Seguro de sí. Arropado por familiares. Descansado. Feliz por el paso dado, perfectamente afeitado, con vestimenta cómoda, movimientos ágiles y semblante serio. Solo sonrió una vez. La voz grave de Ángel Rodríguez se esparció por la sala de prensa del José Rico Pérez formando frases balsámicas, llenas de buenas intenciones, de deseos de reconciliación y de ambición sin maquillar. Ajeno al descrédito que generan los malos resultados de las última década y dispuesto a cambiar una historia de fatalidad que se ha adherido al Hércules como una lengua de lava el cemento.

«Si para que un futbolista rinda al 100% toda la presión debe recaer sobre mí, adelante, estoy listo»

►DIRECTO. Ángel Rodríguez no esperó a la pregunta. Se anticipó y no dejó dudas. «El objetivo no puede ser otro que ser líderes desde el primer minuto. Lo plantee igual en Pontevedra [su último club]. Vamos a trabajar para terminar primeros, para estar arriba y con opciones de serlo en todo momento», defiende el preparador leonés, que transitó por ese camino con el club gallego en el grupo 1 y acabó ascendiendo de manera directa a Primera RFEF a mediados de mayo.  

«Soy consciente de la situación social del club, pero para mí eso es pasado, yo vengo a ser presente, a formar parte de su futuro»

OFERTA IRRECHAZABLE. Su último equipo trató de retenerle hasta el último segundo, pero él ya tenía la decisión tomada y, además, había dado su palabra. Ha renunciado a entrenar una categoría más arriba, pero ha sido por el convencimiento de que era lo mejor para su carrera como entrenador principal, iniciada hace dos veranos. «La sensación que tengo es la de que bajo un peldaño este año, sí, pero lo hago porque no sé cuántos subiré después, que pueden ser muchos. La única forma que tiene este club de salir del bache en el que está es empezando a remar todos juntos. Yo quiero ayudar a que sea así porque eso significará que estaré aquí muchos años. Este club, esta ciudad y esta afición merecen estar más arriba, y cuanto antes se den los pasos en la dirección correcta, mejor», esgrime Rodríguez sin apartar la mirada de su interlocutor, firme, aparentemente convencido de su aseveración.  

«La fórmula del éxito es sencilla: trabajo, sacrificio e implicación, si hacemos un equipo que tenga las tres será un año bonito»

SU PROPUESTA. El nuevo entrenador blanquiazul no quiere que se le etiquete, prefiere no ser esclavo de un estilo, de una manera férrea de proponer fútbol. pero sí sabe que hay tres cosas irrenunciables: «La fórmula es sencilla: trabajo, sacrificio e implicación. Si conformamos un equipo con estas cualidades, después, que logremos el objetivo, será sencillo y pasaremos un buen año», aventura. 

«Aspiro a que el Hércules sea ofensivo, agresivo y con transiciones rápidas. Considero que no hay líneas maestras en el fútbol ni yo soy el tipo de entrenador que se obceque en jugar de un determinado modo a toda costa. Yo me adapto a las cualidades de mis futbolistas y trato de aprovechar sus condiciones. Lo importante es que la afición se reconozca en el equipo, que haya sintonía entre el césped y la grada, solo así se consiguen los objetivos», advierte.  

«No soy un técnico obcecado en jugar de una determinada forma, me adapto a las cualidades del equipo»

CRISIS SOCIAL. Ángel Rodríguez entre en el club alicantino en un momento en el que la desunión entre una parte de la masa social y sus administradores parece irreconciliable. No le asusta. Al revés. Se ve como la llave para allanar un camino que ahora está sembrado de minas por todas partes. «Entiendo y estoy al corriente de todo lo que envuelve a este club actualmente, pero yo me centro en lo que puedo controlar y en lo que depende de mí, lo que ocurre dentro del terreno de juego, mi relación con la secretaría técnica, con el vestuario... Para mí, el pasado es pasado, yo vengo a ser parte del presente y del futuro del Hércules», indica.

«A nivel personal, estoy feliz porque sé que vengo a un club muy grande. Ahora está en horas bajas, pero yo he visto hasta dónde ha sido capaz de llegar. Hay equipos que te fichan y sabes cuál es su techo, en este eso no ocurre. La aspiración del Hércules no es llegar a Primera RFEF y mantenerse. Cuando suba un escalón, pensará ya en subir el siguiente. Y eso solo es posible en clubes grandes con la historia del Hércules. Si yo quiero proyectarme como entrenador de primer nivel, creo que estoy en el mejor sitio. Entiendo el desencanto, pero vengo dispuesto a revertirlo conformando un equipo ganador», sostiene el preparador leonés.  

«No sé qué grupo es más difícil, miro lo mío, el resto me da igual, hay que armar un equipo competitivo»

SIN MIEDO AL GRUPO 3. «Me da igual, no sé si el grupo de este año será más duro que el del año pasado. Yo solo pienso en lo que somos capaces de hacer nosotros. Si el Hércules es competitivo, da igual contra quién se enfrente. Miro lo mío, me da igual el resto», insiste Rodríguez. «Lo más difícil en el fútbol es conseguir que la comunión entre afición y equipo sea total. A las victorias se apunta todo el mundo, pero en las derrotas siempre se señala a los mismos. Si consigues que la masa social se identifique con sus jugadores hasta en las derrotas, entonces has hecho un buen trabajo», avisa. «Jugué en el Sevilla y me pitaron 50.000 personas. Sé lo que es y lo que se siente, puedo soportar la presión y, si es preciso, quiero que recaiga sobre mí toda», asume con entereza el nuevo líder del vestuario blanquiazul.

Ángel Rodríguez toma posesión como entrenador del Hércules

Ángel Rodríguez toma posesión como entrenador del Hércules Alex Domínguez