Tras 25 años dedicados a la gestión medioambiental, creo que puedo opinar con cierto criterio, sobre la degradación que está sufriendo el Pantano de Elche, y el foco mediático que se ha dirigido a los usuarios de las bicicletas de montaña, responsabilizándolos de esta situación, francamente, considero que es desproporcionado, y revela un análisis simplista de la situación. Me explico, basta dar un paseo por el paraje para ver cómo a diestro y siniestro se encuentran residuos abandonados, que se localizan cuatro grandes vertederos municipales, donde están enterradas más de 2,8 millones de metros cúbicos de basura, ahí es nada, clausurados de cualquier manera, incumpliendo toda la legislación de referencia, encontrando aún un vertedero activo de residuos industriales en el Ferriol, ¿no os parece un impacto ambiental mucho más grave que el de las bicicletas de montaña?

Hablemos también de los cultivos de regadío que se han implantado en la zona, recordar que estamos en una zona de clima semiárido, donde cualquier alteración del suelo natural puede suponer grandes problemas, pues bien, en los últimos 20 años se han puesto en marcha más de 500.000 metros cuadrados de cultivos, en parcelas colindantes al Pantano, con consumo de agua, infiltración de nutrientes, aplicación de fitosanitarios, etc. donde a su vez, se han abandonado 130.000 metros cuadrados de estos mismos cultivos, tras las alteraciones de las parcelas, en cuanto a su geomorfología y dinámicas de escorrentías, ¿esto no genera impactos ambientales?, y así podríamos seguir hablando de otras actividades que están afectando directamente al paraje (la caza, las romerías, el paso de vehículos, el corte de caminos tradicionales, etc.), pero nada, la culpa de la degradación de las sierras del Pantano de Elche la tienen las bicicletas de montaña.

Sobre el estado actual del enclave subyace una profunda falta de gestión de las administraciones públicas implicadas, se debería tomar muy buena nota de la gestión realizada por el Ayuntamiento de Aspe, todo un ejemplo de gestión en el Paraje Natural Municipal de los Algezares. Cierto es que Elche ha vivido de espaladas a las sierras del Pantano, dedicando principalmente sus recursos a la zona del campo, pedanías y playas, no ayudando la falta de un proyecto de gestión por parte del Ayuntamiento, que ha llevado al actual situación que sufre el enclave, con el estado ruinoso de los merenderos, la presencia de vertidos, la nefasta reforestación existente, la perdida de patrimonio histórico y cultural, etc, siendo la única inversión destacable en los últimos años la recuperación del edificio de la central eléctrica en la base del Pantano.

La correcta conservación de los espacios naturales no debería ser incompatible con el disfrute de los mismos, lo que no se conoce y se usa, nunca será respetado por los ciudadanos, y en el caso concreto de las bicicletas y el senderismo, si hay sendas con especial valor ambiental, hay que señalizarlas y regular su uso, pero nunca prohibir el paso sin motivos coherentes. También quisiera destacar que los compañeros de IMBA-CV, están trabajando intensamente para poner en valor el deporte de la bicicleta de montaña, difundiendo buenas prácticas ambientales, defendiendo ante las administraciones públicas el derecho a practicar la bicicleta de montaña en los espacios naturales, y ofreciendo la mano a los responsables técnicos y políticos para llegar a entendimientos allí donde pueda existir conflictos, por lo que sería muy conveniente, que nos pusiéramos a trabajar todos juntos, para permitir un uso consensuado y racional de los espacios naturales, por parte de todos los colectivos y ciudadanos.