El Consell aprueba la declaración ambiental para los nuevos hornos de Aludium

Las instalaciones permitirán a la factoría aumentar la fundición de aluminio y reducir su dependencia de proveedores externos

Las instalaciones de la fábrica de laminado de aluminio en Alicante.

Las instalaciones de la fábrica de laminado de aluminio en Alicante. / Álex Domínguez

David Navarro

David Navarro

La Generalitat ha dado luz verde a la modificación de la autorización ambiental integrada que había solicitado Aludium con el objetivo de instalar tres nuevos hornos y un sistema de depuración de gases en su fábrica de Alicante. Una inversión que permitirá a la compañía elevar su capacidad de fundición de aluminio hasta las 58.000 toneladas anuales y reducir su dependencia de los proveedores externos.

Así lo recoge el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana en su edición de este martes, en la que se da luz verde a esta nueva declaración de impacto ambiental de la factoría, eso sí, con algunas condiciones para evitar que algunos de los materiales utilizados puedan ser arrastrados por las aguas pluviales y acabar contaminando la zona. El proyecto había recibido alegaciones de Ecologistas en Acción y de la Asociación de Vecinos de San Gabriel.

La principal industria pesada que queda en la provincia de Alicante -que se dedica a la producción de aluminio laminado para la fabricación de tapones, planchas de impresión o placas para fachadas y otros elementos constructivos, entre otros productos-, lleva años apostando por el reciclaje para reducir la compra de materia prima a terceros y mejorar su rentabilidad.

La fábrica de Aludium en Alicante.

La fábrica de Aludium en Alicante. / Álex Domínguez

Chatarra "sucia"

Así, en 2018 la factoría alicantina ya recuperó la fundición que se vio obligada a cerrar tras el estallido de la crisis de 2008, pero el problema era que en estos hornos sólo podía recuperar los recortes de su propia producción o la de sus clientes que estuvieran limpios, es decir, sin pintar ni lacar.

El objetivo de la puesta en marcha del nuevo sistema de hornos es poder fundir también chatarra "sucia" (lacada, como los botes de refresco), lo que le permitirá comprar material para fundir a terceras empresas y aumentar sus aprovisionamiento a través de esta vía, según explica el presidente del comité de empresa de la fábrica, José Manuel Pascual, que ha expresado su satisfacción por la apuesta de la compañía por las instalaciones alicantinas que significa este proyecto. Una apuesta que se materializa, además, cuando la plantilla se encuentra en ERTE por la reducción de pedidos que se registra en el mercado desde el año pasado.

La instalación de los tres nuevos hornos permitirá elevar de 15.000 a 58.000 toneladas la capacidad de fundición y reducir en la misma proporción la compra de materia prima a otros operadores del mercado. Una reducción de costes que contribuirá a la competitividad de Aludium, que el año pasado cambió de dueños, ya que el fondo Atlas Holding vendió la compañía al grupo norteamericano Jupiter Aluminium Corporation, también propietario de la valenciana Grupo Baux.

Una parte de la fábrica de Aludium.

Una parte de la fábrica de Aludium. / Álex Domínguez

Sin embargo, la construcción de los tres nuevos hornos –dos fusores (uno rotativo y otro de reverbero) y otro mantenedor- exigía una modificación de la autorización ambiental integrada. Además, para utilizar chatarra del exterior, la firma también debía solicitar autorización de gestor de residuos no peligrosos.

Con condiciones

Pese a las reticencias de ecologistas y vecinos, el director general de Urbanismo, Paisaje y Evaluación Ambiental considera "aceptable" el proyecto planteado por la compañía, siempre que se desarrolle según el plan propuesto y de adopten algunas medidas, como cargar y descargar las sales necesarias para la fundición y las escorias en zona cubierta para evitar que puedan ser arrastradas por la lluvia y contaminar el terreno.

Aludium Transformación de Productos, que agrupa la actividad de la factoría de Alicante y su "hermana" de Amorebieta, cerró el ejercicio de 2022 con unos ingresos de 783,5 millones de euros, un 39,7% más que el año anterior, gracias a la subida que experimentó el precio del aluminio. Igualmente, registró un beneficio de 51 millones de euros, un 40% más, según los últimos balances depositados en el Registro Mercantil.