El Hércules, Mario Gómez y Sergio Marcos separan sus caminos

El defensa sevillano sigue el camino del centrocampista y firma la rescisión del año que aún le quedaba como central blanquiazul

Sergio Marcos, durante un entrenamiento, junto a Felipe Chacartegui.

Sergio Marcos, durante un entrenamiento, junto a Felipe Chacartegui. / HCF

Pedro Rojas

Pedro Rojas

El Hércules sigue soltando lastre. Primero se libró de Sergio Marcos y ayer alcanzó un acuerdo para rescindir el contrato de Mario Gómez, el central que llegó al club en el último mercado de invierno y que ha sido titular en todos los partidos con Lolo Escobar. El defensa sevillano, que firmó un año y medio tras llegar a un acuerdo amistoso con el Unionistas de Salamanca (Primera RFEF) después del parón de Navidad, ha sido pieza fundamental para el sustituto de Ángel Rodríguez, que le alineó siempre en la formación inicial: 16 veces.

Mario Gómez, con la camiseta del centenario del Hércules, durante un partido a domicilio.

Mario Gómez, con la camiseta del centenario del Hércules, durante un partido a domicilio. / Marc Elvira / LOF

Las bajas prestaciones –a pesar de la fe inquebrantable del técnico en las posibilidades futbolísticas del sevillano en detrimento de Dani Marín o Diego Jiménez–, y la necesidad de reconstruir una defensa que no ha estado nunca a la altura del objetivo, ha llevado a la secretaría técnica a prescindir del zaguero andaluz de 28 años.

Ellos dos no serán los únicos que reciban una propuesta de liquidación, pero, de momento, son los que tienen una liberación más sencilla, y menos gravosa para el presupuesto de la SAD. Con dos escuetos comunicados, el Hércules se libró de dos jugadores que han aportado poco o nada en sus respectivas demarcaciones. El mediocentro, pilar sobre el que Ángel Rodríguez construyó su sistema de ataque, salta del equipo alicantino tras haber participado en solo 17 partidos, únicamente dos completos, después de haberse habituado a no viajar con el equipo por decisión técnica. La suya, con 30 años, era una de las fichas más altas del vestuario