El tiempo que está tardando el equipo de gobierno en presentar a los placeros del Mercado Central el proyecto de un edificio de abastos definitivo para la ladera está agotando la paciencia y aumentando el malestar en el seno del colectivo de vendedores. Urgen conocer qué tipo de inmueble pretenden construir PSOE y Compromís y que haya comunicación en torno a las decisiones que están tomando sobre su futuro porque aseguran que se enteran de todo por la prensa.
Los responsables de los puestos que van a cumplir siete años trabajando en las instalaciones, habilitadas de forma provisional en la avenida de la Comunitat Valenciana, ven con asombro y descontento que el ejecutivo local haya encargado a estas alturas del mandato un estudio para recoger sus necesidades como antesala a la elaboración de un anteproyecto y de un cúmulo de trámites para hacer las obras ya en el próximo mandato. Medio año después de que el alcalde, Carlos González, les ofreciera en una reunión un nuevo mercado en la ladera, con aparcamiento subterráneo en la calle José María Buck y un boulevar, no tienen nada más que la promesa de que tendrían sobre la mesa un proyecto para hacerse una idea de lo que le estaban proponiendo. El regidor dio ese paso tras haber rescindido el contrato para ejecutar un nuevo edificio con parking subterráneo en la plaza de la Fruita.
Fue en ese encuentro celebrado en octubre cuando los vendedores reclamaron al primer edil que antes de que acabara el año pudieran contar con un boceto. Decidieron esperar a «darles la oportunidad para que nos convencieran de quedarnos aquí porque convencidos no nos tienen porque no hemos visto nada», asegura Marcicel Trotta, portavoz de la asociación de placeros Nou Mercat d’Elx, quien admite el descontento que tienen con los responsables municipales «ante la desidia» que consideran que están sufriendo por todo el tiempo que están tardando en desbloquear su situación.
Lamentan que ni siquiera Pimesa, la empresa municipal, a la que el ejecutivo local le ha encomendado el estudio de necesidades para definir cómo tiene que ser el futuro edificio, haya podido comenzar a recabar todavía las opiniones de los placeros, lo que hace que cada vez tengan menos esperanzas en tener una solución a corto plazo.
Lo que quieren es que de una vez por todas le presenten algo «seguro», afirma la representante de la asociación Nou Mercat. Fuera de la directiva, tras los mostradores de algunos de los 36 puestos que hay en el mercado provisional, hay quienes tampoco ocultan su desconfianza hacia el Ayuntamiento y se muestran incluso más críticos por las vueltas que ha dado con este asunto. En mayo cumplirán siete años en unas instalaciones provisionales tras desalojar el Mercado Central y ya dan por seguro que llegarán a los diez años en este lugar sin que hayan empezado las obras para construir el definitivo.
Las peticiones
Ante la pregunta de ¿cómo es el mercado que quieren tener? todavía hay quienes siguen defendiendo que es el que firmaron con Aparcisa en 2015, un contrato cuya rescisión está en manos de la justicia. Para los que ya se resignan a tener que quedarse en la ladera, como pretenden PSOE y Compromís, quienes han empezado a modificar ya el Plan General para posibilitar esta alternativa, comparten cuál la primera condición que debe tener el edificio de abastos.
Lo primero es que cuente con un aparcamiento cerca. La portavoz de los vendedores suscribe que es «lo más urgente para tener un caudal de clientes asegurado», ya que, como dicen algunos placeros, siguen recibiendo muchas quejas por la falta de estacionamientos. Que sea funcional y que les permita tener sus puestos en condiciones, es la segunda petición que les hacen al equipo de gobierno.
También tienen claro que no quieren irse a otro edificio provisional, mientras duren las hipotéticas obras, dada su experiencia con las instalaciones temporales.
