideas de negocio de todas

En su estrategia de sostenibilidad, Coca-Cola tiene en marcha el proyecto «Gira Mujeres», que pretende contribuir al emprendimiento femenino, de forma que capacita y dota de habilidades a las mujeres para que puedan emprender. Tal y como explica Igone Bartumeu, gerente de comunicación, relaciones institucionales, y sostenibilidad en el área este de Coca-Cola Europacific Partners, «al programa llegan muchas mujeres con ideas de negocio pero necesitan acompañamiento para que esa idea se transforme en realidad». 

Por ello, desde Coca-Cola Europacific Partners trabajan una primera parte de capacitación para que esa idea de negocio inicial sea viable. En una siguiente fase, el programa se divide en dos tipos de vías: las mujeres con ideas de negocio que aún están por trabajar, a las que se les hace un itinerario en el que estudian la viabilidad del negocio, y por otro lado las mujeres que ya tienen un negocio en funcionamiento y lo quieren profesionalizar, con las que se contemplan distintas mejoras.

Finalmente, de entre todas las mujeres que participan a lo largo del año, se seleccionan tres proyectos a través de un jurado a las que da un capital semilla para poder emprender de 6 mil euros a cada una.

«El programa está abierto a cualquier mujer que resida en España entre 18 y 64 años. En la Comunidad Valenciana trabajamos con una entidad de mujeres, Dona Activa, que cuenta con una amplia experiencia en este tipo de formaciones», señala Bartumeu.

El proyecto «Gira Mujeres» destaca por acompañar a mujeres que sueñan con un negocio propio y ayudarlas a hacerlo realidad. Además, tal y como apunta Bartumeu, una de las grandes fortalezas de esta iniciativa «es la conexión que crea entre las propias mujeres. Por ejemplo, en unos días se va a celebrar un encuentro en Baleares con mujeres que han participado en este proyecto y de ahí se crean más ideas y surgen sinergias entre ellas». Otro de los grandes potenciales es que «rompe con la España vaciada y ofrece la posibilidad de emprender vivan donde vivan las mujeres participantes», apunta la experta.

«Gira Mujeres» nació hace siete años con el objetivo de empoderar a 5 millones de mujeres hasta 2020, un objetivo sobradamente conseguido, puesto que en ese año habían llegado con diferentes programas a los 6 millones de mujeres. «Vimos el potencial que tenía el proyecto y la buena acogida, ya que en España habían participado 20.000 mujeres, por lo que a esta iniciativa aún le queda mucho más recorrido», indica Bartumeu.