La suspensión de la Nit de l'Albà ha sorprendido a los ilicitanos y a los cientos de turistas y visitantes que querían vivir un espectáculo único. En la calle la desilusión era palpable, tras dos años sin que se haya podido celebrar esta fiesta y el esperado lanzamiento de la Palmera de la Virgen. Pero también comprensión por esta medida que ha tenido que tomar el equipo de gobierno por la previsión meteorológica. "Me parece una decisión muy sabia", comentaba el ilicitano Carlos Gil que iba a seguir disfrutando de la noche en el racó gastronómico, si finalmente no se decide cerrar. Por su parte, Joana, de Alicante, aunque aseguraba que "era normal la decisión porque más vale prevenir" sí que lamentaba que el Ayuntamiento no hubiera tomado la decisión antes "sabiendo que la previsión era mala, y nos habríamos evitado el desplazamiento con toda la familia".

Quienes habían cogido sitio en primera fila, en los lugares más cercanos donde la Policía Local dejaba estar, se marchaban un tanto desilusionados, incluso con la silla a cuestas en la que ya llevaban sentados varias horas para no perder el sitio. "Es lo que tenían que hacer, hace mucho aire", explicaba Ramón, ilicitano de nacimiento que había acudido con su mujer al centro de la ciudad para ver el espectáculo pirotécnico. Otra familia señalaba a su hijo una terraza de un edificio desde la que se estaba lanzando un castillo de fuegos artificiales, a pesar de la suspensión de la Nit de l'Albà. "No entendemos por qué la gente sigue lanzando, era lógico que se suspendiera porque hace aire, el tiempo no acompaña para esto", indicaban Manuel y María Dolores, que habían llegado desde Crevillent para ver la Palmera de la Virgen.

Además del entendimiento, el desconocimiento por la suspensión también reinaba en las calles. Un grupo de jóvenes se preparaba en el que hubiera sido un lugar privilegiado para disfrutar del espectáculo pirotécnico. "¿Es que no va a haber espectáculo?", se preguntaban. No eran los únicos en no conocer la decisión tomada por el Consistorio.

Los operarios han comenzado a retirar el material de iluminación y sonido. Rubén Míguez

Mientras tanto, personal del Ayuntamiento y de la empresa encargada del montaje han comenzado a desmontar. Así, en las inmediaciones de la Basílica de Santa María, los operarios estaban quitando todos los elementos de luz y sonido preparados para esta noche tan especial. El material pirotécnico será retirado a lo largo de esta noche tanto en el Paseo de la Estación como en el entorno del Palacio de Altamira, y en la propia basílica.

No obstante, cientos de ilicitanos, han seguido lanzando sus cohetes y castillos de fuegos artificiales desde las terrazas, pese al peligro. Los equipos de emergencia han atendido, al menos, una decena de incidencias por pequeños incendios provocados por el lanzamiento de material pirotécnico, tanto en el centro de la ciudad, como en la Avenida País Valenciano, como en diversas pedanías.