Mariano Barbacid, bioquímico: “Decir que vamos a acabar con el cáncer es como decir que vamos a acabar con la muerte”

El bioquímico y científico español, Mariano Barbacid, en los exteriores de la Universidad Miguel Hernández de Elche.

El bioquímico y científico español, Mariano Barbacid, en los exteriores de la Universidad Miguel Hernández de Elche. / ANTONIO AMORÓS

Lydia Ferrándiz

Lydia Ferrándiz

Desde el Aula Magna del edificio Altabix del campus de Elche de la Universidad Miguel Hernández, el bioquímico y científico español, Mariano Barbacid, reconoce entre risas que cuando da charlas en castellano siempre tarda diez minutos más en acabarlas. Barbacid, que acaba de hablar ante un centenar de personas sobre medicina de precisión, emigró en 1974 a Estados Unidos, donde empezó como becario y acabó dirigiendo el departamento de Oncología del Instituto Nacional de Cáncer de Maryland.

A los 48 regresó a España y es, desde entonces, el jefe del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Sin embargo, fue en 1982 cuando este bioquímico descubrió el primer oncogén humano H-RAS e identificó la primera mutación responsable del desarrollo de un cáncer en humanos.

Ahora, la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) ha organizado por su 60 aniversario la proyección del documental “El camino inverso”, una proyección que habla de su vida y que pudo verse este jueves en el Teatro Cervantes de Sax.

El “Camino Inverso” habla de su relación con la ciencia como algo intrínseco en su vida

Es un documental en el que se explica cómo descubrimos el primer oncogén, pero no me hago responsable de él, no fue ideal mía (se ríe). Yo empecé en esta asociación, la SEBBM, y tengo como anécdota que cuando presentamos los resultados de la primera mutación de cáncer en el año 1982 lo hicimos por primera vez en el congreso de la Sociedad Española de Bioquímica, porque las dos últimas letras, las de Biología Molecular, aún no se habían ni añadido.

Viendo su trayectoria plasmada en este documental, ¿qué ha podido apreciar?

Bueno, que dónde voy depende de lo que me dure el cerebro. Lo que sí puedo decir es que tengo la misma ilusión de hace 30 años cuando volví a España y mientras me dure necesito dos cosas: que la cabeza no se me estropee más y seguir teniendo una financiación suficiente, porque hoy en día la financiación en España es tan limitada que hay muchas cosas que se podrían hacer mejor y que por desgracia no se pueden hacer.

¿Tan grave es la situación?

Hay un problema gordísimo. Para que te hagas una idea yo ahora tengo menos financiación del gobierno que en el año 2009 y ya han pasado 14 años, parece que vamos para atrás y eso es muy malo para el país. Lo que parece obvio es que a los políticos no les interesamos para nada. Durante toda la campaña electoral que ha habido este año la palabra ciencia no ha aparecido en ningún debate y realmente lo que necesita la investigación es financiación. Si ahora el gobierno doblara la partida destinada a investigación esta seguiría siendo una cantidad pequeñísima respecto al PIB y, sin embargo, escuchas las cifras estratosféricas de los fondos europeos y piensas que nosotros con solo una parte de ellos tendríamos un aliciente que cambiaría el paisaje de la investigación en España.

"Tengo la misma ilusión que hace 30 años, solo necesito dos cosas: que la cabeza no se me estropee y una mayor financiación"

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¿En qué punto se encuentra la investigación en nuestro país?

Hay unos pocos grupos que son competitivos pero evidentemente es difícil competir cuando no tienes el mismo nivel de recursos. No es una cuestión de formación, en España se forma muy bien a los científicos, y tampoco es un problema de vocación, porque las carreras tecnológicas están cada vez más llenas en las universidades. Pero hay dos grandes problemas: la financiación, de la que ya hemos hablado, y que hay mucho talento español fuera de España.

¿Está hablando de la “fuga de cerebros”?

En España tenemos la mala costumbre de decir que hay “fuga de cerebros”, un término que me molesta muchísimo, porque no nos fugamos, nos vamos para formarnos. Yo mismo estuve 24 años fuera y no me fugue, y eso que era la época de Franco y tenía más motivos (ríe). El problema no es salir, salir es esencial para formarse, el problema real es el retorno.

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¿Cuesta que los científicos vuelvan a España?

Sí, y espero que el Ministerio se dé cuenta. Hay muchos españoles que se fueron que ahora tienen puestos de profesores en universidades y centros de investigación y que no vuelven no porque no quieran sino porque las condiciones que se dan en España, que en algunos casos me atrevería a decir que son insultantes, no tiene nada que ver con las que se están ofreciendo en Reino Unido, Suiza o Estados Unidos. Hace unos meses estuve en Ginebra dando una charla a un grupo de científicos españoles que trabajan en Francia, Italia o Suiza y todos me decían que les encantaría volver a España, pero no lo hacen no por el sueldo, que también influye, sino porque dicen que les faltaría recursos para poder investigar.

¿Podemos decir que estamos a la cola en investigación?

No sé si a la cola, pero sí que estamos en un sitio que no nos corresponde ni de lejos.

¿Hace esto que estemos más lejos de acabar con el cáncer?

No, con el cáncer no se puede acabar porque es como si me dices que vamos a acabar con las muertes. Como dicen los americanos en esta vida solo hay dos cosas ciertas “death and taxes”, muerte e impuestos, y eso no nos lo quita nadie. Pero sí que en el cáncer se va mejorando mucho con las terapias, la inmunoterapia y la medicina de precisión tienen menos de 25 años y han cambiado mucho no solo los niveles de supervivencia sino también la calidad de vida de los pacientes.

Estamos hablando de cáncer pero, en realidad, son muchos los cánceres diferentes.

Lo que pasa con el cáncer es que lo llamamos en singular y eso es perjudicial para la opinión pública porque nos creemos que es solo una enfermedad y claro, no es lo mismo un cáncer de mama o de próstata, donde la esperanza de supervivencia es de más del 90%, que un cáncer de páncreas, en el que la supervivencia es de menos del 5%. No puedes decir solo cáncer porque no es uno solo, lo que digas tienes que cualificarlo.

Hace unos días saltaba la noticia de que existen unos berberechos con leucemia transmisible, ¿es contagioso el cáncer también entre los humanos?

Afortunadamente, los cánceres no son contagiosos en humanos. Solo hay uno que el cáncer de cuello de útero producido por el virus del papiloma humano, pero ese cáncer en España no existe prácticamente, representa unos 50 casos al año y es muy poco común.

Otra de las cuestiones que están despertando más alertas es el hecho de que parece que cada vez hay gente más joven a la que se le detecta un cáncer

Eso parece, los epidemiólogos no saben exactamente por qué pero sí que parece que hay un aumento de casos de cáncer entre personas jóvenes de entre 45 y 50 años. No son cánceres diferentes, son los mismos pero aparecen en personas más jóvenes. El cáncer tal y como lo conocemos tiene dos picos, uno más pequeños que es el pediátrico, que se plasma en los dos o tres primeros años de vida y que normalmente desaparece salvo en casos raros, y luego vuelve a empezar a los 60 o 65 años. Al final la tercera parte de los hombres morimos de cáncer, no queda otra.

"No me gusta hablar de fuga de cerebros, los científicos salimos a formarnos pero lo difícil siempre es volver"

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A pesar de la estadística, ¿hay hábitos que empeoran nuestra predisposición como fumar o tener una mala alimentación?

Fumar es el principal, no podemos comparar la falta de ejercicio con fumar. Lo mejor que podemos hacer para evitar tener cáncer es dejar de fumar y punto. El resto de cosas también influyen pero en el cáncer tenemos dos causas claras: tener una inflamación crónica, como en los casos de cáncer de estómago o una persona con una pancreatitis crónica que es más probable que desarrolle un cáncer de páncreas, y fumar. En los sitios en los que se ha prohibido fumar en espacios públicos el cáncer se ha reducido a la mitad, no han tenido cáncer más personas gracias a dejar de fumar que gracias a las nuevas terapias que se han desarrollado. Parece una barbaridad pero es una realidad.

Vemos a muchas personas jóvenes que empiezan a fumar, ¿cómo va a afectar esto al futuro?

Bueno, sabemos cómo va a afectar porque ya lo hemos vivido. El cáncer de pulmón era el cáncer de menor afluencia antes de la primera guerra mundial. Después de ella mucha gente, sobre todo hombres, comenzaron a fumar, y después de la segunda guerra mundial cada vez empezaron más mujeres. En ese momento las incidencias fueron paralelas. En la vida solo hay dos cosas fundamentales: que fumar es evitable y que lo único inevitable es hacerse mayor.

¿En qué tratamientos está el futuro de la lucha contra el cáncer?

La quimioterapia sigue siendo el tratamiento más frecuente pero también existe la medicina de precisión y la inmunoterapia que son muy efectivas para otro tipo de tumores. Por ejemplo, la inmunoterapia es una de las que más efectos beneficiosos ha tenido en casos de melanoma y de pulmón.

¿Por dónde pasa el futuro de la investigación en el cáncer?

Por supuesto, en ir mejorando. Yo no puedo predecir lo que va a pasar el año que viene pero lo importante ahora es mirar a los últimos 25 años y ver todo lo que hemos avanzado que es increíble. Entonces, yo tengo la esperanza de que en los próximos 25 años se avance lo mismo. No puedo decir en qué campo serán, los avances son pequeños saltitos, son muy tímidos, pero te ponen en un sitio en el que no estabas hace 25 años. Simplemente mirando para atrás todo lo que hemos avanzado desde 1998 nos tiene que dar muchas esperanzas de que en los próximos 25 años se avance por lo menos otros tantos.