El Colegio de la Abogacía de Alicante: la defensa de la defensa

El Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI) está formado por 3.201 colegiados y colegiadas ejercientes y 1.341 profesionales no ejercientes

Uno de los pilares del Colegio de la Abogacía de Alicante es ofrecer formación continua.

Uno de los pilares del Colegio de la Abogacía de Alicante es ofrecer formación continua. / Información

En sala, ante un procedimiento o a la hora de iniciar una demanda, el profesional de la abogacía se encuentra sólo. Sin embargo, en cada una de las acciones que lleva adelante un abogado o abogada debe recordar que cuenta con el respaldo de su colegio profesional que, entre otros muchos servicios, le otorga la defensa de sus intereses cuando éstos se ven vulnerados. 

El Ilustre Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI) está formado por 3.201 colegiados y colegiadas ejercientes y 1.341 no ejercientes, que pertenecen a los partidos judiciales de Alicante, Benidorm, Dénia, Elda, Novelda, San Vicente del Raspeig, Villajoyosa y Villena. Por volumen y peso específico, se sitúa entre los diez colegios profesionales de la abogacía más importantes de España. Los letrados y letradas cuentan con una amplia gama de servicios entre los que destacan el seguro de responsabilidad civil -incluido en la cuota colegial- la formación -tanto presencial como online-, el acceso a las bases de datos jurídicas o la defensa de su actuación cuando se producen incidencias ante las administraciones públicas.

CRAJ

La abogacía encarna el derecho de defensa, pero en muchas ocasiones no lo ejerce para sí misma. La Comisión de Relaciones con la Administración de Justicia se encarga de gestionar aquellas quejas relacionadas con una conducta, acto o resolución contra la libertad, dignidad o independencia del abogado o abogada que tenga lugar en el ejercicio de su labor profesional. La colegiación debe hacer llegar dichas quejas a través de un formulario habilitado en la web del ICALI (www.icali.es) y los representantes de dicha comisión consensuarán con el letrado o letrada el modo de actuar para solventar la incidencia. 

Formación

Uno de los pilares del Colegio de la Abogacía de Alicante es ofrecer formación continua en casi la totalidad de las ramas del Derecho. Así, en 2022 se celebró medio centenar de cursos, jornadas y talleres, que se tradujeron en más de 460 horas de formación. Casi 2.500 colegiadas y colegiados asistieron a estas sesiones en formato presencial y online.  

Turno de Oficio

Por otro lado, en el marco de sus competencias y de la continua defensa de la labor de la abogacía del Turno de Oficio, el ICALI ha trasladado a los nuevos responsables de la Conselleria de Justicia la necesidad de incluir en el baremo todas las actuaciones que los letrados y letradas realizan y que no están reconocidas y debidamente abonadas. Del mismo modo, se ha solicitado que se cumplan, tal como hasta el momento ha sucedido, los plazos de pago por la asistencia jurídica gratuita, que en el Colegio de la Abogacía de Alicante llevan adelante más de un millar de profesionales.

Previsión social y jubilación de la Abogacía

Ante la actual situación de parte del colectivo de la abogacía mutualista, en el ICALI se ha impulsado una mesa de trabajo formada por colegiados y colegiados. Esta comisión pretende analizar y plantear soluciones como la llamada pasarela al RETA, así como explorar el complemento de las pensiones, que estas tengan un tratamiento fiscal que se corresponda con su carácter asistencial, así como promover las reformas legislativas a estos fines.

Fernando Candela Martínez. Decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI)

Fernando Candela Martínez. Decano del Ilustre Colegio de la Abogacía de Alicante (ICALI) / Información

Abogacía y tutela judicial efectiva

La abogacía es pieza fundamental en la administración de justicia y aseguro que sigue al pie del cañón salvando muchas de sus carencias y actuando incluso como dique de contención ante las quejas de la ciudadanía por el retraso y la desconsideración. Justificamos lo injustificable porque tampoco queremos dar de la Justicia una mala imagen al ser parte esencial de ella, pero… ¿qué hacen el resto de operadores jurídicos?, ¿qué es lo que deben hacer? 

La respuesta es clara: administrar justicia. No puede tratarse, o eso pienso, de ponerse de espaldas o de hacer el mayor daño posible a la ya decrépita situación de los juzgados y tribunales ni de causar el mayor perjuicio a la ciudadanía y a los profesionales. Lógico es que la abogacía se desgañite porque le va mucho en juego, su presente y su futuro como profesión.

Al final, cuesta hablar de tutela judicial efectiva. El otro día oía a un ponente aquello de velar por la tutela judicial efectiva, y me sonó a velar de velatorio. 

De ahí que desde la Abogacía reivindiquemos a voz en grito un Pacto de Estado para que la Justicia funcione. Que pueda trabajar la abogacía es sinónimo de que la cosa marcha y en consecuencia que se van resolviendo los problemas a los ciudadanos y ciudadanas. La tardanza solo favorece al que nada le va y si acaso, al que le da lo mismo.

He hecho un paréntesis para escribir este artículo y vuelvo al tajo porque mañana me vence un plazo de tres días que imperativamente, como abogado, no puedo dejar de cumplir, y fíjense por donde que he alegado en el escrito velar por la tutela judicial efectiva, aunque al final he decidido que, en lugar de citar el artículo 24 de la Constitución Española, le voy a poner al recurso dos velas. En la esquela habrá que insertar el nombre y sus dos apellidos: Doña Tutela de nombre, Judicial de primer apellido y de segundo Efectiva, por si algún allegado quisiera reclamarla.

La abogacía siempre ha acudido a este entierro como plañidera, pero es la hora de, en lugar de gimotear, ponerse al frente de la comitiva y como a Lázaro resucitarla de una vez por todas.

Lo dice uno que forma parte de un colectivo orgulloso, preparado, fundamental en la administración de justicia, de una profesión tan importante, que es precisamente la que lleva a los justiciables a los juzgados para que allí se les administre justicia y la que le da la voz a esa ciudadanía, que, no lo olvidemos, es la que nos paga a todos, y cuando digo a todos es a todos y a la que, muy a su pesar, no se le da cumplida y pronta respuesta. Afirmo: La abogacía como defensora de la tutela judicial efectiva. 

Llevamos a gala ejercer el más sagrado de los derechos, el derecho de defensa, y a tan plausible fin es imprescindible que la Justicia funcione.

Continuará.