La xylella devora la almendra en la provincia y le resta 800 toneladas de producción

La destrucción de 202.200 árboles para combatir la plaga acarrea pérdidas de tres millones

Almendros arrancados en un campo de cultivo del municipio de Famorca.

Almendros arrancados en un campo de cultivo del municipio de Famorca. / JUANI RUZ

M. Vilaplana

M. Vilaplana

La xylella está teniendo consecuencias devastadoras para el cultivo de la almendra en la provincia de Alicante, hasta el punto de que ya son 800 toneladas de producción las que se han perdido como consecuencia de la trituración de 2.802 hectáreas con 200.200 árboles para combatir la plaga. Una política de erradicación impulsada desde la Unión Europea (UE) que acarrea pérdidas económicas superiores a los tres millones de euros para el sector. La bacteria está suponiendo la puntilla para las plantaciones, que en los últimos 20 años se han reducido a la mitad debido, también, a su reducida rentabilidad. De hecho, las comarcas del Vinalopó y la Vega Baja se están convirtiendo en el último reducto para este fruto seco

La xylella fastidiosa, una de las bacterias fitopatógenas más peligrosas para la agricultura, que en la provincia se está cebando con los almendros, fue detectada en este territorio en junio de 2017. A partir de ahí ha ido extendiéndose pese a los esfuerzos realizados por la Conselleria de Agricultura que, siguiendo las instrucciones de la UE, ha estado aplicando un plan de erradicación consistente en destruir los árboles afectados, así como los situados en un perímetro de 50 metros al alrededor

Si bien es cierto que el ritmo de propagación ha ido menos, la última actualización vuelve a poner de manifiesto que la plaga sigue ganando terreno. Así, la zona directamente infectada aumenta un 6,4 %, hasta las 3.220 hectáreas, mientras que la demarcada, es decir, aquella que actúa a modo de tampón preventivo, crece un 4,1 % y se sitúa en 145.141.

Los muestreos llevados a cabo, asimismo, han revelado la presencia de la bacteria por primera vez en Benidorm y Benifallim, con lo que en estos momentos son 66 los municipios afectados, 65 en la provincia de Alicante y uno en la de Valencia. En territorio alicantino, las poblaciones están ubicadas en las comarcas de la Marina Alta, la Marina Baixa, l’Alcoià, El Comtat y l’Alacantí, a las que hay que sumar la Safor, en el ámbito valenciano.

Almendros talados para combatir la plaga.

Almendros talados para combatir la plaga. / JUANI RUZ

Dentro de la política de erradicación, se ha procedido a la trituración de 2.802 hectáreas con 200.200 almendros, es decir, 32.800 más que en la última actualización de los datos. Y es precisamente eso lo que está teniendo un impacto directo sobre la producción, dado que se ha reducido en alrededor de 800 toneladas de almendras en grano, lo que supone prácticamente el 25 % de la cosecha total de la provincia de Alicante. A nivel económico, teniendo en cuenta los actuales bajos precios, esta merma supone unos tres millones de euros menos en ingresos.

La xylella, de esta forma, le está dando la estocada a un cultivo que ha ido a menos de forma progresiva en los últimos tiempos debido a su escasa rentabilidad, lo que ha propiciado el abandono de numerosas parcelas. Así, en apenas 20 años se ha pasado en la provincia de 32.400 hectáreas en producción a apenas 15.800. La cosecha, consecuentemente, también ha caído a la mitad, situándose actualmente en unas 3.200 toneladas.

Tras el estrago provocado por la xylella en el norte de la provincia, en estos momentos las comarcas del Alto, Medio y Baix Vinalopó, así como la Vega Baja, se han convertido casi en la reserva espiritual de este cultivo, más allá de las plantaciones que todavía se conservan en la zona afectada y que han conseguido escapar a la acción de la plaga.

Contención

En este sentido, el presidente de la plataforma de afectados y representante de Asaja, Francisco Javier Molines, ha insistido en la reivindicación del colectivo de cambiar el actual plan de erradicación por otro de contención, que solo implique la eliminación de los árboles directamente infectados, y no los que están a su alrededor. «La solución -destaca- no puede ser arrancarlo todo, porque lo único que van a conseguir es que desaparezca la agricultura de las zonas rurales y que los montes se conviertan en un polvorín».

El problema, añade Molines, no es solo la destrucción del arbolado, sino el hecho de que las especies autorizadas para la replantación no son rentables. Según sus palabras, «nos están diciendo que plantemos olivos o algarrobos, que son las especies que se ajustan a estas zonas de secano, pero su rentabilidad es mínima. Lo ideal sería que se apostara por variedades de almendro resistentes a la plaga». Además, subraya el portavoz de los afectados, «hay que tener en cuenta que la mayoría de los propietarios son mayores, de entre 60 y 70 años, y no van a plantar ahora y empezar de cero, dado que hay que esperar bastante tiempo para que los árboles sean productivos».

Los afectados, de momento, desconocen las intenciones de la nueva Conselleria de Agricultura surgida de las últimas elecciones autonómicas, «entre otras cosas -lamenta Molines-, porque les está costando mucho realizar los nombramientos. En su momento dijeron que eran partidarios de la contención, pero vamos a ver».

Muy críticos se muestran también en La Unió con el retraso en la designación de los nuevos cargos, algo que consideran totalmente insólito a estas alturas. En cualquier caso, el responsable del sector en la provincia, Julián Úbeda, recuerda que en esta organización siempre se han mostrado partidarios del plan de erradicación que se ha venido llevando a cabo. Según explica, «no podemos arriesgarnos a que pase como en Italia, donde la xylella acabó propagándose y arrasando todos los cultivos».

La cosecha se reduce un 21% esta campaña

La cosecha de almendra de la provincia de Alicante va a registrar una reducción del 21% respecto a la media de los últimos tres años como consecuencia de la sequía. Las previsiones apuntan a que la producción quedará situada alrededor de las 2.500 toneladas en grano, en una campaña en la que los precios, además, se encuentran en niveles bajos.

Julián Úbeda, representante del sector de la almendra por parte de La Unió, explica que la falta de lluvias ya se dejó notar en la época de floración, cuando, resalta, «los árboles se desprendieron de la mayor parte de las flores para poder sobrevivir».

La situación, con todo, continuó a posteriori, impactando de lleno en las parcelas de secano, que son la mayoría. «El regadío    -señala- se va a salvar, pero en el resto la producción va a ser muy limitada y, además, con una almendra muy pequeña, porque apenas ha podido engordar».

Por si todo esto fuera poco, los precios están por los suelos, a apenas 3,5 euros el kilo de almendra en grano, lo que supone la cotización más baja en diez años. La explicación hay que buscarla en el aumento de la producción en el conjunto de España, alrededor de un 50%, pero, sobre todo, en la procedente de Estados Unidos. Según Úbeda, «allí vienen encadenando supercosechas un año tras otro, y eso se está reflejando en los precios, que no hay forma de que tiren hacia arriba».

La situación del sector, por tanto, es más que delicada, de ahí que desde La Unió se venga reivindicando desde hace tiempo a la Conselleria de Agricultura un plan de reconversión de almendros que permita corregir los graves defectos existentes en estos momentos, y que incida en el rejuvenecimiento del arbolado, la reconversión en regadío o la adaptación a las nuevas variedades más comerciales y productivas. Al mismo tiempo, solicitan que, al igual que se ha hecho con otros sectores, se habiliten ayudas por las grandes pérdidas económicas de los últimos años.

De hecho, si en la actual campaña el detonante de las pérdidas ha sido la sequía, en la anteriores sucedió todo lo contrario, con heladas y un exceso de lluvias que generó problemas de hongos.