Ni más ni menos que 24 ascensos acumulan los 20 jugadores profesionales del Hércules. El director deportivo Dani Barroso apostó, en esta segunda temporada en el pozo, por la experiencia y por una plantilla con más recursos y fondo de armario que la del año pasado, cuando las lesiones pasaron demasiada factura. Y en enero aumentó todavía más la competitividad con la llegada del mediocentro Vivi, el extremo Álvaro, el mediapunta Javi Flores y el delantero David Mainz. Todos ellos han acabado como titulares en el tramo decisivo de la competición y destaca la aportación del punta aragonés, que cogió el testigo de Javier García Portillo. El de Aranjuez, arrinconado en Navidades por no haber estrenado su casillero, decidió colgar las botas y se enroló en una comisión deportiva de nuevo cuño que ahora forma con Barroso.

Mainz, con nueve goles, ha sido una grata sorpresa, pero los que verdaderamente se han echado el equipo a la espalda en el momento de la verdad han sido los incombustibles Paco Peña y Chechu Flores. Junto a ellos, ramalazos de calidad de Javi Flores y paradas determinantes de Chema han guiado al Hércules hasta esta final que hoy disputa contra el Cádiz y que llevan soñando dos años los aficionados blanquiazules. El principal talón de Aquiles del equipo estuvo en la sala de máquinas por el empecinamiento de Vicente Mir. Pese a contar con mediocentros con visión de juego y carácter ofensivo como Yeray González o José Luis Miñano, el técnico ha apostado en el momento de la verdad por la pareja Espinosa/Vivi. Ambos garantizan trabajo y recuperación, pero al Hércules le ha faltado mucha fluidez y dominio de los partidos. Especialmente notorio fue en los partidos contra el Toledo y el del Carranza. En una temporada con más luces que sombras, la gran decepción de la temporada ha sido el mallorquín Rafael Ramos, Rafita, uno de los jugadores llamados a marcar diferencias. Diferentes lesiones sólo le han permitido participar en 12 encuentros y su ausencia ha sido un quebradero de cabeza para Herrero y Mir, ya que era el único lateral derecho específico de la plantilla. Hasta cinco jugadores diferentes han ocupado esa posición y finalmente el técnico encontró la solución en el alicantino Álvaro.