La basílica de Santa María necesita una reforma desde hace más de una década y la última caída de cascotes desde su cornisa, que se produjo a mediados del pasado enero, puso de manifiesto una vez más las múltiples deficiencias que arrastra la casa del Misteri d’Elx. Hasta la fecha solo se han tenido que lamentar daños materiales pero el riesgo para los viandantes del centro de Elche es más que evidente. Ante esta situación, el Ayuntamiento se ha visto obligado a recurrir al Ministerio de Cultura para pedir su implicación en la necesaria reforma y solicitar fondos que financien la rehabilitación. Con este propósito, el propio alcalde, Carlos González, ha enviado una carta a la dirección de Patrimonio y Bellas Artes.

El primer edil mantuvo ayer una reunión, acompañado por las responsables municipales de Cultura, Marga Antón, y Urbanismo, Ana Arabid, con el vicario episcopal, José Antonio Valero, el párroco de Santa María, Ángel Bonavía, y el presidente del Patronato del Misteri, Francisco Borja, para analizar el estado en el que se encuentra el templo e informarles de las gestiones que se han venido haciendo en las últimas semanas con el ministerio para lograr la rehabilitación.

«Queremos la implicación del Gobierno en la financiación de las obras que se determinen necesarias porque es un edificio con un importante valor cultural, que acoge las representaciones del Misteri», manifestó el alcalde tras la reunión que mantuvo en el Ayuntamiento con los representaciones eclesiásticos. Una de las cuestiones que González quiere poner en valor para que Cultura atienda las peticiones que le llegan desde Elche es que la importancia del inmueble trasciende más allá del ámbito local, puesto que es la casa de todo un Patrimonio de la Humanidad.

En un extracto de la misiva que el regidor ilicitano ha enviado al ministerio se puede leer: «En la actualidad este edificio presenta un avanzado estado de deterioro de la piedra utilizada en su construcción». La carta está apoyada por un informe del departamento de Patrimonio Cultural en el que se resalta que algunas de las zonas que presentan un mayor desgaste son la fachada principal, las cornisas y las terrazas interiores. «Podría implicar un peligro real de desprendimiento, lo que nos ha obligado a instalar redes de protección en distintas zonas de la basílica ante la posibilidad de caída de fragmentos a la vía pública», añade el alcalde en su escrito. Algunas de las redes que menciona fueron instaladas hace ya dos décadas y una de ellas, la que está situada en la portada de San Juan, tuvo que ser remplazada por otra nueva tras el último desprendimiento de cascotes que se registró a mediados de enero.

Tanto el párroco Bonavía como el presidente del Patronato del Misteri también ofrecieron ayer sus impresiones tras el encuentro que mantuvieron con los integrantes del equipo de gobierno. «Nos parece muy bien que el Ayuntamiento se preocupe y se interese por la basílica. Nosotros también estamos haciendo gestiones para conseguir ayudas de la Conselleria de Cultura y la Diputación», apuntó Bonavía. En la misma línea se pronunció Borja: «Santa María es un patrimonio de todos los ilicitanos y hay que actuar ya para que su deterioro no vaya a más».

Las gestiones a las que hace referencia el párroco del templo pasan principalmente por la elaboración de un plan director en el que se está trabajando para presentarlo a la conselleria y conseguir su implicación en la restauración en un plazo de tres años. Con esta intervención, necesaria desde hace una década, se podría dar carpetazo a problemas como las grietas en su fachada, las redes que cuelgan de ella, las esquinas deterioradas o los desprendimientos de cascotes.

Tras el último incidente que se produjo a principios del presente año los responsables de Santa María estimaron en tres millones de euros la financiación que se necesita para acometer la rehabilitación del templo. Buena parte de este dinero podría llegar desde el ministerio si las gestiones que ha puesto en marcha el equipo de gobierno llegan a buen puerto.