El barrio del Corazón de Jesús cerró ayer sus fiestas con una tradicional procesión en la que, como es habitual, además del trono, los protagonistas fueron los niños que este año han tomado la Primera Comunión y que desfilaron formando parte de la comitiva.

Y es que durante la jornada de ayer los actos religiosos tomaron el protagonismo y la parroquia que da nombre al vecindario se convirtió en centro neurálgico de las actividades que cerraban las celebraciones que se vienen desarrollando de foma más intensa desde la pasada semana.

La procesión de ayer, como es habitual, congregó a numerosos residentes de la zona y asiduos de la parroquia, que se concentraron principalmente a la salida y entrada del trono de la iglesia.

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús fue portada a hombros por costaleras de la Santa Mujer Verónica y discurrió por las principales calles del céntrico barrio. Así, fueron muchos los vecinos del área que seguían la procesión desde sus balcones y ventanas.

La procesión puso fin a una jornada que comenzó por la mañana con una misa.

A partir de las 18 horas bastantes fieles pasaron por la iglesia donde se tenía en exposición al Santísimo y se celebró un triduo, la bendición y reserva del Santísimo. Un poco más tarde, y antes de la salida de la procesión, tuvo lugar una misa solemne que estuvo presidida por el reverendo Daniel Riquelme, que es vicario episcopal de la parroquia San Esteban Protomártir de Alicante y fue nombrado por el papa Francisco «misionero de la misericordia» de esta diócesis.

Tras la procesión del Sagrado Corazón de Jesús, los festejos del barrio se dieron por concluidos sobre las 22 horas, con el lanzamiento de un castillos de fuegos artificiales.