Las quejas vecinales se recrudecen en Elda por otro incendio de okupas en la abandonada sede de la CNT

Los afectados exigen el derribo inmediato del inmueble y el Ayuntamiento ultima un decreto para prohibir el acceso al edificio cuya propiedad pertenece al sindicato

La intervención de los bomberos durante el incendio en la antigua sede de la CNT de Elda.

La intervención de los bomberos durante el incendio en la antigua sede de la CNT de Elda. / INFORMACIÓN

Pérez Gil

Pérez Gil

La antigua sede sindical que la CNT y CC OO compartían en la calle Menéndez Pelayo de Elda se ha convertido en un foco de insalubridad, vandalismo e inseguridad ciudadana que genera una creciente preocupación entre los propietarios e inquilinos de las viviendas y establecimientos próximos. Una situación que se agrava por el estado ruinoso que presenta el inmueble.

Las quejas ciudadanas se han recrudecido tras el último incendio ocurrido a las 6.45 horas del pasado miércoles. Un siniestro que obligó a intervenir a los bomberos del Parque Comarcal de Elda y a varias patrullas de agentes de la Policía Local y Policía Nacional.

El edificio está abandonado y es frecuentado por toxicómanos y okupas que encienden hogueras para calentarse o cocinar. "Se está poniendo en peligro a vecinos y viandantes y exigimos al Ayuntamiento que realice ya los trámites necesarios para derribar esta lacra", comentaba la dueña de un comercio próximo mientras la inquilina de un piso situado frente a la vieja sede sindical advertía de que "esto es un despropósito para quienes vivimos alrededor porque los okupas han vuelto a provocar un incendio y, por desgracia, hasta que no lamentemos pérdidas de vidas no nos daremos cuenta del problema que tenemos".

Lo cierto es que a pesar de las gestiones llevadas a cabo en los últimos años por la concejalía de Urbanismo, los propietarios del edificio no están actuando ni con la diligencia ni con la celeridad requerida.

Una circunstancia que ha llevado a la Oficina Técnica Municipal de Elda a iniciar una nueva orden de ejecución respecto a la sede de la CNT, reiterando la solicitud de un informe de evaluación que determine las obras necesarias para garantizar la seguridad o, llegado el caso, para emitir la declaración de ruina inminente. Además, ya se está preparando un decreto ordenando la clausura y prohibición de acceso al inmueble por no cumplir con la habitabilidad y seguridad de uso.

Sanciones y demolición

Los inspectores municipales han tenido conocimiento de que la CNT ha realizado catas en el edificio en fechas recientes. Una vez que el estudio sea remitido al Ayuntamiento, la concejalía de Urbanismo, que dirige Jesús Sellés, tomará medidas urgentes. O bien se ordenará la demolición por el riesgo de que la estructura colapse o bien se detallarán los trabajos a realizar para frenar el deterioro. Un proyecto para el que se fijarán fechas de finalización y, en caso de incumplimiento, se impondrán sanciones.

A raíz de este último suceso el edil de Urbanismo ha reiterado que desde el departamento municipal que dirige se está elaborando un decreto para clausurar el edificio y prohibir el acceso. De hecho, ya se ha colocado una puerta de acero para bloquear la entrada.

El incendio se produjo con okupas en el interior del edificio.

El incendio se produjo con okupas en el interior del edificio. / INFORMACIÓN

Estado de ruina

Dieciséis años después de que el gobierno popular de Adela Pedrosa advirtiera de su estado de ruinael histórico edificio de la CNT y CC OO sigue degradándose.

El céntrico inmueble se construyó en la década de los años 60 y albergó la sede del Sindicato Vertical durante la dictadura franquista. Llegada la democracia, y adquiriendo su propiedad el Ministerio de Trabajo, sus instalaciones se cedieron a CC OO, USO y CNT. Pero en la última etapa se repartían sus cuatro alturas únicamente Comisiones Obreras y la CNT, mientras en el local bajo se encontraba el bar restaurante La Torre, cuyo inquilino pagaba las cuotas mensuales a la subdirección general de Patrimonio Sindical.

Carbonosis

En septiembre de 2006 el negocio tuvo que cerrar sus puertas de un día para otro y los representantes de ambos sindicatos abandonar las instalaciones a marchas forzadas. Había peligro de derrumbe inminente. Los técnicos detectaron importantes daños estructurales por la presencia de «carbonosis» en los pilares que amenazaban con colapsar. Las posteriores catas confirmaron los peores pronósticos. El hierro de las armaduras presentaba un grado tal de oxidación que había producido fisuras en el hormigón. Frente a este diagnóstico técnico el Ayuntamiento de Elda emitió un expediente de declaración de ruina urgente, que llevaba aparejada la obligación de demoler la histórica sede sindical.

Subasta del Ministerio

El Ministerio decidió entonces subastar el bien, únicamente el solar porque el inmueble era irrecuperable, por un precio de partida de 492.021 euros. Los fondos obtenidos iban a tener por destino adquirir una nueva sede para ambas organizaciones sindicales. Al tratarse de Patrimonio Sindical Acumulado de titularidad estatal, las direcciones de los dos sindicatos sólo iban a tener que hacerse cargo de sufragar los impuestos y los gastos de mantenimiento, tal y como venían haciendo.

Segipsa, la Sociedad Estatal de Gestión Inmobiliaria de Patrimonio, emitió en el año 2007 el pliego de las bases que rigió la enajenación mediante una subasta pública de quince fincas registrales del Estado. Entre ellas figuraba la sede sindical eldense, que ocupa una superficie de 243 metros cuadrados. La puja se celebró en Madrid en mayo de 2007 y el edificio lo adquirió una constructora que, sin embargo, quebró antes de proceder a su derribo. Este contratiempo hizo que en 2009 el bien volviera a ser subastado y de este modo la CNT pudo adquirirlo en su totalidad por 300.000 euros.

Puntales robados

Pues bien, dieciséis años después el derribo sigue sin efectuarse a pesar del peligro que supone mantener en pie un inmueble inestable de cuatro alturas en pleno centro de la ciudad. Las puertas permanecen cerradas y el interior apuntalado pero algunos vecinos de la plaza Sagasta, y también de Dahellos y calles adyacentes, advierten de que los puntales han sido robados para venderlos como chatarra y el tejado y la fachada se encuentran cada vez en peor estado.