La izquierda ganaría en escaños el 23J con una confluencia valenciana

La confluencia de Compromís y Unides Podem robaría un diputado al PP en Alicante

Yolanda Díaz hace campaña por Unides Podemos en Alicante

Yolanda Díaz hace campaña por Unides Podemos en Alicante / Pilar Cortés

Diego Aitor San José

Diego Aitor San José

Una «ola azul que llega de Madrid». A ese voto en clave estatal señaló Joan Ribó para explicar el arrollador triunfo del PP en la Comunidad Valenciana. El análisis se repitió en público y privado por varios representantes de la izquierda autonómica. Y, aunque el debate de «derogar el sanchismo» marcó el 28 de mayo con sabor amargo para la izquierda, el resultado no sería dramático en el reparto de escaños para el Congreso si se extrapolaran los mismos votos al 23 de julio, rozando el empate y con posibilidad incluso de victoria si hubiera un Sumar valenciano.

Es obvio que no es lo mismo votar en clave autonómica que en clave estatal como se demostró este mismo domingo con la diferencia de voto entre municipales y autonómicas. Quien votó a Ximo Puig o Carlos Mazón el 28M no tiene por qué votar a Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo o viceversa el 23J y que hay quienes acuden a depositar su papeleta en unas elecciones y en otras prefieren abstenerse.

Sin embargo, es ineludible señalar que el marco español determinó una tendencia y que tuvo una gran influencia que podría concretarse dentro de 54 días. Así, en caso de que quienes acudieron el domingo a votar repitieran su elección el 23J (y la participación fuera exactamente la misma), PP y Vox obtendrían 17 de los 32 escaños que se dirimen en la Comunidad Valenciana por los 16 que obtendría la izquierda.

La derecha cimentaría su victoria en Alicante donde el PP lograría seis escaños y Vox uno por los cuatro que conseguiría el PSPV y el último que iría a parar a Compromís. En Valencia habría un empate a 8 (6 PP, 5 PSPV, 3 Compromís y 2 Vox) y en Castellón ganaría la izquierda: 2 PP y PSPV y uno Compromís.

Es el resultado de la proyección utilizando la ley d’Hondt con la que se calcula el reparto de escaños en las tres circunscripciones. Al haber menos en juego en cada uno de ellos, de 40 a 15 en Valencia; de 35 a 12 en Alicante y de 24 a 5 en Castellón, las diferencias de apoyos se notan menos.

Especialmente en Castellón donde Compromís, al ganar por apenas unos votos a Vox, lograría en este caso el quinto diputado.

Pero la izquierda podría tener un ligero motivo para la esperanza. La unidad de las candidaturas de Compromís y Unides Podem bajo el paraguas de Sumar podría dar a las formaciones progresistas una victoria en escaños. El vuelco llegaría en Alicante donde el sexto diputado del PP iría a parar a ese Sumar valenciano empatando a seis el reparto en esta circunscripción y llevando el global a 17 a 16, pero a favor de la izquierda.

Sería el único cambio de escaños, pero clave para dar un volteo en el marco general. Con esta confluencia, y en caso de repetir resultados del 28M, la izquierda alternativa podría alcanzar los 6 diputados por los 9 que consiguió en 2016 en la alianza entre Podemos, Esquerra Unida y Compromís.

Diferentes comportamientos

Sin embargo, hay elementos a tener en cuenta que hacen tomarse la extrapolación de datos con cierta distancia. No está claro que quienes apostaron por Unides Podem y, sobre todo, por Compromís en unas elecciones valencianas acepten depositar su voto en una candidatura con una clave estatal. Especialmente aquel voto más valencianista. Tampoco que quienes apoyaran a Puig el pasado domingo lo hagan por Sánchez dentro de dos meses.

Por último, habría que ver si el voto de extrema derecha se movilizaría aún más o si este ya estaba activado este 28M. También será clave ver si el electorado progresista que se quedó en casa el pasado 28M decide acudir a votar. Incógnitas para las que no queda tanto para ser resueltas.