"Ningún padre o madre se merece despedir a su bebé en la morgue": recaudan fondos en Elche para "cunas de abrazos"

La Asociación Duelo Perinatal necesita 6.600 euros para donar a los dos hospitales públicos de la ciudad "cuddle cots", capazos con un dispositivo térmico que mantiene durante horas el cuerpo del bebé nacido muerto y permite a su familia en duelo despedirse sin prisas

Un bebé prematuro recién nacido en la incubadora de un hospital.

Un bebé prematuro recién nacido en la incubadora de un hospital. / Información

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Esther perdió a su bebé con 32 semanas. Le costó mucho bajar a la morgue para ver, por primera y última vez, la carita de su bebé "preciosa, con semblante sereno y estaba muy guapo", detalla, pero también se le ha quedado ese recuerdo de que "estaba tan frío, que me daba miedo cogerlo por si se rompía". Miles de padres y madres sufren la pérdida prematura de su hijo durante la gestación o en el parto, un dolor irreparable tantas veces invisibilizado y del que se evita hablar.

Las madres, muchas veces intubadas tras una dura cesárea y en la Unidad de Cuidados Intensivos, y los padres, a los que una muerte repentina del bebé, que tanta ilusión tenían de verlo nacer, les puede sorprender fuera, trabajando, apenas tienen tiempo de despedirse de sus hijos y lo tienen que hacer en un lugar tan frío como una morgue, como recuerda Esther. "Ningún padre o madre se merece despedir a su bebé en la morgue", señala.

"Besé sus mofletes con mi mano tras ponerla en mis labios, toqué su carita y me despedí de él entre lágrimas, las mías, las de su tía y las de la guardia de seguridad que tampoco podía dejar de llorar", recuerda con mucho dolor, algo que "no duró mucho, porque, aunque nadie me puso un tiempo para despedirme, no me encontraba cómoda entre cabinas de fallecidos y estando de pie". Es por ello por lo que, tras la tragedia que sufrió por la pérdida de su hijo Marcos, decidió hacerse socia de Duelo Perinatal Elche "porque tenía claro que era para conseguir las 'cuddles cots'".

Es uno de los testimonios que ha recogido la asociación Duelo Perinatal Elche en la campaña que ha iniciado de recaudación de fondos para conseguir los 6.600 euros que hacen falta para la compra de dos "cuddle cots" o "cunas de abrazos" para donarlos a los hospitales públicos de Elche, el General y el del Vinalopó.

Pero, ¿qué son las "cunas de abrazos"? Las "cuddle cots" consisten en unas cunas, tipo capazo, con un dispositivo térmico que mantienen el cuerpo del bebé frío para ralentizar los cambios producidos tras la muerte. Se ubican en una habitación, que está señalizada, para que la familia en duelo, si así lo decide, pueda despedirse del bebé en un entorno digno y tomándose el tiempo que necesiten. "Se trata de brindarles tiempo e intimidad, a veces solo necesitan unas horas, otras puede que días, pero todos terminan teniendo la iniciativa de vivir un momento sanador e inolvidable", señalan desde la asociación Duelo Perinatal Elche.

Estas cunas, más comunes en otros países como Inglaterra o EEUU, ya existen en algunos hospitales de España, donadas también por iniciativas particulares. Una cuna de abrazos para madres y padres que se enfrentan al duelo gestacional y neonatal, una forma de facilitar la despedida a las familias que se pierden un bebé y ayudarles así en el proceso.

Imagen de la campaña para conseguir comprar los "cuddle cot" que ha puesto en marcha la asociación Duelo Perinatal Elche.

Imagen de la campaña para conseguir comprar los "cuddle cot" que ha puesto en marcha la asociación Duelo Perinatal Elche. / Información

Los padres pueden despedirse sin prisas ni presiones hospitalarias de sus hijos, dando a estas familias en duelo el "regalo" del tiempo. El dispositivo enfría el aire y una manta rodea al cuerpo del neonato. Permite a los padres pasar las últimas horas con su bebé, un íntimo duelo que una fría morgue no permite y en lugar de tener que despedirse en el paritorio, en estado de shock y con el tiempo apremiando. "Es el mayor regalo que pueden tener las familias en esos momentos tan duros, disponer de 24 o 48 horas para superar el primer estado de shock y permitirse maternar y paternar a ese bebé por primera y última vez", destacan desde la asociación que encabeza la iniciativa.

Añaden que tener disponibles estas cunas en los hospitales "es invertir en salud mental", al ayudar a las familias a transitar mejor el duelo.

Esther opina lo mismo. "Todas las personas necesitan un espacio digno para despedir a sus seres queridos, pero sobre todo necesitan tiempo, para canalizar tu dolor, para sobreponerte al verlo así, quieto, frío, sin vida, asimilar que sigue siendo tu hijo", expresa. Su marido, recuerda, no bajó a la morgue a despedirse de su hijo Marcos pero dice estar convencida de que si hubieran estado en una habitación los dos con la posibilidad de una cuna fría, y con el máximo respeto de los sanitarios, "en algún momento él se habría acercado a ver la carita de su hijo y a despedirse de él".

Las donaciones para poder adquirir las cunas de abrazos se pueden realizar a través de la página gofundme.com.

Estadísticas que no reflejan la realidad

Según el instituto nacional de estadística, el porcentaje de muerte perinatal en la comunidad valenciana es de 3,8 por cada mil. Estas cifras, como recuerda la asociación Duelo Perinatal Elche, "no reflejan la realidad", ya que solo incluyen las muertes fetales tardías que son aquellas que ocurren con posterioridad a las 22 semanas y los hospitales no tienen la obligación de registrar las muertes fetales hasta las 26 semanas de gestación.

Las cifras se mantienen estables durante los últimos años, añade la asociación, a pesar de que la reducción de la mortalidad perinatal en las últimas décadas ha sido notable.

Lo más duro para unos padres que han perdido a su hijo demasiado pronto es también enfrentarse después a la poca comprensión de la sociedad que, como señala la asociación ilicitana, "le da la espalda a estas muertes, haciendo ver que no han pasado, pretendiendo que el proceso pase rápido y los padres retomen su vida cuanto antes". Pero, para retomar la vida se necesita hacer un buen duelo, y para eso, se necesita tiempo, lo que regala estas cunas de abrazos.

Eva, como Esther, pasó por la misma situación traumática. Decidió ser madre soltera y, tras mucho esfuerzo y varios tratamientos de reproducción asistida, finalmente consiguió su sueño de quedarse embarazada. Todo iba bien, un embarazo normal que se torció a las 40 semanas de gestación. "Fui con síntomas de parto al hospital toda preparada y muy ilusionada pensando que de allí volvería a casa con mi hija Valeria en brazos", recuerda. Sin embargo, una vez allí, "ocurrió la peor pesadilla que podía tener una embarazada, me confirmaron que mi hija no tenía latido y había escuchado su corazón unas horas antes". En shock, Eva dio a luz al cuerpo sin vida de su preciosa hija.

Los profesionales sanitarios, a los que agradece su sensible trato, le informaron de que tenía un tiempo limitado para despedirse de su pequeña dentro del paritorio. "Pude abrazarla y besarla, pero eché en falta que mi padre y mi hermano conocieran a mi única hija con la que tanto amor se hablaba ya en las reuniones familiares", señala con el corazón roto.

"Miro atrás y pienso que la despedida fue muy corta, faltaron muchos abrazos y besos del resto de mi familia", lamenta, como también lo hace de que no hubiera existido en el hospital una sala acondicionada con una "cuna de abrazos". "Habría sido posible poder despedir mejor y con más tiempo a mi hija, ya que este tipo de cuna habría permitido conservar su pequeño cuerpecito en el mejor estado posible, sin prisa y dedicando más amor en su partida", manifiesta.

Angustia y miedo

Son solo algunos testimonios recogidos por Duelo Perinatal Elche de madres destrozadas tras haber perdido a sus bebés de manera tan prematura y apenas haber podido despedirse de ellos. De ahí la importancia de que la asociación consiga los fondos para los dos "cuddle cots" que permitirían a otras familias de Elche y de los municipios que atienden sus hospitales, y que pasen por esta misma situación traumática, el poder decir adiós a sus hijos en una sala tranquila y con el tiempo que necesiten. "La angustia y el miedo a más sufrimiento, inicialmente puede llevarlos a no querer verlo, pero esta decisión puede tornarse en sentimiento de culpa o vacío pasado un tiempo, dificultando el duelo", indica la asociación ilicitana.

Es por ello que se les debe permitir un tiempo de más para asumir lo ocurrido y poder decidir, desde la reflexión, el despedirse de su bebé, abrazarlo, besarlo, vestirlo o hacerle fotos.