El foco del dolor está localizado, pero nadie parece capaz de paliarlo. El Hércules languidece y no hay forma de detener la hemorragia. La sangre brota a borbotones cuando el equipo tiene que jugar lejos de Alicante. Es el peor de todos los aspirantes al ascenso en estos momentos. Sus números le delatan. Contando únicamente los puntos logrados en la segunda vuelta, el bloque de Sergio Mora sería undécimo en la clasificación, fuera de la zona de promoción, y estaría a seis del líder, que ha sido capaz de conservar ese privilegio (y convivir con esa presión enorme) durante 15 jornadas, más de la mitad de las que se llevan disputadas (26).
El Hércules se proclamó campeón de invierno el 9 de enero en Marchamalo y, desde entonces, se ha olvidado de ganar. Ningún triunfo, dos empates y tres derrotas, todas seguidas en las últimas semanas, es su recorrido lejos de Alicante, un suicidio para un proyecto que aspira a lo máximo y que, otro año, empieza a perder de vista la cabeza antes de lo previsto... y de lo tolerable.
26% DE DERROTAS
► El Hércules ha perdido uno de cada cuatro partidos que ha disputado esta temporada. La Nucía el 15% y el Intercity apenas el 7%.
11º CLASIFICADO
►Contando solo los puntos logrados en la segunda vuelta, el Hércules estaría fuera de la zona de «play-off», a seis puntos del líder.
7/6 BALANCE
►DE goles a favor y en contra desde el pasado 9 de enero. No ha marcado ninguno fuera del Rico Pérez y ha recibido 5 en las últimas cinco salidas.
El colapso como visitante, lejos de cesar, se sostiene en el tiempo. El equipo blanquiazul ha perdido el 26% de los encuentros que ha disputado este curso, eso significa que cae en una de cada cuatro jornadas. El ritmo es devastador si se compara con el del Intercity, que apenas ha caído en el 7% de las jornadas, o con el de La Nucía, que se queda en el 15%.
El mal que enferma al bloque salta a la vista: todavía no ha celebrado un gol fuera del Rico Pérez desde que festejó el último en la Alcarria, el que firmó Diego Jiménez y le otorgó el título honorífico de campeón invernal. La última vez que el Hércules ostentó ese reconocimiento, ascendió a Primera División en una liga de 22. Ahora, en la cuarta categoría, con 17 rivales, parece más difícil, aunque no imposible. Aquel proyecto del «Boquerón» Esteban terminó segundo, por detrás de la Real Sociedad, y subió directamente. Lo hicieron los tres primeros. Ahora solo uno tendrá el privilegio de abandonar el sótano del balompié nacional por la vía rápida.
Ha caído en los dos enfrentamientos contra los que le superan en la clasificación, ambos por la mínima, después de ser campeón invernal
Para lograrlo, los blanquiazules necesitan poner fin a su sequía realizadora como foráneo, que dura más de dos meses y lleva camino de los tres. La última ocasión en la que los herculanos habían estado más de 500 minutos sin marcar en la última década fuera de su estadio fue en el curso 12-13, en el que, por desgracia, acabó despeñándose a Segunda B. En aquella coyuntura enlazó las cuatro primeras salidas sin lograr un tanto: Lugo (1-0), Alcorcón (1-0), Villarreal (1-0) y Almería (0-0). Ahora, la secuencia es otra: Recreativo Granada (0-0), Mar Menor (0-0), Socuéllamos (2-0), Atlético Levante (2-0) y La Nucía (1-0).
La nula efectividad del Hércules está todavía muy lejos de la peor que ha rubricado a domicilio en el siglo 21. Fue en el ejercicio 10–11, en Primera. Entonces, enlazó 11 jornadas sin hacer un solo tanto y rebasó los 1.100 minutos sin celebrar un gol lejos de Alicante. También aquello acabó forma funesta, fue el germen envenenado de un tumor que se resiste a ser extirpado y contra el que se han probado todas las terapias menos una.
