La mitad de pacientes que piden la eutanasia son neurológicos y el 10% muere antes del proceso

Los enfermos con cáncer representan el 28% de los solicitantes y la edad media está en 67 años

Sanitarios reivindican en un congreso en Elche más recursos para acelerar los trámites

Conferencia sobre la eutanasia este sábado en el cierre de la reunión de la Sociedad Valenciana de Neurología en Elche.

Conferencia sobre la eutanasia este sábado en el cierre de la reunión de la Sociedad Valenciana de Neurología en Elche. / Matías Segarra

J. R. Esquinas

J. R. Esquinas

El 52% de los pacientes que solicitan la eutanasiatienen una enfermedad neurológica, la media de edad está en 67 años y uno de cada diez fallece antes de iniciarse el proceso de muerte asistida. Este porcentaje representa la realidad en la Comunidad Valenciana en base a las cerca de 60 peticiones de las que se tienen datos desde que entró en vigor la ley en 2021, y las más de veinte que constan en la provincia de Alicante.

Primera causa

Si bien, a nivel autonómico se da la casuística de que las personas con enfermedades neurológicas que inician el trámite para someterse a la eutanasia representan un 13% más que a nivel nacional. Estas patologías son la primera causa para iniciar el trámite en España, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países en los que está legalizada esta práctica donde son los pacientes oncológicos los que más la demandan. En la Comunidad quienes sufren cáncer y deciden poner fin a su vida voluntariamente representan el 28% de los afectados.

Son algunos de los datos que se trasladaron este sábado en el cierre de la cuadragésima reunión de la Sociedad Valenciana de Neurología que este año organizó el Hospital General de Elche en el Centro de Congresos.

Impacto

Gema Más Sesé, neuróloga del Hospital de la Pedrera de Dénia abordó a lo largo de una conferencia cómo ha impactado la eutanasia en el sistema sanitario y las familias desde la implantación de la ley, y la defendió como una respuesta más ante el sufrimiento. España fue el séptimo país del mundo en autorizarla, y después se ha sumado Portugal y Ecuador. Si bien hay 19 estados que sólo permiten hasta ahora el suicidio asistido, con lo que no es un médico el que administra por vía intravenosa la medicación induciendo previamente un coma profundo, explica la sanitaria.

La facultativa abogó en el encuentro por dotar de más recursos que aceleren el procedimiento, teniendo en cuenta que se puede dilatar hasta meses. En varias ocasiones colectivos como la Asociación Derecho a Morir Dignamente han criticado que sean los médicos de Atención Primaria los encargados de gestionar las eutanasias ya que la sobrecarga de trabajo en ocasiones les lleva a declararse objetores, lo que provoca un retraso en la solicitud o incluso que esta se pierda.

De las 19 solicitudes que se presentaron en la provincia de Alicante en 2022, según los últimos registros que trascendieron hoy, ocho no llegaron a materializarse, es decir el 42%.

Falleció antes

De los casos excluidos, en el 41% de las ocasiones fue porque el paciente falleció antes de proceder a la eutanasia, el mismo porcentaje de personas a las que se le negó la solicitud. Expusieron durante este encuentro de neurólogos que el proceso se alarga porque hay mucha burocracia. Primeramente se necesita una deliberación con el paciente y en un periodo de cinco días después se elabora un informe que explica los detalles del proceso.

Una vez dado el paso se tiene que buscar al sanitario responsable, que en la Comunidad Valenciana está encarnado en un 52% de las ocasiones por un médico de familia, que se apoya a su vez en un médico consultor para tener una segunda opinión. Esta figura, en la mitad de los supuestos la encabezan los neurólogos, seguidos de oncólogos y facultativos de Medicina Interna. Cuando disponen de la documentación se remite a un comité para analizar si se acepta la muerte asistida.

Es cierto, reconoció la ponente, que a pesar de que hay encuestas que indican que sólo un 1% se declara objetor hay otros profesionales que no lo admiten públicamente pero después se niegan a practicar la eutanasia porque presuponen que les llevará una carga de trabajo alta. Ello supone problemas para gestionar la asistencia.

Un momento de la ponencia sobre humanización de los cuidados paliativos

Un momento de la ponencia sobre humanización de los cuidados paliativos / Matías Segarra

Estigma con la muerte

Más Sesé destacó que ante este escenario sigue existiendo mucho estigma con la muerte lo que lleva a evitar la conversación cuando la enfermedad es crónica. De igual forma expuso que falta mayor sensibilidad para el abordaje en los cuidados paliativos y un refuerzo psicológico para que los facultativos estén bien preparados para administrar el tratamiento.

Susi Cortés Barrera, médico rehabilitadora del Hospital General de Elche, y especializada en acompañamiento espiritual, abordó también en el congreso que es necesario humanizar el trato a los pacientes en los momentos del proceso de morir «porque a veces usar muchos fármacos y tecnologías no son suficientes para atender a quien sufre».

Armonía

Destacó que debería buscarse la armonía en los momentos finales de la vida «y que entre todos (en referencia al entorno familiar) se resuelvan problemas para que quien tiene que partir pueda hacerlo con paz y saber que tiene paz el que se queda». La profesional señaló que cada vez se está optando más por elegir cuidados paliativos en el hogar lejos de la frialdad del hospital. «El trabajo es generar una sociedad que no tenga tabú con la muerte, que nos preparemos para ella, parece que los niños no pueden saber nada de esto y no es verdad, no pasa nada por velar y despedir , por que al final lo que no conoces genera miedo», apunta.

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