Pacto de gobierno entre el PP y Vox a cambio de la presidencia de las Cortes y la marcha de Flores a Madrid

El Partido Popular y la formación ultra anuncian un acuerdo sólo 24 horas después del veto de Génova a «cualquier persona condenada por violencia machista» y la idea es acelerar las negociaciones para formar ejecutivo lo antes posible

Mazón agradece a Flores (Vox) haber puesto "lo mejor de sí" para el acuerdo

EUROPA PRESS

Las direcciones nacionales del Partido Popular y de Vox dejaron la pelota botando el lunes. Las cúpulas regionales de una y otra formación sólo tuvieron que empujar el balón 24 horas después, coincidiendo con la reunión entre los populares y la formación ultra, dentro de la ronda de contactos que los de Carlos Mazón han venido manteniendo con los grupos que han obtenido representación en las Cortes para lograr apoyos a su investidura. Fue en este contexto en el que, casi contra todo pronóstico por los tiempos, el PP y Vox anunciaron un principio de acuerdo para gobernar en la Comunidad Valenciana. El pacto, por el que el alicantino Carlos Mazón será presidente de la Generalitat Valenciana, implica un paso al lado del candidato de Vox, Carlos Flores, que fue condenado en 2002 por violencia machista. Flores, directamente, fue sacrificado en el acuerdo para formar la coalición de gobierno, pero, a cambio, será el cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Valencia de cara al 23 de julio. Su partido, además, se queda con la presidencia de las Cortes Valencianas, siguiendo la estela de Castilla y León, mientras que el PP se reserva la vicepresidencia y la secretaria de la Cámara.

Todo comenzó 24 horas antes de que Mazón y Flores se sentaran en la mesa oficialmente acompañados de sus respectivas delegaciones. El portavoz del comité de campaña del PP, Borja Sémper, vetaba a Flores por su condena por violencia machista en 2002. «Cualquier persona que haya tenido un episodio o haya sido condenado por violencia machista supone una línea roja para nosotros», sentenció. Incluso puntualizó que un condenado por maltrato, directamente, «es una persona que no se debería dedicar a la política». Ahora bien, mientras desde Génova elevaban el tono, el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, no sólo confirmaba el acuerdo de su formación con el PP para formar gobierno en Elche, sino que aseguraba que negociarían con el PP «hasta el último minuto» para impedir gobiernos de izquierdas. «En algunos sitios estamos mejor que ayer, con mejor ritmo que anteayer y comprometidos a seguir hablando», apostillaba. Todo en un contexto en el que, además, el vicesecretario de Organización del PPCV, Juan Francisco Pérez Llorca, dejaba claro el mismo lunes que «el PP no ha vetado a nadie».

Con este escenario de partida, y tras las reuniones que mantenidas el jueves con el PSPV-PSOE y el lunes con Compromís, en el que las formaciones de izquierdas habían dejado claro que no habría abstención, el PP se sentó con Vox. «Venimos con ánimo constructivo para lograr un Gobierno alternativo, que es lo que han pedido los valencianos», señalaba Flores en torno a las diez de la mañana, poco antes de entrar a la sala de las Cortes Valencianas donde se debía celebrar la reunión. Solo un par de horas más tarde se hacía público el pacto por boca del líder de Vox. «Hemos llegado al acuerdo para la formación de un gobierno de coalición para el cambio en la Comunidad Valenciana», anunció.

Un pacto que se plasmó en cinco puntos estratégicos, pero muy genéricos, que se resumen en la libertad para elegir en todos los ámbitos, el desarrollo económico, la sanidad y los servicios sociales, las señas de identidad y el apoyo a las familias, y que, como se encargaron de dejar claro desde ambos lados, empezarán a definirse desde este mismo miércoles.

Menos consellerias

Una nueva fase en las negociaciones que se esperan tener cerradas en lo que queda de semana y que también afecta al reparto de consellerias. Tanto desde el PP como desde Vox subrayaron que eso es lo que hay que concretar en los próximos días, por más que desde determinados círculos ya se empezara a especular con áreas como Agricultura, Educación o Servicios Sociales. El vicesecretario de Organización del PPCV, Juan Francisco Pérez Llorca, y el jefe de campaña de los populares, Miguel Barrachina, se limitaron a decir por la mañana que el nuevo ejecutivo tendrá menos consellers y menos altos cargos, algo que corroboró Carlos Mazón a primera hora de la tarde, en su comparencia pública, lo que podría apuntar a que habrá en torno a las diez consellerias, más teniendo en cuenta que en campaña ya dijo que suprimiría las áreas de Transparencia y Vivienda. Carlos Flores, mientras tanto, indicó que la idea es que su partido pueda quedarse con «departamentos de relevancia a la altura de la aportación que Vox hace», lo que, a efectos prácticos, se podría traducir en una conselleria por cada tres que ostente el PP, si se parte de la base de que el PP obtuvo 40 escaños, frente a los trece de la formación ultra. Dicho de otro modo, podrían alcanzar entre dos y tres consellerias. Sin embargo, ni desde el PP ni desde Vox confirmaron cuáles pueden ser las áreas que correspondan a la formación de Flores, ni mucho menos quisieron entrar en posibles nombres, por más que el de la exconcejal del PP en Alicante que pasó a las filas de Vox, Julia Llopis, también haya entrado en muchas quinielas en los últimos días.

En lo que también hubo coincidencia entre populares y ultras, al menos de momento, es a la hora de cerrar la puerta al «mestizaje» en las diferentes consellerias. «Esto no va a ser un Botànic III», alegó Carlos Flores. «Va a ser un gobierno fraguado sobre la mutua confianza y los objetivos compartidos. No va a ser un gobierno de desconfianzas o vigilancias», añadió. Unas horas después el propio Mazón venía a suscribir estas palabras al decir que «es un gobierno, no una lucha de poder. Prometo que van a cambiar muchas cosas. Voy a ser presidente de todo un gobierno».

El veto

Evidentemente, el veto marcado por Génova el día anterior planeó en todas y cada una de las comparencias que siguieron al anuncio del acuerdo. El candidato de Vox el 28M habló de que su marcha al Congreso de los Diputados «no es un paso al lado, es un paso adelante», y se justificó diciendo que su objetivo era ser presidente de la Generalitat, que los resultados no se lo han permitido, y que nunca dijo que quisiera ser vicepresidente o conseller. «Es Vox quien determina los candidatos de Vox», espetó. «Nunca comentamos decisiones de otros partidos», defendió Barrachina respecto a la influencia que había podido tener la dirección nacional de su partido en la marcha de Carlos Flores a la lista de Vox al Congreso de los Diputados de cara al 23J.