Una pareja de Elche abastecía y escondía la cocaína de una banda dedicada a la manipulación y venta

Una sentencia narra los movimientos de un grupo organizado en varias localizaciones, que se abastecía en El Altet y que llegó a tener su laboratorio por la calidad de la droga en la provincia de Albacete

Un Guardia Civil cuenta billetes procedentes del narcotráfico

Un Guardia Civil cuenta billetes procedentes del narcotráfico / INFORMACIÓN

M. Alarcón

M. Alarcón

«Ahora me lo cuentas mejor cara a cara (...) por aquí no me expliques nada más», «mis amigos están flipando todos tío, gente delicatessen la ha valorado con una estrella Michelín. Al estar húmeda, a él le ha caído una gota de sangre al esnifarla...». Frases como estas, y otras muchas que aparecen en la sentencia de la sala de lo Civil y lo Penal del TSJ de Castilla-La Mancha, proceden de una de las muchas grabaciones realizadas por investigadores de la Guardia Civil sobre una trama de tráfico de drogas que sitúa a Elche en un triángulo de municipios que abastecía de droga, pero también servía de almacén cuando sospecharon que eran vigilados, a un grupo organizado que terminó por construir su propio laboratorio para manipular la cocaína, que era de tal calidad que permitía cortarla para sacarle un mayor beneficio económico.

El asunto se juzgó en la Audiencia de Albacete, donde se realizó la investigación y la mayoría de los registros, y ahora la sala de lo Civil y lo Penal del TSJ acaba de confirmar unas penas que pueden parecer nimias para el grado de organización y sofisticación de unos narcos que eran capaces de venir un día sí y otro a Elche para llevarse la droga evitando mover grandes cantidades. Entre los 13 condenados hay una pareja ilicitana que utilizaba para ello la vivienda de un familiar en El Altet. Ella, dice la sentencia, estaba enamorada de él, pero sabía perfectamente a qué se dedicaba. "María (nombre supuesto) residía con Joaquín (nombre supuesto) en la vivienda de sus padres, con quien mantenía una relación amorosa. Le permitía el uso de su casa para guardar la droga y también le dejaba su coche que el acusado conducía cuando quería".

Dilaciones indebidas

Las penas por los delitos contra la salud pública e integración en grupo criminal por el que fueron condenados los trece implicados (además a uno se le unió un tercer delito por tenencia de una arma), quedan reducidas para todos por la concurrencia, muy habitual, de una atenuante de dilaciones indebidas. Nadie sale mal parado. Son penas que van de los tres años y cuatro meses de cárcel a solo seis meses de prisión, que hacen que la práctica totalidad esté en libertad. Alguno de ellos ya tenía antecedentes por hechos similares. Es decir, el tráfico de drogas era su actividad habitual. A los dos vecinos de Elche se les incluye como miembros de la trama y se les condena a penas de tres años y cuatro meses de cárcel, el varón; y tres años, la mujer. Más una multa al primero de 40.000 euros.

Una imagen de un vehículo manipulado para el transporte de cocaína

Una imagen de un vehículo manipulado para el transporte de cocaína / EFE

Investigación

Estuvieron observados por la Guardia Civil durante meses, desde abril a diciembre de 2017, cuando se destapó todo. La investigación permitió establecer con minuciosidad sus movimientos durante todo este tiempo. Cómo viajaban desde la localidad manchega de Chinchilla a poblaciones como Elche para aprovisionarse de la droga, utilizando todo tipo de vehículos para evitar ser descubiertos. Una vez unos y otras, otros miembros de la banda. Todas las viviendas de los acusados les sirvieron como tapadera para el lucrativo negocio. Así, se datan por los investigadores decenas de viajes y fechas para el transporte de la droga. Estaban seguros de que no iban a ser descubiertos, de hecho decías que en Elche querían «pretendía explotar una tienda de ropa». Hacían movimientos de día y de noche y encontraron la oportunidad de subir un escalón en el negocio. Querían dejar de ser meros vendedores y distribuidores de droga. Querían controlar el negocio

Laboratorio

En uno de los registros realizados los agentes de la Benemérita encontraron lo que esperaban por sus escuchas: un laboratorio de cocaína, además de sustancias de corte. Con ello obtenían una mayor cantidad de cocaína con una aceptable calidad para obtener con su venta el mayor beneficio económico posible». ¿Quién les enseñó a manipular la droga? Dice la sentencia que un experto que les cobró 5.000 euros. Se sabe por la propia investigación que presentó dos presupuestos distintos: uno, que pagaran la mitad y después le enseñaría cómo mezclar; y otro, si no le pagaba se la cocinaría pero no le enseñaría nada. Así se mueve el narcotráfico. 

De Elche venía parte de la droga, de una droguería de València, algunas de las sustancias de corte. «Impulsaba y coordinaba Luis (nombre supuesto) la actuación de todos ellos, que al mismo tiempo actuaba como persona significativa de referencia para todos los demás. Se encargaba de conseguir la droga, especialmente la cocaína tras contactar con proveedores residentes en la región levantina, aunque él mismo también se dedicaba al trapicheo. Otro confiaba en todos ellos pero de una forma muy intensa con David (nombre supuesto), con el que en ocasiones se servía de su teléfono para mantener las conversaciones comprometidas con la actividad ilícita que desarrollaban».