La UMH participa en un estudio que revela que la dieta de los buitres la modela su cultura

Estas aves, como los humanos, adquieren gustos distintos por transmisión cultural entre los individuos de una misma población - El trabajo también demuestra que los machos prefieren recursos ligados a paisajes humanizados, como la ganadería intensiva y la basura, mientras que las hembras son menos confiadas y se alimentan de restos cinegéticos

Rubén Míguez

Rubén Míguez

Un equipo científico compuesto por investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche, la Universidad de Granada, la Estación Biológica de Doñana y la Universidad de Alicante (UA) ha descubierto que los buitres presentan patrones de alimentación distintos, según el lugar donde crían, con independencia de los recursos disponibles.

Estas conclusiones indican que adquieren gustos distintos por transmisión cultural entre los individuos de una misma población. Hasta ahora, se creía que los buitres eran especies oportunistas que consumían cualquier tipo de carroña sin distinción. 

Este nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society, concluye que los buitres, al igual que los seres humanos, también tienen preferencias alimentarias según el lugar o grupo al que pertenezcan. El trabajo, liderado por el investigador Eneko Arrondo, es fruto de una colaboración entre diferentes centros y universidades nacionales.

Los estudios anteriores sobre la dieta de los buitres se habían enfocado más en la población en su conjunto que en cada uno de los individuos. Sin embargo, en este trabajo, el equipo científico ha querido ir más allá y ha analizado por primera vez la dieta de los buitres a escala individual.

Para ello, realizaron una exhaustiva campaña de campo en la Península y combinaron el seguimiento mediante dispositivos GPS de 30 buitres leonados capturados en Las Bardenas Reales en Navarra y 35 en la Sierra de Cazorla en Jaén.  

Gracias al acelerómetro incorporado en el GPS, se pudo conocer en qué lugar había comido cada uno de los individuos marcados. Un equipo de diez personas recorrió cuatro mil de estos lugares analizando lo que habían comido los buitres en cada uno de ellos.

Reconstrucción de su dieta

Con estos datos, reconstruyeron su dieta. Según explica el investigador de la Universidad de Granada Eneko Arrondo, "observamos, por ejemplo, que los machos prefieren los recursos más ligados al ser humano, como la ganadería intensiva y la basura, principalmente, mientras que las hembras son más propensas a alimentarse de recursos menos predecibles, como restos cinegéticos o ganadería extensiva".  

Un buitre leonado sobrevuela una sierra.

Un buitre leonado sobrevuela una sierra. / Información

Una de las hipótesis que manejan para explicar esta conducta es que los machos tienen una conducta más confiada frente a paisajes humanizados, próximos a poblaciones humanas, con más infraestructuras o entornos muy alterados como los basureros. "En otras palabras, los machos se atreverían con más frecuencia a comer en sitios más peligrosos", afirma el profesor José Antonio Donázar, de la Estación Biológica de Doñana – CSIC. Por el contrario, las hembras serían menos confiadas y más prudentes. El equipo espera corroborar esta hipótesis en el futuro con nuevos estudios. 

Estas diferencias, también, fueron patentes entre las dos poblaciones de Navarra y Jaén. Los individuos capturados en Bardenas se alimentaron principalmente de restos de granjas intensivas, muy abundantes en la zona, mientras que los capturados en Cazorla prefirieron los restos cinegéticos y la ganadería extensiva, que son los recursos principales de su área de campeo. 

Mantienen sus preferencias alimentarias

Pero, lo más sorprendente es que, cuando analizaron qué comían los buitres de ambas poblaciones cuando compartían espacio en las dehesas extremeñas, observaron que los individuos seguían manteniendo sus preferencias alimenticias. Las diferencias se mantuvieron, incluso, aunque la disponibilidad de alimento fuese igual para todos los individuos. "Esto demuestra que los buitres adquieren gustos alimentarios gracias a la transmisión cultural entre los individuos de una misma población", afirma Arrondo. 

Un buitre en pleno vuelo.

Un buitre en pleno vuelo. / Información

Estos resultados son calificados por el equipo como "fascinantes", puesto que hasta ahora se creía que los buitres eran especies oportunistas que consumían cualquier tipo de carroña indistintamente. "No teníamos indicios previos de esta conducta, pero el avance en la tecnología de GPS nos está permitiendo hacer un seguimiento exhaustivo de cada uno de los individuos y nos está ayudando a entender mejor la ecología de estas especies, que son mucho más complejas de lo que se creía", explica Donázar. 

Gracias a este trabajo, se abre una nueva puerta en la ecología trófica de estos importantes carroñeros, que desarrollan servicios ecosistémicos esenciales en los entornos rurales.