Debate 23J

Moncloa obvió los reiterados avisos de no "subestimar" a Feijóo

Quienes mejor conocen al dirigente gallego advirtieron de manera insistente que era un "gran rival" y que no debían menospreciar de lo que podía ser capaz

Isabel Rodríguez y Yolanda Díaz durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Isabel Rodríguez y Yolanda Díaz durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. / José Luis Roca

Marisol Hernández

El presidente del Gobierno y su equipo han recibido en los últimos meses avisos constantes de no "subestimar" a Alberto Núñez Feijóo. No sólo porque la experiencia acumulada como presidente de la Xunta de Galicia le convertía en un contrincante de gran envergadura, sino porque es un dirigente "frío" y ante él "no te puedes confiar". Podía plantear, les previnieron, un debate "bronco" , como finalmente sucedió. Pero esas advertencias, en las que coinciden todos los que conocen su trayectoria gallega, cayeron en saco roto.

"No le han pillado el punto", aseguran fuentes del bloque progresista, que creen que el primer paso para combatirlo y que no "descolocara" a Pedro Sánchez era admitir que es un "gran adversario". Y la Moncloa, consideran, no lo ha hecho en todo este tiempo. Sí que asumió, al calor de su ascenso en los sondeos desde el verano pasado, que debía tratar de desmontar su imagen de líder moderado. "Había que picarlo para ver si era bravo o manso", explicaban en Ferraz hace unas semanas valiéndose de un símil taurino. Montaron una campaña para desnudarle ante la opinión pública que el PSOE consideraba, hasta el varapalo de las autonómicas y municipales del pasado 28 de mayo, que había sido útil. Feijóo "era manso".

Moncloa consideró vencedor a Sánchez en todos los debates que durante este curso le enfrentaron con el líder de la oposición en el Senado. Estaban consiguiendo, aseguraban, retratar su "insolvencia y transmitir que "no tenía un proyecto". Cada vez que se celebraba uno, decían, "ganamos votos".

Esta percepción explica, en parte, lo desorientado que se vio al presidente del Gobierno en el único cara a cara de la campaña electoral, este lunes por la noche, que ha mantenido con Feijóo. Distintas fuentes del partido sostienen que "su tono sacó de quicio a Sánchez". "Su estrategia era clara: dar siempre primero y le ha resultado".

Que su círculo no lo tuviera previsto, responde, según distintas fuentes consultadas, a que en Madrid (entendido como el ombligo de la política nacional) "creen que arrasan con todo". Según una persona del partido "subestimar a quienes han sido presidentes autonómicos es un error garrafal". "Hay infinitamente políticos más correosos y duros y mejores oradores en el ámbito territorial que en el nacional", afirman.

En el Gobierno sí hay quien defiende que Feijóo no les sorprendió. Que, a raíz de haberle tratado como dirigente de la Xunta, sabía que es un "hombre frío y calculador", que "miente sin pestañear", con un fondo "oscuro". En la dirección socialista sí achacan al formato del cara a cara que Sánchez no pudiera confrontar con él. "Porque se creó una dinámica, en que se cortaban el uno al otro, no se escuchaba nada y los moderadores no intervenían". "El propio debate no te deja, te va interrumpiendo y te distraes". "Había que combatir las mentiras y plantear tu verdad", apuntan.

La lectura de la dirección socialista es, sobre todo, que Sánchez quería hacer sus propuestas y no pudo y, en este sentido, el candidato popular le sorprendió . En su balance hay un poso de resquemor a la actitud de los moderadores, Vicente Vallés y Ana Pastor. "Es un debate que no veíamos hace años, se debe adaptar el formato, no puedes esperar a que se autorregule".

La campaña se mantiene con la misma estrategia

Pero, a pesar de todas estas reflexiones, en la cúpula del PSOE mantienen que el debate "no va a determinar el voto porque quedan días y muchas oportunidades de ver al presidente en otros registros, en su gira en los medios de comunicación. Hace sólo una semana en Moncloa apuntaban a la importancia del cara a cara por la cantidad de votantes (entre el 30% y el 35%) que deciden su voto los últimos 15 días.