Alérgicos al Rico Pérez

Los fracasos, sobre todo los reales, se explican por muchos factores, pero siempre hay uno que pesa más que el resto. En el caso del Hércules resulta evidente. Ha sido su dificultad desesperante para conseguir que algo tan determinante (y aparentemente lógico) como que el factor cancha juegue a su favor. Y lo ha sido en una Liga en la que no hay un solo estadio que se equipare al Rico Pérez. En casa del herrero... mentalidad de trapo.

Cuando algo tan relevante, tan diferencial, tan consustancial al balompié como ejercer de local se vuelve en tu contra, lo normal es que acabes tirando el curso por la borda irremisiblemente. Veinticinco puntos han volado esta temporada de Alicante. Más de la mitad de los que se han disputado. Eso es un lastre inasumible que se explica, en gran medida, por la pobre fortaleza mental y competitiva del grupo, jugadores de cuarta categoría que soportan el entorno social y mediático de un club con ínfulas y exigencia de fútbol profesional.

La subdivisión de la extinta Segunda B ha empeorado todavía más esa situación porque hay mayor competencia entre clubes con aspiraciones. Los jugadores buenos de verdad, aquellos a los que la cabeza no les merma su capacidad de lucha ni su calidad, tienen más donde elegir y cachés más altos a los que aspirar sin necesidad de rasgarse el alma a tiras en el fútbol de esparto.

Doce clubes mejores

Doce equipos han obtenido mejores réditos de su condición de local que el Hércules. Doce. Únicamente seis de las 16 citas que han tenido lugar en el estadio blanquiazul le han dado tres puntos al cuadro que ahora entrena Lolo Escobar. 6 de 16. Así es muy complicado que un proyecto acabe bien de veras, o entre los cinco primeros.

No ha funcionado en esta categoría ni la política de bunquerización del vestuario que impuso Carmelo del Pozo, que limitó al máximo el acceso al vestuario del personal ajeno a la primera plantilla, ni la fórmula más relajada, menos restrictiva, de Paco Peña, que ha abierto esa puerta a terceros o, al menos, no la ha cerrado.

El Consell actuará de urgencia en el Rico Pérez a la espera de la reforma integral

En su primer año en Segunda RFEF, el Hércules, con Sergio Mora, sumó 8 derrotas en todo el año. Este, los blanquiazules ya acumulan 11 y están a solo dos de igualar el peor registro histórico en el nuevo siglo, el de la campaña suspendida por la pandemia. Si se alcanza esa sonrojante cifra, la sombra del descenso a la quinta categoría será muy espesa y muy larga porque obligar a disputar un play-off de permanencia a un bloque en derribo es mala cosa.

Las temporadas se deciden en las diez últimas jornadas. Es un axioma que nadie niega, asumido por todos, también por Lolo Escobar. Pues bien, a falta de dos fechas para completar ese cupo, el Hércules del preparador extremeño ha sumado 9 puntos en 8 semanas... justo cuando resulta imperativo dominar el miedo y la ansiedad.