Vecinos contra la picaresca en la Nit de l’Albà

Comunidades de propietarios extreman la vigilancia para evitar que suban extraños a terrazas del centro

La Nit de l'Albà, vista desde una terraza en Elche

La Nit de l'Albà, vista desde una terraza en Elche

La picardía de algunos lleva obligando a algunas comunidades de vecinos del centro de Elche a tomar precauciones para evitar que personas ajenas a las mismas se cuelen en ascensores y escaleras con el objetivo de alcanzar las terrazas privadas y poder observar así la portentosa Nit de l’Albà desde lugares en ocasiones privilegiados.

Hartos de estas prácticas, algunos propietarios han acordado este año colgar carteles recordando que se prohíbe el paso estos días a cualquier persona ajena a los inmuebles.

Propiedades privadas

Se trata de propiedades privadas donde el acceso libre no está permitido. De momento, esta medida se ha quedado aquí, pero en años anteriores incluso se llegó a contratar a guardas jurados, a recurrir a vigilancia privada en el portal, para controlar y impedir estos comportamientos.

«Prohibido el paso a toda persona ajena a la propiedad» es lo que pone en dos carteles que se han colocado en sendos portales de la avenida de la Comunitat Valenciana recientemente y bien visibles.

Aquí esta cuestión viene teniendo su miga, hasta el punto de que ha sido objeto de intenso debate entre los residentes porque en años anteriores eran varios los que, con mucha o poca cara dura, se colaban para contemplar la palmera de la Virgen y toda su antesala desde los áticos, al lado de vecinos que los miraban preguntándose «¿Y estos quiénes son? ¿De que piso vienen? ¿Quién los ha invitado?».

Una mujer, en una de las comunidades donde están vigilantes ante visitas extrañas. | MATÍAS SEGARRA

Una mujer, en una de las comunidades donde están vigilantes ante visitas extrañas. | MATÍAS SEGARRA / J.M.GRAU

Carteles

El malestar se ha venido extendiendo estos últimos años y este verano han querido poner coto a estas prácticas con carteles y también haciendo un llamamiento a los propietarios para que cuando alguien en la noche de la Nit de l’Albà les toque el timbre del interfono y se responda: «¡soy yo!», no se abra a menos que se tenga muy claro quién es la persona que quiere acceder al edificio y con qué intenciones.

Cerrar bien la puerta de abajo y estar ojo avizor son otras de las recomendaciones que se han venido extendiendo entre muchos vecinos de esta vía que han optado por ponerse firmes ante una práctica poco considerada a juicio de los afectados.

El ruido de los petardos, que no permite escuchar casi nada por el interfono, y las prisas llevan a algunos vecinos a abrir las puertas casi al primero que toca el timbre abajo. El problema viene cuando quien entra al portal no tiene nada que ver con la comunidad y además viene con comportamientos poco recomendables. Por eso los vecinos se han puesto serios.